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LA VERSIÓN DE SALVADOR BORREGO SOBRE EL ASESINATO DE EUGENIO GARZA SADA-II
lunes, 3 de septiembre de 2012
LA HISTORIA EN LA MEMORIA
LA VERSIÓN DE SALVADOR BORREGO SOBRE EL ASESINATO DE EUGENIO GARZA SADA-II
(8-23-12-5:00PM)
El escritor Salvador Novo comentó: "Sin don Eugenio, Monterrey ya no será lo que era".
Cuatro días después todos los sectores empresariales de Jalisco publicaron una Carta Abierta que, entre otras cosas, decía: "No pedimos: exigimos lo que realmente corresponde al pueblo...Nos preguntamos y preguntamos a las Autoridades:¡Qué pasa con México! ¡Adonde nos llevan y por cuales caminos!...Antes los ataques a la ciudadanía lo único indudable es que no existe autoridad que detenga y aplique el rigor de la ley a los que la violan, y, por lo contrario ESOS DELINCUENTES PARECEN GOZAR de garantías y de subsidios económicos".
Enseguida trascendió que esa carta abierta había sido inspirada, por lo menos en gran parte, por Don José Luis Araguren, admirador de don Eugenio Garza Sada, con quien llevaba estrecha amistad, y uno de los partidarios de la operación que se tramitaba con la Cadena de Periódicos García Valseca.
...Ocho días después del manifiesto Araguren fue secuestrado por una guerrilla urbana en Guadalajara. Se le torturó, se le mutiló y finalmente fue asesinado.

Por otra parte, don Eugenio Garza Lagüera (foto), el hijo mayor de don Eigenio Garza Sada, había manifestado su propósito de cumplir la voluntad de su padre...Los trámites se reanudaron y el 20 de octubre se firmaron en la ciudad de México 3 contratos, una escritura, un poder y muchos anexos (más de doscientas firmas) que facultaban al grupo empresarial a...:1) Saldar el adeudo a Somex; 2) Tomar posesión de la cadena inmediatamente....
En ese momnto el grupo empresarial podía saldar el adeudo e inmediatamente entrar en posesión de los 37 periódicos. Pero varios de sus consejeros dijeron que era "necesario regresar a Monterrey para modular el paso a seguir"...
...El grupo empresarial continuaba, sin embargo, en posesión de los derechos que había adquirido y así lo notificó a SOMEX. Pudo haberlos hecho valer, por lo menos hasta el 12 de diciembre, pero tal vez sus abogados consideraron que sería un asunto complejo o riesgoso, pues lo abandonaron totalmente.
Los 37 periódicos quedaron, prácticamente, como una empresa descentralizada.
A continuación se inició una "purga" de colaboradores y todos los no afectos a la estatización y socialización fueron sustituidos por colaboradores de reconocida filiación comunista.
Del gran esfuerzo de Don Eugenio Garza Sada quedaba todavía la revista mensual "Resumen" y la "Carta Semanaria Resumen" que había fundado y que en 1974 llevaban ya 9 años publicándose puntualmente. Su lema adoptado por Don Eugenio era "Resumen del Pensamiento Libre de México". Pues bien, aproximadamente en el mes de agosto el señor Othón Ruiz ( de los funcionarios del Grupo Monterrey) le dijo al licenciado Alberto Alfaro durante una cena en la ciudad de México: "Vamos a terminar con esas publicaciones. Monterrey ya no será el Monterrey de las conspiraciones de de don Eugenio...nos dedicaremos a nuestros negocios".
Y en efecto, ambas publicaciones fueron cerradas en diciembre de ese mismo año.
¿Sería exagerado decir que la sangre de don Eugenio derramada por la guerrilla urbana, era pisoteada por gente de su mismo grupo?
