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PEQUEÑA ACLARACIÓN
martes, 22 de mayo de 2012
PEQUEÑA ACLARACIÓN
(5-22-12-5:15PM)

Estimado Sr. Rosado, sin intención de molestarlo, hoy quisiera hacerle una pequeña aclaración pues no me parece correcto que en Nuevo Acción se publique algo que no está correcto y que la reputación del mismo se vea afectada. Acabo de ver el video de ‘Katungo’ acerca de las promesas de los candidatos políticos y quisiera aclarar que el presidente norteamericano que prometió devolver la bandera de la Brigada 2506 en una Cuba libre no fue el presidente Bush, sino el presidente John F. Kennedy.
Mil gracias por su atención.
Respetuosamente,
Luisa Diez-Vega
RECUERDOS DE UNA ANTIGUA CÁMARA
viernes, 25 de noviembre de 2011
RECUERDOS
DE UNA ANTIGUA CÁMARA
(11-24-11-1:00PM)


A las Unidades Cubanas del
Ejército de los Estados Unidos, acudió lo mejor y más graneado de la juventud
cubana en el exilio de ese entonces. Allí, en los campos de entrenamiento de
Fort Knox, en Kentucky y Fort Jackson, en Carolina del Sur se juntaron cubanos
de todas las tendencias, profesiones y clases sociales, con la esperanza de
aprender el dominio de las armas y las tácticas de la guerra moderna para
usarlas en la batalla contra la tiranía cubana. Las circunstancias políticas y
los pactos entre las grandes potencias nos impidieron cumplir nuestros sueños y
deseos pero no las ansias de seguir luchando por otros medios. Por allá
anduvieron desde Pepito Miró hasta Carlos Alberto Montaner, pasando por Armando
Boitel, el hermano del mártir Pedro Luis Boitel, Frank Bracera, los periodistas Julio
Estorino y Estebita Fernández , por sólo mencionar a algunos de los más
conocidos.
En las dos fotos que ilustran
esta sección aparecen: en la foto de arriba de derecha a izquierda: Donato Soto,
del Batallón de Paracaidistas de la Brigada 2506 y Aldo Rosado-Tuero; y en
la de abajo, en el mismo orden Aldo con el Jefe de su Escuadra, Remigio Sánchez
Travieso, en Fort Jackson a principios de 1963. (Fotos:
archivo personal de Aldo Rosado-Tuero)
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RECUERDOS DE UNA ANTIGUA CÁMARA
lunes, 26 de septiembre de 2011
RECUERDOS
DE UNA ANTIGUA CÁMARA
(9-25-11-8:10AM)

Otra escena del Campamento de la Jefatura Militar
Conjunta del Brigada 2506 y el Presidio Histórico Cubano. Con barba, Roberto
Novo Barker, Instructor Militar del Campamento. (Foto: archivo personal de Abel
Nieves)
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RECUERDOS DE UNA ANTIGUA CÁMARA Campamento de entrenamiento de la Brigada 2506, en las montañas de Guatemala
miércoles, 27 de julio de 2011
RECUERDOS
DE UNA ANTIGUA CÁMARA
(7-25-11-9:50AM)
Campamento de entrenamiento de la Brigada 2506, en las montañas de Guatemala,
a finales del 1960 o principios del 1961.
LA LECCIÓN DE LA BRIGADA 2506
lunes, 18 de abril de 2011
LA LECCIÓN DE LA BRIGADA 2506
(4-17-11-5:00PM)

Siempre hemos dicho que para recordar a los mártires y a los héroes caídos por una causa noble, no basta con las palabras, ni los discursos rimbombantes. Hay que homenajearlos siguiendo su ejemplo y mantenerse luchando por las causas por las que ellos dieron sus vida. Por eso hoy, en este nuevo aniversario del desembarco de la Brigada 2506 en las playas de Bahía de Cochinos, más que narrar su épica hazaña y quejarnos del cruel abandono de los aliados que los habían entrenado y armado, queremos resaltar, para que sigamos su ejemplo, la lección que nos brindó ese heterogéneo grupo de cubanos, de todas las procedencias sociales y de todos los credos políticos democráticos, que dejando a un lado, diferencias y partidismos supieron unirse para intentar salvar a la patria.
