miércoles, 16 de octubre de 2013

ASÍ SE NAVEGA EN EL MAR DE LA FELICIDAD DE CUBA-V

CUBA, PERECER DE "POTENCIA MÉDICA AGUDA"

(10-16-13-4:35PM)

Por, Héctor Julio Cedeño Negrín-Periodista Independiente de Cuba.



El paciente Ciro Roger Muñoz Téllez (foto de la izquierda), salvó la vida sobreviviendo a la caída de parte del techo de la habitación, en la que se encontraba ingresado. El hecho ocurrió el sábado 12 de octubre de 2013 a las doce y un minuto de la noche, en el hospital Clínico Quirúrgico de 10 de Octubre, conocido también como la Quinta de Dependientes.

Parte de los escombros del derrumbe cayeron sobre la cabeza del paciente, provocándole heridas y la fractura del cráneo. El derrumbe previamente había roto el falso techo del inmueble lo que presumiblemente quito impulso a los escombros.

De no haber existido esta circunstancia, probablemente los escombros le habría destrozado el cráneo y provocado la muerte. En el momento del accidente el paciente se encontraba dormido y fue rescatado por la rápida intervención de sus familiares.

El hecho aconteció en la sala de cirugía, situada en el tercer piso del Pabellón “García Tuñón”, de la mencionada instalación hospitalaria. Este hospital se encuentra ubicado en la Calzada del 10 de Octubre y la Calle de Agua dulce, en el municipio Cerro de la Ciudad de la Habana.

Muñoz Téllez se encontraba convaleciente de una colostomía, que le fue practicada en su región abdominal, provocada por una fístula aparecida en el intestino. El paciente, quien ese mismo día cumplía un mes de ingresado, había sido operado por segunda ocasión, con el objetivo de restablecer la función intestinal. Lo que finalmente fracasó.

Al decir de Roberto Muñoz Luque, hijo del enfermo y de Marlén Trujillo Rodríguez, miembro también de la familia; “afortunadamente los escombros no cayeron sobre el abdomen del convaleciente, lo que hubiera agravado su situación médica”.

Otra de las testigos del hecho que se encontraba en el lugar a la hora del derrumbe, fue Lázara Mitjans Cruz, quien acompañaba a una amiga, convaleciente por una delicada operación en la sala de mujeres, que se encuentra contigua al lugar del accidente.

Al decir de Lázara; “sentí un gran estruendo y pensé que se derrumbaba el edificio. El susto fue tal que después de varias horas, aún me siento nerviosa y con la presión alterada”. (A la izquierda, foto del derrumbe del techo sobre la cama del paciente)

La amiga de Lázara, con una operación delicada desde hacía solo unas horas, decidió abandonar la instalación hospitalaria y realizar la convalecencia en su propia casa, mucho más segura que el hospital y al cuidado de su familia, ante el temor de que pueda ocurrir otro derrumbe en la derruida instalación hospitalaria.

Se conoció igualmente que en la sala mencionada, solo ponen el agua una vez al día y no tienen condiciones para almacenarla. El paciente operado y con la colostomía practicada, necesita agua abundante para ser aseado. Esta situación atestigua la falta de higiene, que puede provocar infección y estimular el mal olor.

La propaganda de los gobernantes cubanos, sobre las magníficas condiciones de la medicina cubana y las condiciones de los hospitales en el país, son notoriamente falsas. Este hecho es una prueba más de las pésimas condiciones en las que se encuentran los hospitales cubanos y la medicina en general.

A decir de un trabajador de mantenimiento; “es muy penoso lo ocurrido, pero a nosotros no nos entregan, ni los recursos, ni los materiales necesarios, para encarar adecuadamente la reparación del hospital”.

Los gobernantes cubanos, utilizan a los profesionales de la salud y a la falsa fama de la medicina cubana, para alquilar, médicos, enfermeras y técnicos médicos de diversas especialidades, como mano de obra esclava y obtener abundantes recursos, por su arrendamiento.

Quienes pagan por esos profesionales, son los gobiernos izquierdistas, que utilizan la mala salud de sus pueblos, para eternizarse en el poder. Prefieren pagar a los médicos de tercera categoría, que gradúan las Universidades cubanas, que graduar buenos médicos, en sus propias Universidades.

Los profesionales cubanos acostumbrados a recibir salarios de miseria en Cuba, aceptan trabajar casi como esclavos en otras naciones o recibir unas pocas migajas, que representarían un poco más que los alimentos que se comen y las ropas que les viste. De todos modos, es muchísimo más, que lo que reciben en Cuba. Mientras ahorran hasta el hambre, para traer algunos centavos a su regreso a la patria.

Laboran en lugares inhóspitos y a cualquier riesgo, donde no trabajarían ni los nacionales de esos países, aunque les pagasen salarios millonarios. Ahora vemos como los profesionales cubanos de la salud, importaron el cólera desde Haití. Los profesionales cubanos, porque a Manzanillo no van los haitianos, que estudian en Cuba.

Otra barbaridad que cometen los gobernantes cubanos, es limitar el nivel profesional de los médicos cubanos, para evitar que puedan desertar y ejercer en otras naciones. Las Universidades cubanas, limitan ex profeso el nivel profesional y académico de los egresados, lo que les impide convalidar sus títulos en otras naciones.

Los médicos cubanos, utilizados como mano de obra esclava en otras naciones, pueden ejercer su profesión por convenios políticos entre el gobierno de Cuba y el de los países que los acogen. Es el gobierno cubano quien respalda el diploma y no el médico que ejerce la profesión. Un fenómeno poco estudiado.

Sin embargo, los millones de dólares de ganancia neta que obtienen los gobernantes cubanos con esos contratos leoninos, no son utilizados en mejorar el sistema de salud de Cuba, ni las instalaciones hospitalarias de la nación.

Así vemos como se derrumban los hospitales cubanos, incluido el “Hermanos Ameijeiras”, que se encuentra igualmente, en pésimas condiciones.