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LA VERSIÓN DE SALVADOR BORREGO SOBRE EL ASESINATO DE EUGENIO GARZA SADA
LA HISTORIA EN LA MEMORIA
LA VERSIÓN DE SALVADOR BORREGO SOBRE EL ASESINATO DE EUGENIO GARZA SADA
(8-21-12-4:55PM)

Nota del director de Nuevo Acción: En la época en que ocurrieron los hechos yo mantenía una muy buena relación con Don Salvador Borrego, (foto de la izquierda) quien me había inclusive cedido los derechos de su libro Derrota Mundial para imprimirlo en inglés, cosa que se frustró cuando personas que me habían prometido invertir en la impresión y otros que pagarían por la costosa traducción de tan monumental obra, se echaron para atrás, seguramente atemorizados por presiones y amenazas. Borrego me ayudó mucho en mis actividades en contra de la tiranía castrista, al igual que también lo hizo Don Salvador Abascal, el antiguo jefe de la Unión Nacional Sinarquista, y estoy seguro que si se hubiera dado la adquisición de la Cadena Periodística García Valseca por el grupo de empresarios regiomontanos dirigidos por Don Eugenio, la posición tanto de El Sol de México, como de los demás periódicos de la cadena, bajo la batuta de Salvador Borrego, habrían contribuido a salvar a México y hoy no sería el casi narco estado que actualmente es.
Para más detalles recomendamos adquirir el libro "Batallas Metafísicas" de Salvador Borrego.
LA SITUACIÓN DE LA PRENSA EN MĖXICO (Como la narra Borrego en su libro "Batallas Metafísicas")-Ilustraciones: archivo de Nuevo Acción.
En 1965 el periódico "Excelsior" cayó en manos de la célula comunista que se había infiltrado allí y que contó con influencias políticas para consolidar su violento golpe de sorpresa...y "Excelsior" pasó a ser el portavoz de la corriente marxista...

En ese mismo año (1965) la Cadena de Periódicos García Valseca empezó a publicar en la ciudad de México dos diarios (El Sol vespertino y El Sol matutino), además de los 35 que ya editaba en los Estados. Los dos diarios metropolitanos--ajenos totalmente a la línea comunista--estaban poniendo en evidencias a las publicaciones de "Excelsior", como propagandistas del comunismo, y podían llegar a desbancarlas.
Inmediatamente se inició una ofensiva, primero contra Los Soles del D.F.(boicot de distribución, de publicidad, etc) y luego contra la organización entera.

Dicha organización tenía un valor aproximado de novecientos millones de pesos (tomando en cuenta el valor de las cabezas o marcas. Tan solo en edificios y equipos había 560 millones. Su pasivo en 1970, avalado por la Nacional Financiera ( o sea el Gobierno) era aproximadamente de un 20 % del capital. Sin embargo había dificultades de redocumentación de créditos. En el fondo, presión política.
En enero de 1971 el licenciado Luis Felipe Coello sugirió la conveniencia de tratar ese asunto con el Grupo Monterrey y realizó una exploración satisfactoria. Poco después Salvador Borrego fue comisionado para trasladarse de México a Monterrey a fin de que le expusiera la situación a Don Eugenio Garza Sada.
Don Eugenio era hombre de empresa y a la vez idealista. Percibía el avance de los partidarios de comunizar a México. Se interesó inmediatamente en el asunto, pidió datos, documentos, etc. Juzgaba viable llegar a un rápido acuerdo para que los 37 diarios de la Cadena siguieran siendo independientes.
En una segunda entrevista Don Eugenio me pidió que pasara a la oficina de su hijo , el señor Eugenio Garza Lagüera, y le expusiera todos los antecedentes del caso. Así lo hice y terminé l exposición con la siguiente frase "Don Eugenio dice que considera muy viable la operación"...
Con cierta impaciencia--tal vez por su temperamento nervioso--el señor Garza Lagüera me contestó: "¡Bueno! pero él es solo un voto"...
Tal comentario, ante un extraño al Grupo--como yo--podía interpretarse como un indicio de que no todos veían con simpatía participar en semejante operación.
Sin embargo Don Eugenio Garza Sada puso toda su determinación en llevar adelante las negociaciones. Habló con empresarios de la Ciudad de México, de Guadalajara y de otras plazas del país. El 3 de septiembre del 1971 ya iban sumamente avanzadas las pláticas en el más alto nivel y se llegó a un acuerdo el día 4. Se calculó que en un mes podría quedar todo arreglado.

Pero no fue así. Con frecuencia el señor Garza Lagüera (foto, fallecido en el 2008) explicaba que tenía otros pendientes y aplazaba citas referentes al asunto de los periódicos. A veces su padre lo buscaba telefónicamente en la Ciudad de México para que no hubiera ya más demoras. En una ocasión le dijo personalmente: "Qué pasa...No se nos vaya a ir este asunto como el de...(aquí un nombre que no recuerdo).