La Brigada, como tantas veces ha ocurrido en la historia, nos demostró, que cuando hay acción y cuando se HACE, la unidad se produce. El impasse, el no hacer nada, el respetar el status quo, no logra consenso, ni acción conjunta. Sólo cuando se convoca al hacer de verdad, se produce el milagro de que acudan al llamado hombres y mujeres de todas las clases sociales y de todas las corrientes de pensamiento. Por eso, son constantes nuestros llamamientos y nuestras exhortaciones a la disidencia y a la oposición a la tiranía, para que se mueva y comiencen a ir ganando poco a poco la calle. Cuando eso comience a ocurrir, la necesaria unidad, vendrá y la mayoría se nucleará alrededor de los que lidereen el esfuerzo. Los "líderes" encaprichados en mantener sus capillitas, se quedarán solos. Así ha sido en el pasado. Así ha sido siempre. Así será ahora. Sólo nos falta quien dé el paso al frente. Las fuerzas telúricas de los cayos e islas que forman nuestro Archipiélago tienen ya que haber incubado a quien ha de dirigir el despertar de nuestro pueblo. La sangre de los héroes de la 2506 y de tantos otros héroes caidos en esta lucha, tienen que estar haciendo germinar la semilla. Si no abrigáramos esa esperanza, moriríamos de tristeza. Por eso, contra la lógica y la actitud sumisa y decepcionante de nuestro pueblo y la falta de empuje de una disidencia cómplice y una "oposición" que no se decide a salir a las calles, seguimos alentando, Contra Viento y Marea la rebelión popular y la resistencia activa. ¡ADELANTE CUBANO!, QUE SI TU TE LO PROPONES, EN CUBA PRONTO COMENZARÁ A AMANECER.
EL HOMENAJE DE AYER A LOS PILOTOS DE LA BRIGADA 2506
domingo, 17 de abril de 2011
EL HOMENAJE DE AYER A LOS PILOTOS DE LA BRIGADA 2506
(4-17-11-11:00AM)
La bandera de la estrella solitaria a media asta, los aviones vuelan en formación de "piloto caido" sobre el monumento a la Fuerza Área de la Brigada 2506, ubicado en el Tamiami Airport, en el acto homenaje rendido ayer sábado 16 a ese puñado de valientes.( Fotos: Aldo Rosado-Tuero)
Ayer sábado, en horas de la tarde se rindió un emotivo homenaje a la Fuerza áera de la Brigada 2506, y en especialm ente a los pilotos caidos en esa acción, así como a los que han fallecido posteriormente. (en la foto: vista de una parte del público asistente)
Gran cantidad de exiliados de todas las edades se dieron cita en el Aeropuerto Tamiami de la 137 Ave del S.W., lugar donde ha sido erigido el monumento a estos pilotos y allí estuvo Nuevo Acción para brindarles a nuestros lectores detalles de la ceremonia.
VIENE DE LA PÁGINA PRINCIPAL
Se retiran los aviones que volaron en formación de "piloto caido" sobre los congregados en el Tamiami Park
Luis Posada Carriles se hizo presente en el acto y recibió el cariño de los asistentes que hicieron filas para fotografiarse junto a él.
No podía faltar la presencia de nuestro hermano Henry Agüeros que vino especialmente desde California, para estar en estos instantes de recordación junto a sus hermanos, a los que acompañó en abril del 1961 hasta el lugar del desembarco como radarista del US Conway.