Los trámites se aceleraban y luego se detenían. Cubierto un requisito, los peritos de contabilidad o del aspecto legal solicitaban otro, y luego otro, y otro más. Hasta podía pensarse que había algunos personajes no muy decididos a que la operación se realizara y que ponían cada vez nuevas condiciones, aunque solo de trámite.
Se hicieron muchos estudios. Cada uno ponía más en claro que los 37 periódicos--mediante un impulso inicial--podrían cubrir todos sus adeudos con sus propios ingresos, en un plazo de cinco a siete años, y salir adelante como un magnífico negocio. Pero luego se volvía a entrar en detalles y en confrontaciones.
Así transcurrió todo 1971 y dos meses y medio de 1972. En marzo de este año la situación para la Cadena García Valseca se volvió más apremiante porque la Nacional Financiera pasó el adeudo a SOMEX (empresa del gobierno) y ésta intervino las finanzas de la Cadena. Era el primer paso para un control completo.
Don Eugenio Garza Sada se esforzaba por activar los tramites. Fue una lucha que libró con firme determinación, a los 80 años de edad, a pesar de que algunas personas--según comentó el mismo delante de mi--opinaban que no se debería seguir adelante.
En una ocasión nos pidió al Lic. Alberto Alfaro y a mi que todo se tratara con mucha reserva. Pero, ¿era posible que hubiera reserva completa si abogados, contadores y valuadores al servicio del Grupo Monterrey visitaban los diversos periódicos de la Cadena para seguir recabando más información, incluso informaciones secundarias?

Don Eugenio(en la foto de la izquierda) comentó al recomendar reserva: "Es necesaria mucha discreción porque ya nos han aventado algunas piedras en el tejado".
Era evidente que para algunos radicales comunistas--algunos de los cuales se referían a Don Eugenio despectivamente llamándolo '"El Padrino", por la película de gansters--no fuera nada grato que se auxiliara a la Cadena para que conservara su independencia. Durante treinta años los 37 diarios de la cadena habían reflejado la opinión popular que era hostil a la comunización de México. En su conjunto esos diarios tenían la mayor circulación periodística del país.
Do Eugenio seguía empeñado en la tarea y así llegó el mes de agosto de 1973, al cumplirse dos años y ocho meses de esfuerzo para realizar la operación. Pero al fin ya estaba todo concluido. Había logrado que el 5 de septiembre se depositaran en la ciudad de México 175 millones de pesos a fin de pagar todos los adeudos (vencidos y por vencerse como lo exigía SOMEX en uno de los últimos obstáculos)
Al pagar tales adeudos cesaría la intervención de SOMEX y la Cadena recuperaría su total independencia. Un último requisito oficial, consistente en que también se cubriría el valor de una entrega de papel (para lo cual usualmente se daba un plazo), lo allanó Don Eugenio Garza Sada diciendo: "Está bien, pesos más pesos menos, ya no importa".
El pago total se haría el 25 de septiembre, día en que sesionaría el Consejo Técnico a través del cual SOMEX intervenía en los 37 diarios de la Cadena (A varios comunistas que ya habín entrado a la Cadena les parecía inconcebible que tal cosa ocurriera y algunos decían que no podría ocurrir).
Yo hablé con Don Eugenio el jueves 13 de septiembre. Dentro de su seriedad y sencillez se mostraba optimista. Y al preguntarle si ya no había ningún otro obstáculo para consumar la operación el día 25, repuso: "Por fin llegamos al final. Todo está arreglado en un 99 %, por no decir cien por ciento. Solo que me cortaran la cabeza no se haría la operación:..Y esbozó una sonrisa.
Cuatro días después (el 17 de septiembre de 1973) una guerrilla urbana asesinaba a Don Eugenio. (continuará)
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EL ASESINATO QUE CAMBIÓ EL DESTINO DE MONTERREY
lunes, 27 de agosto de 2012
LA HISTORIA EN LA MEMORIA
EL ASESINATO QUE CAMBIÓ EL DESTINO DE MONTERREY
(8-15-12-8:25AM)
COMO SE IMPIDIÓ QUE EL MAESTRO DE PERIODISTAS, ANTICOMUNISTA Y NACIONALISTA, SALVADOR BORREGO LLEGARA A CONTROLAR LA MAS IMPORTANTE CADENA PERIODÍSTICA DE MĖXICO Y SE ENTREGARON LOS PERIÓDICOS ANTI COMUNISTAS DE MĖXICO AL AMIGO DE FIDEL CASTRO, MARIO VAZQUEZ RAÑA.
Por: Reporte Índigo. México, DF( "Vanguardia")

La mañana del 17 de septiembre de 1973 es crucial para entender lo que pasa hoy en Nuevo León. Las balas que ultimaron a don Eugenio Garza Sada (foto de la izquierda, cortesía de "Vanguardia, México) trastocaron un estilo de hacer y de pensar. Nada volvería a ser igual...
A casi cuatro décadas de su muerte, Eugenio Garza Sada es el más prototípico empresario de Monterrey.
Su genio creativo no tiene paralelo. Las compañías que cristalizó con su hermano Roberto, aun vendidas a extranjeros, son todavía el motor que aceita el Monterrey industrial.
Su genio creativo no tiene paralelo. Las compañías que cristalizó con su hermano Roberto, aun vendidas a extranjeros, son todavía el motor que aceita el Monterrey industrial.
Su espíritu de empresario socialmente responsable, muy adelantado a su tiempo, se pone de manifiesto con el fenómeno educativo que hoy se conoce como Tecnológico de Monterrey.
Y la violencia con la que fue asesinado en los turbulentos años 70, terminó de perpetuar una leyenda cuya figura se enaltece todavía más en estos días en que Monterrey vuelve a ser presa del crimen organizado ante la ausencia de un liderazgo esperanzador.
Por eso, al analizar el desencanto que prevalece en un Monterrey que se desdibuja en su liderazgo continental, voltear a ver al “don” del empresariado regiomontano es una obligación.
Por eso, al analizar el desencanto que prevalece en un Monterrey que se desdibuja en su liderazgo continental, voltear a ver al “don” del empresariado regiomontano es una obligación.
Sobre todo frente a una generación industrial que será recordada por preferir canjear su herencia con la venta a extranjeros de sus centenarias empresas.
Una clase empresarial tolerante con un poder político cada día más corrupto e incompetente, que con componendas y complicidades terminó adueñándose de sus silencios, primero, y de sus voluntades, después.
Un clan privado que quiso jugar a la democracia institucional pero fue incapaz de identificar en uno de los suyos a un capitán para marcar el rumbo del Tecnológico de Monterrey.
Un clan privado que quiso jugar a la democracia institucional pero fue incapaz de identificar en uno de los suyos a un capitán para marcar el rumbo del Tecnológico de Monterrey.
Por eso es obligado el referente de don Eugenio Garza Sada. Porque el antes y el después de Monterrey tras su partida no es un asunto simbólico. Es real.
La bala que el 17 de septiembre de 1973 segó su vida modificó sustancialmente la esencia empresarial de Monterrey. El valor se transformó en temor. La creación se convirtió en cesión y concesión. El espíritu retador frente al destino se achicó. Nadie volvió a llenar esos zapatos. Analicemos.
LOS MEDIOS FUERON EL MENSAJE
Nadie puede pretextar que los de don Eugenio Garza Sada eran otros tiempos. Más estables, más apacibles, más propicios para hacer negocios.
Nacido un 11 de enero de 1892 del matrimonio formado por Isaac Garza y Consuelo Sada, estos regiomontanos que figuraron entre los fundadores de la Cervecería Cuauhtémoc se vieron obligados a abandonar México en los años de la Revolución.
Nacido un 11 de enero de 1892 del matrimonio formado por Isaac Garza y Consuelo Sada, estos regiomontanos que figuraron entre los fundadores de la Cervecería Cuauhtémoc se vieron obligados a abandonar México en los años de la Revolución.
El joven Eugenio Garza Sada fue enrolado en la Western Military Academy en Illinois. Y trabajó al mismo tiempo como vendedor en una tienda de ropa y como multioficios en una sala de cine.
Su carrera profesional como ingeniero civil la cursó en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) en Boston, donde se graduó en 1917, justo a tiempo para regresar con la familia a México para recuperar la cervecería.