LA HISTORIA EN LA MEMORIA LO QUE PENSABA Y NO DIJO DEAN RUSK SOBRE BAHÍA DE COCHINOS
martes, 8 de marzo de 2011
LA HISTORIA EN LA MEMORIA
LO QUE PENSABA Y NO DIJO DEAN RUSK SOBRE BAHÍA DE COCHINOS
(3-7-11-5:05PM)

Dean Rusk (54 ª EE.UU. Secretario de Estado) reflexiona sobre la invasión a Bahía de Cochinos
Breves extractos de: Como yo lo veía, por Dean Rusk-Como lo contó a Richard Rusk
WW Norton & Company, Nueva York- © 1990 Richard Rusk
Pág. 208-210:
El 22 de enero (1960) me enteré de la formación de una brigada de exiliados cubanos para una invasión a Cuba. Más tarde supe que Kennedy había recibido un informe sobre la brigada en noviembre, pero dudo que alguna vez lo hubiera aprobado o se opusiera a ella. Él y yo nunca lo discutimos antes de nuestra reunión del 22 de enero.
En reuniones posteriores, descubrí que la CIA había comenzado a entrenar a los exiliados cubanos en Guatemala en 1960. Se planeaba lanzar un asalto convencional y establecer un punto de apoyo cerca de los principales centros de población. El grupo de exiliados fue descrito como de una amplia base política formada por demócratas liberales, no sólo los seguidores de Batista. La CIA también creía que los desertores de las fuerzas armadas de Castro y otros cubanos anti Castristas se unirían a la brigada después del desembarco y se desencadenaría un alzamiento popular para derrocar al régimen de Castro. Una alternativa era que si la brigada no obtuviera el éxito esperado en la invasión, podrían dirigirse a las montañas y llevar a cabo operaciones de guerrillas.
Los planificadores de la CIA seguramente recordaban que el propio movimiento de Castro comenzó en pequeño, pero finalmente derrocó a Batista. Habíamos oído hablar de la desilusión generalizada en Cuba y había visto un flujo constante de refugiados que huían de su isla. Esto nos dio la impresión de que muchos cubanos no estaban con Castro y que harían algo en contra de de él si se presentaba la oportunidad.
Dentro de su propia administración el presidente Kennedy recibió consejos contradictorios y las opiniones estaban divididas. Desde La Casa Blanca, Arthur Schlesinger, Jr., escribió una carta en la que se oponía fuertementete a la operación, y el subsecretario de Estado Chester Bowles también se opuso con mucha fuerza.
Yo reporté la oposición de Bowles a Kennedy, pero no le hice ningún memorando, ya que Kennedy nos había dejado saber que a él le disgustaba que lo atiborráramos de memos.
El vicepresidente Lyndon Johnson se mostró escéptico acerca de la operación, pero no asistió a muchas de nuestras reuniones sobre el mismo, parecía que la invasión fue un plan descabellado que no podría tener éxito. William Fulbright, presidente del Comité Senatorial de Relaciones Exteriores, también se opuso a la invasión y así lo dijo al Presidente. Sin embargo, otros líderes claves del Congreso no fueron consultados porque se temían fugas en la información. Irónicamente, más consultas del Congreso podrían haber ayudado a Kennedy a evitar un grave error.
Sin embargo, el presidente Kennedy decidió proceder, sobre todo siguiendo los consejos de Allen Dulles y Richard Bissell en la CIA. El Estado Mayor Conjunto también apoyó la operación, pero estoy convencido de que nunca vieron el plan como soldados profesionales. Ellos pensaban que como todo el show era una operación de la CIA, la aprobaron y se lavaron las manos. Si el Estado Mayor Conjunto hubiera sido responsable de la operación, mi conjetura es que hubieran formulado serias reservas, por ejemplo, habrían descubierto la gran brecha entre el tamaño pequeño de la brigada y sus grandes objetivos.