De la mano de su hermano Roberto, los Garza Sada y otras prominentes familias de emprendedores, como los Muguerza y los Calderón, despegaron entonces las industrias periféricas a la cervecería que terminarían por adquirir vida propia. Para fabricar las botellas, nació Vidriera Monterrey, hoy Vitro. Para las corcholatas, se hizo necesario producir acero a través de Hojalata y Lámina de Monterrey (Hylsa), hoy en manos argentinas. Grafo Regia y Empaques de Cartón Titán se crearon para producir las etiquetas y las cajas para empacar la cerveza.
Ese conglomerado empresarial, que comenzó a tomar cuerpo en la década de los 30, pronto empezó a ser reconocidocomo el llamado Grupo Monterrey, que fue convirtiéndose en sinónimo de visión, empuje y fortaleza.
Una de sus primeras incursiones en el terreno de las ideas, mucho antes de la creación del Tecnológico de Monterrey, se dio en los medios de comunicación. Y tiene fecha y ubicación precisa.
Fue en 1938, dos años antes de que concluyera el sexenio de Lázaro Cárdenas, cuando uno de los integrantes del clan empresarial, Luis G. Sada, apoyó la iniciativa de Rodolfo Junco Voigt para fundar en Monterrey el periódico matutino El Norte.
La familia Junco de la Vega, con don Celedonio al frente, había fundado en 1922 el vespertino El Sol. Pero la competencia estaba en la mañana, con El Porvenir, que oponía poca resistencia ideológica a los afanes socializantes de Lázaro Cárdenas, quien promulgaba un “México para los mexicanos”.
A lo largo de casi tres décadas, de 1938 a 1967, El Norte creció gracias al genio de don Celedonio y de su hijo Rodolfo, de la mano de la apuesta empresarial del Grupo Monterrey, que con una posición minoritaria, tenía asiento en el Consejo y solía designar a un subdirector en turno.
Pero una diferencia accionaria rompió en 1967 la alianza entre los Junco y el clan empresarial, que buscaba afanosamente el control absoluto del medio.
Lo necesitaban para consolidarlo con los nacientes intereses de TIM (Televisión Independiente de México), que con el Canal 6 retaba en Monterrey el predominio local del Canal 3, y el nacional de Telesistema Mexicano, de Emilio Azcárraga Vidaurreta.
La disputa por el control de El Norte llegó hasta la Suprema Corte. Y la familia Junco salió airosa, por encima de lo que entonces se consideraban los muy poderosos intereses del Grupo Monterrey.
El episodio no es menor, ni anecdótico. Fue un punto de inflexión que dio un vuelco a la vida del empresario regiomontano, y podría decirse que terminó llevándolo más tarde a otra confrontación que le costaría la vida y que cambiaría para siempre la psique empresarial de Monterrey.
EL INDUSTRIAL Y EL CORONEL
El episodio no es menor, ni anecdótico. Fue un punto de inflexión que dio un vuelco a la vida del empresario regiomontano, y podría decirse que terminó llevándolo más tarde a otra confrontación que le costaría la vida y que cambiaría para siempre la psique empresarial de Monterrey.
EL INDUSTRIAL Y EL CORONEL
Lesionado en su orgullo y en sus intereses ante la pérdida de su influencia en el medio, don Eugenio Garza Sada decretó en 1967 un boicot publicitario contra los periódicos de la familia Junco.

Más aún, salió a buscar al entonces todopoderoso de los diarios en México, José García Valseca(foto de la izquierda), para instalar en Monterrey un nuevo periódico que combatiera a El Norte.
García Valseca era un legendario militar de Puebla, mejor conocido como “El Coronel García Valseca”.
Gracias a su amistad con Maximino Ávila Camacho, el mítico hermano del presidente Manuel, el coronel poblano logró fortalecer en los 60 el mayor imperio de prensa escrita en México. Tenía una treintena de periódicos que emblemáticamente eran llamados “Los Soles”.
Pero Monterrey era la única gran ciudad en la que García Valseca no entraba. La fortaleza de los matutinos El Porvenir y El Norte, aunada a que el cabezal de “El Sol”, como se llamaban la mayoría de sus diarios, ya lo tenía el vespertino de la familia Junco, lo habían frenado.