Y yo no serví al presidente Kennedy muy bien. Personalmente, estaba escéptico sobre el plan de la Bahía de Cochinos, desde el principio. También sentía que una operación de esa escala no se podía conducir bajo cobertura secreta. El desembarco y nuestra participación sería conocido del púbico desde el momento que la Brigada pusiera un pie en las playas. Nosotros no lidiamos para nada con la realidad. Por ultimo no teníamos evidencias de que Cuba estaba madura para otra revolución, y dudaba de un levantamiento que apoyara esta operación
Pero nunca expresé mis dudas de manera explícita en nuestras sesiones de planificación. Con un gran número de personas sentadas alrededor de la sala de gabinete hablando con el presidente, sentí que mi función consistía en observar los puntos débiles y plantear preguntas sobre la búsqueda de supuestos que se daban por sentado. Aunque había expresado mi oposición en privado al presidente Kennedy, nunca dejé en claro mi oposición en las propias reuniones porque estaba bajo la presión de los que querían continuar.
Yo debía haber presionado a Kennedy para que le dijera a los jefes del Estado Mayor Conjunto: "Yo posiblemente quiera invadir con fuerzas norteamericanas. ¿Cúantos hombres necesitaríamos para conducir nosotros esa operación con éxito?" Estoy seguro de que los jefes hubieran insistido en los bombardeos preliminares sostenidos y al menos dos divisiones para ell desembarco inicial, con el respaldo completo del Ejército, La Armada, los Marines y la Fuerza Aérea. Y el Presidente se hubiera dado cuenta de el contraste extraordinario entre el pensamiento de nuestros militares profesionales y los débiles recursos de la brigada cubana.
Como un ex coronel de infantería y jefe de los planes de guerra en el teatro de China-Birmania-India en la Segunda Guerra Mundial, yo sabía que esta brigada ligera de exiliados cubanos no tenía ninguna posibilidad de éxito. Menos de que una bola de nieve en el infierno. Pero yo no retransmití este juicio militar al presidente Kennedy, porque yo ya no estaba en el ejército.
LA VERDAD SOBRE EL ENGAÑO Y LA TRAICIÓN TOTAL A LOS BRIGADISTAS DE LA 2506
domingo, 6 de marzo de 2011
LA HISTORIA EN LA MEMORIA
LA VERDAD SOBRE EL ENGAÑO Y LA TRAICIÓN TOTAL A LOS BRIGADISTAS DE LA 2506
(3-6-11-5:05PM)

La Fuerza de Tarea Alpha
NOTA DE NUEVO ACCIÓN: El relato de nuestro compañero Henry Agüeros Garcés, radarista del destructor estadounidense USS Conway, de la Fuerza de Tarea Alfa, que acompañó a la brigada 2506 en abril de 1961, nos alentó a investigar más sobre este asunto, y nuestra búsqueda nos ha convencido más aún de lo que estábamos, por lo que ya sabíamos, de la tremenda traición, ya premedita cuando el Presidente Kennedy ordenó "dump them there" (bótenlos allí). Los brigadistas no eran idiotas y es claro que no podían pensar que menos de dos mil de ellos iban a lograr derrocar militarmente al aparato militar castrista. La sola presencia de la Fuerza de Tarea Alfa formada por un poderoso portaaviones, varios destructores y otros barcos auxiliares con más de 6 mil efectivos, les decían sin palabras que el respaldo a su acción era total, tanto en el aire como en tierra.