Don Eugenio Garza Sada vio en el coronel García Valseca la posibilidad de reivindicar la afrenta de los Junco y de El Norte. Y le facilitó los medios para que fundara Tribuna de Monterrey.
Don Eugenio Garza Sada vio en el coronel García Valseca la posibilidad de reivindicar la afrenta de los Junco y de El Norte. Y le facilitó los medios para que fundara Tribuna de Monterrey.
Debutando en 1968, en plenos juegos olímpicos y con la primera rotativa de color de la ciudad, el diario de García Valseca rifaba autos y casas en su afán por aniquilar a un Norte que, boicoteado en su publicidad, sobrevivía con anuncios del valle de Texas.

Pero la relación entre don Eugenio Garza Sada y el coronel García Valseca creció aceleradamente. Y la figura de un periodista, Salvador Borrego, se hizo imprescindible para cuidar los intereses del GrupoMonterrey en la cadena de “Los Soles”.
Por esos años, el gobierno pretendía ejercer el control de la prensa en México a través del papel periódico. Sólo se podía comprar o importar papel a través de PIPSA (Productora e Importadora de Papel).
Su carácter político era más que evidente. La paraestatal se ubicaba bajo la tutela de la Secretaría de Gobernación. A los amigos, papel y crédito ilimitado. A los enemigos, racionamiento y pago de contado.
La excéntrica vida del coronel García Valseca, quien recorría permanentemente el país a bordo de su lujoso tren para visitar sus decenas de diarios, le creó un estilo de vida insostenible que lo hundió en deudas.
Su carácter político era más que evidente. La paraestatal se ubicaba bajo la tutela de la Secretaría de Gobernación. A los amigos, papel y crédito ilimitado. A los enemigos, racionamiento y pago de contado.
La excéntrica vida del coronel García Valseca, quien recorría permanentemente el país a bordo de su lujoso tren para visitar sus decenas de diarios, le creó un estilo de vida insostenible que lo hundió en deudas.
Y en 1973, a mitad del sexenio de Luis Echeverría Álvarez, esas deudas sumaron 160 millones de pesos en facturas de PIPSA. El gobierno se aprestaba a tomar el control de la Cadena García Valseca.
GUERRILLA DE PAPEL, BALAS DE PLOMO
GUERRILLA DE PAPEL, BALAS DE PLOMO
Para don Eugenio Garza Sada, el ascenso de Luis Echeverría Álvarez a la Presidencia de la República en 1970 significó un serio tropiezo en cuanto al control que se tenía de la política y los políticos en Monterrey.
Pero si algo distanció a Echeverría del llamado Grupo Monterrey, fue su belicosidad contra Estados Unidos y su afinidad manifiesta con las ideologías de izquierda, incluida su amistad lo mismo con Fidel Castro que con Salvador Allende.
Pero si algo distanció a Echeverría del llamado Grupo Monterrey, fue su belicosidad contra Estados Unidos y su afinidad manifiesta con las ideologías de izquierda, incluida su amistad lo mismo con Fidel Castro que con Salvador Allende.
Y fue en el contexto de la salida de Eduardo Elizondo, la renuncia de Alfonso Martínez Domínguez, la penetración de la Teología de la Liberación, el quiebre con El Norte y el acercamiento con el coronel García Valseca, que don Eugenio Garza Sada decidió retar las afrentas políticas e ideológicas de Echeverría.
Fue en 1973 cuando el coronel José García Valseca se presentó con el empresario para anunciarle que su poderosa cadena de diarios estaba a punto de ser intervenida por el gobierno federal debido a sus adeudos millonarios con PIPSA.
Don Eugenio Garza Sada intuyó con claridad que la jugada final de Echeverría era apoderarse de la principal cadena de diarios y con ello impulsar la ideología de izquierda.

El industrial regiomontano le propuso a García Valseca reunir, con el apoyo de empresarios de México, los fondos suficientes para el rescate. A cambio, le pidió que le cediera el control de los diarios y colocar al frente de esa cadena al periodista Salvador Borrego.(Foto, de la izquierda)
Cuando Echeverría supo del interés del Grupo Monterrey en la Cadena García Valseca, montó en cólera. El desafío era inaudito, considerando que el presidente ya había decidido que fuera Mario Vázquez Raña quien quedara al frente de “Los Soles”.