El siguiente relato de un veterano del destructor USS CONY, aclara muchos misterios. Con un nuevo aniversario de esa traición acercándose Nuevo Acción iniciará una serie poniendo la verdad histórica en su verdadera dimensión:
Por Dave Barker ( veterano del USS Cony)

Destructor DD-508 Cony
1961, fecha de una fracasada invasión de Cuba por exiliados cubanos, apoyados por el gobierno de los EE.UU. El 17 de abril de 1961, una fuerza armada de cerca de 1.500 exiliados cubanos desembarcaron en la Bahía de Cochinos (Playa Girón) en la costa sur de Cuba. Entrenados desde mayo de 1960, en Guatemala por los miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con la aprobación de la administración de Eisenhower, y provistos de armas por parte del gobierno de los EE.UU., los rebeldes llevaban la intención de fomentar una insurrección en Cuba y derrocar al régimen comunista de Fidel Castro. El ejército cubano derrotó con facilidad a los rebeldes el 20 de abril. La mayoría fueron muertos o capturados. La invasión provocó manifestaciones anti-estadounidenses en América Latina y Europa, y aún más las relaciones entre EEUU y Cuba empeoraron. Mal planificada y ejecutada, la invasión sometió al presidente Kennedy a severas críticas en el país. El líder del exilio cubano, José Miró Cardona, presidente de la sede en Estados Unidos del Consejo Revolucionario Democrático, culpó del fracaso de la CIA a la negativa de Kennedy de autorizar el apoyo aéreo para la invasión.
En diciembre de 1962, Castro liberó a 1.113 invasores capturados a cambio de $53 millones en alimentos y medicinas conseguidos por donaciones privadas en los Estados Unidos.
Los problemas en el estanque del patio trasero de los EE.UU. (El Caribe) comenzaron principios de enero de 1961, cuando barcos de la Armada comenzaron a tomar posiciones frente a Cuba. El 17 de abril de 1961 dio comienzo la invasión para derrocar a Fidel Castro en la Bahía del Cochinos (Playa Girón) en la costa sur de Cuba, exiliados cubanos formando la Brigada 2506 (unos 1.300 hombres) desembacaron.
La Fuerza de Tarea “Alfa” acompañó a los expedicionarios. La formaban: el portaaviones ESSEX, escoltado por el CONWAY y los Destructores, Cony, EATON, Murray y Waller, el submarino de propulsión diesel USS ZAPATERO (SS-344), junto con otro sumergible de la Fuerza de la Flota del Atlántico de Desarrollo, fueron parte de la Task Force Alpha.
También estaban de escoltas los Destructores Bache y Beale, según nos han contado veteranos a bordo de estos barcos. A bordo del Essex estaba el VA-34, un escuadrón de aviones de combate llamado "Blasters Azul" y la Marina 1200. En total 6.000 soldados estadounidenses probablemente cubrían la invasión. (Además, la CIA había reclutado a por lo menos 18 aviadores civiles de los EE.UU. como pilotos, navegantes, operadores de radio y los ingenieros de vuelo para volar B-26 en misiones de bombardeo de los exiliados.)
Directamente implicado en el desembarco estuvo el buque SAN MARCOS (LSD-25) con una dotación de 326 hombres. Bajo el amparo de la oscuridad, éste recogió un contingente de combatientes por la libertad cubana y los transportó a la Bahía de Cochinos, recordó David M. Scott, compañero de un maquinista de San Marcos. Uno de los barcos fuera contratados por la CIA fue hundido, pero nuestro barco no fue golpeado. Sin embargo, otros buques de EE.UU. sí estuvieron a punto de ser de ser bombardeados.
El EATON llevó la flotilla de la invasión a la Bahía de Cochino, y recibió el fuego desde la playa. Estas descargas de armas ligeras fueron precedidas y seguidas por dos proyectiles perdidos de los tanques cubanos colocados a lo largo de la bahía. Joe Perilla, un radarista del CONY, recordó: “Disparos de armas pequeñas comenzaron a alcanzar la nave, por lo que se trasladó fuera del alcance de tales armas durante la invasión".
Durante una patrulla que recogió un contacto secundario y ya de regreso a Norfolk a la tripulación se le ordenó guardar silencio acerca de dónde veníamos y lo que hicimos.
Por otra parte, un ballenero, que llevaba a marinos fuertemente armados con rifles automáticos Browning, del Cony, quedó varado mientras rescataban sobrevivientes de la Brigada y le dispararon desde, un helicóptero de Cuba.