Hombre cercano al presidente, Vázquez Raña y su familia eran públicamente reconocidos por su cadena de mueblerías Hermanos Vázquez. Pero la fortaleza del apellido venía de un negocio mayor: la proveeduría a las fuerzas armadas mexicanas.
Hombre cercano al presidente, Vázquez Raña y su familia eran públicamente reconocidos por su cadena de mueblerías Hermanos Vázquez. Pero la fortaleza del apellido venía de un negocio mayor: la proveeduría a las fuerzas armadas mexicanas.
Para evitar el golpe contra la Cadena García Valseca, don Eugenio Garza Sada aceleró el trámite del cheque para hacer el pago a PIPSA. Pero se quedó a horas de consumarlo.
Su muy oportuno asesinato en Monterrey, la mañana del 17 de septiembre de 1973, presuntamente a manos de un comando de la Liga Comunista 23 de Septiembre, frenó el cierre de la operación.
No son pocas las voces, incluida la más reciente, el libro “Nadie Supo Nada: La Verdadera Historia del Asesinato de Eugenio Garza Sada”, del periodista Jorge Fernández Menéndez, que ubican la intentona de secuestro del empresario en la urgencia del gobierno federal para disuadirlo de la adquisición de “Los Soles”.
No son pocas las voces, incluida la más reciente, el libro “Nadie Supo Nada: La Verdadera Historia del Asesinato de Eugenio Garza Sada”, del periodista Jorge Fernández Menéndez, que ubican la intentona de secuestro del empresario en la urgencia del gobierno federal para disuadirlo de la adquisición de “Los Soles”.
Pero el plan se salió de control cuando el propio industrial, Bernardo Chapa y Modesto Hernández, su chofer y guardia, repelieron la agresión y terminaron asesinados en el lugar.
Después de todo, no hay que olvidar que el hombre de la inteligencia de Echeverría, Fernando Gutiérrez Barrios, siempre fue, junto con Sergio Méndez Arceo, el personaje mexicano más ligado a los movimientos guerrilleros internacionales, desde Cuba hasta la Patagonia, pasando por Nicaragua, El Salvador y Chile.
Hay quienes reconocen que don Eugenio Garza Sada traía consigo ese día el cheque con el que rescataría la Cadena García Valseca. Sea como fuere, nada de eso se consumó.
Veintidós días después de SU sepelio, el 10 de octubre de 1973, fue secuestrado en Guadalajara, también por la Liga Comunista 23 de Septiembre, el empresario Fernando Aranguren. Íntimamente ligado al Grupo Monterrey, siempre se advirtió que su chequera también aportó, junto con la de don Eugenio Garza Sada, para el rescate de la Cadena García Valseca. Apareció asesinado seis días después.
El trauma del sector empresarial era enorme. Y los sucesores de don Eugenio Garza Sada entraron en una zona de confrontación personal que terminó dividiendo al monolítico grupo en dos visiones: la de Eugenio Garza Lagüera y la de Bernardo Garza Sada. Javier Garza Sepúlveda debió conformarse con ser testigo del quiebre.

Los primos entendieron el mensaje de Echeverría y claudicaron a la compra de la Cadena García Valseca, que fiel a los designios presidenciales, terminó como Organización Editorial Mexicana en manos de su amigo Mario Vázquez Raña (En la foto).
Eugenio Garza Lagüera y Bernardo Garza Sada aprovecharon la salida de Rodolfo Junco de la Vega de El Norte, y el ascenso de sus hijos Alejandro y Rodolfo Junco González, para restablecer la relación perdida.
Y los afanes de una televisión nacional regiomontana, que despuntaban en un Canal 8 en la Ciudad de México y un Canal 6 en Monterrey, terminaron en una alianza con Telesistema Mexicano, de Emilio Azcárraga Milmo. De esa fusión, nacería Televisa.
Los miedos despertados por la confrontación entre don Eugenio Garza Sada y el gobierno de Luis Echeverría, y que culminó con el asesinato del patriarca, modificaron para siempre el inconsciente del empresariado de Monterrey. Su relación con el poder no volvería a ser igual. El pacto con José López Portillo en 1976 daría inicio a la nueva era.
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