El ESSEX envió un vuelo de reconocimiento, y un DC-4 hizo fuego sobre las playas el 19 de abril para proteger a los vulnerables bombarderos B-26. Asesores voluntarios de EE.UU. volaron cuatro de los B-26s. Trágicamente, los cuatro de Alabama perdieron la vida ese día.
Un atacante fue derribado por fuego antiaéreo en el Central Australia. Ambos pilotos sobrevivieron al accidente. Sin embargo, fueron asesinados posteriormente. El otro avión fue perseguido por un T-33 cubano y derribado sobre el mar con la pérdida de sus tripulantes. Estas muertes estadounidenses no fueron admitidas oficialmente hasta el 25 de febrero de 1963.
La brigada cubana de el exilio perdió 114 KIA (Killed in Action-muertos en acción) y tuvo 1.189 capturados. El gobierno comunista siempre ha sostenido que ellos tuvieron 106 muertos en las operaciones para abortar la invasión.
Barcos de la Armada de los EE.UU. permanecieron en aguas cubanas a través de la Crisis de los Misiles de octubre de 1962. Muchos de los registros del Ejército y la Fuerza Aérea de 1961, fueron quemados. Sin embargo, muchos fueron reconstruidos y muchos no fueron severamente dañados. No hubo anotaciones sobre la Guardia Armada, Infantería de Marina o Costa en los registros en cuestión. Ahora usted se preguntará ¿Cómo puedo saber yo de estos hechos?
En los últimos 25 años he representado a miles de veteranos en varios de sus reivindicaciones ante la Administración de Veteranos y, afortunadamente, con una tasa de éxito muy alto. Ayudamos a los veteranos en la obtención de sus legítimos derechos y beneficios de los servicios de VA (Administración de Veteranos), militares y navales.
He escrito tres libros que están en la Biblioteca del Congreso son: “En Busca de la Verdad para los Veteranos de Vietnam”, “El veterano de combate de la Segunda Guerra Mundial hasta el presente” y “Tormenta del Desierto: La historia no contada.”
Anteriormente yo era empleado de la Comisión de Servicios para Veteranos en Columbus, Ohio. Serví como Oficial Senior de Servicios para Veteranos hasta que me retiré.
Nuestro principal objetivo era ayudar a los veteranos en los beneficios del VA (La Administración de Veteranos) y Seguridad Social. Antes de mi mudanza a la AMVETS (American Veterans). Muchos veteranos acudieron a mí para que les ayudase a localizar, actualizar y la corregir sus registros militares.
Creo que la cuestión de Bahía de Cochinos es un tema más allá de la comprensión de casi todos los otros veteranos, ya que están atrapados en sus propios temas y no se dan cuenta de lo que les afecta hoy en día es producto de lo que hicimos en abril de 1961.
Fuimos la primera fuerza norteamericana en abandonar un campo de batalla y alejarnos para guardar distancia, dejando atrás nuestras almas, cuando se les ordenó salir de la Bahía de Cochinos y dejar atrás a la Brigada 2506, ignorando que se habían comprometido con esa magníca gente. Si usted recuerda que todos estaban molestos por los trágicos acontecimientos. ¿Recuerda el poema del Conway sobre Bahía de Cochinos?
¿Recuerdan que cuando un GM # en nuestro barco habló de ello, en un bar en la playa y el SP Spooky, lo trajo de vuelta? Fuimos los primeros que quedamos hoy en día, en realizar una operación fantasma. Esto preparó el escenario para Vietnam, comprometerse, luchar y dejar todo sin terminar. De esto de ninguna manera se puede culpar a ninguno de nosotros que estuvimos en la Bahía de Cochinos, o a nuestros oficiales al mando, sino lo que todo esto es la responsabilidad del mismo hombre que nos llevó a las profundidades de Vietnam.
El Sr. Robert McNamara, Secretario de Defensa, que suspendió el apoyo aéreo y el apoyo total a la Brigada 2506. Incluso tuvimos líderes de la Brigada en el Cony. El encargado de los cañones, Stokes y otros limpiaban sus armas. Se les llevó a los 26 en un barco “ballenero” de motor, como en un servicio de taxi y luego se les dejó varados, debido al cambio por órdenes del Sr. McNamara después de que el evento estaba totalmente en marcha.
David A. Barker , tripulante del USS Cony del 1959 al 1961
REUNIÓN DE VETERANOS DE BARCO DE GUERRA NORTEAMERICANO RINDE TRIBUTO A LA BRIGADA 2506 EL USS CONWAY ACOMPAÑÓ A LOS BARCOS DE LA BRIGADA
viernes, 11 de febrero de 2011
REUNIÓN DE VETERANOS DE BARCO DE GUERRA NORTEAMERICANO RINDE TRIBUTO A LA BRIGADA 2506
EL USS CONWAY ACOMPAÑÓ A LOS BARCOS DE LA BRIGADA
(2-11-11-5:05PM)

En la foto, tomada en la a reunión de la Asociación de Veteranos del USS Conway, nuestro compañero Henry Agüeros, radarista del barco, (tercero de derecha a izquierda) sostiene el cuaderno de bitácora que cuenta la historia del USS Conway, de la participación de ese barco y su tripulación en la Invasión de Bahía de Cochinos y en los días que siguieron, cuando salvaron a varios brigadistas. Dos norteamericanos de la tripulación que estuvo en Bahía de Cochinos sostienen la bandera de la Brigada de Asalto 2506.
Nuestro hermano Henry Agüeros Garcés, ex radarista del USS Conway DDE-507, ex jefe de los Comandos de la "Operación Castigo" del Movimiento Nacionalista Cristiano, ex prisionero político por su prominente participación en la guerra por los caminos del mundo, veterano de misiones de infiltración y exfiltración y de suministros de pertrechos a los combatientes anticomunistas en Cuba, hoy en día Presidente de "Nueva Esperanza de Cuba", asistió hace poco a la reunión anual de los veteranos de ese buque de la Marina Norteamericana, en la que pudo compartir con sus compañeros de tripulación y revivir los aciagos días de abril de 1961, cuando su barco formaba parte del convoy que acompañaba a los barcos que transportaban a los Miembros de la Brigada 2506 a las playas cubanas en aquel heroíco intento de salvar a Cuba del castrocomunismo.
Henry y otros miembros de la tripulación de ese barco, después de la derrota y la traición de los amigos, ayudaron a salvar a varios brigadistas en alta mar y recogieron a varios que habían muerto de hambre y de sed.
Henry nos ha referido muchas veces como los días 18 y 19 de abril, muchos de los tripulantes norteamericanos, incluyéndolo a él, lloraban de coraje cuando les eran denegadas sus peticiones para entrar en combate. Nuestro hermano, nacido en New York, hijo de padre cubano y madre boricua, nos ha relatado como ese día él se juró a sí mismo: "Yo no nací en Cuba, pero hoy Cuba nació en mí". Y desde entonces su vida ha estado dedicada a la lucha constante contra el enemigo castro comunista y sus cómplices.
En esa reunión, el Segundo Teniente Charlie Coales, habló de Henry y de sus cualidades como marino y lo ratificó en una carta posterior a la reunión en la que afirma, entre otras cosas: "Cincuenta años después yo quiero elogiar la actuación de Henry Agüeros por su profesionalismo, sus destacado modo de trabajo y su atención a su deber. Nosotros resistimos juntos muchas guardias en el CIC (Combat Information Center-traducción: Centro de Información de Combate), algunas veces en un mar picado y con el equilibrio en precario, y siempre pude depender de él y sus habilidades como radarista."
Reconforta que en momentos que muchos cubanos han desertado de su deber y olvidado la historia de lucha y otros hasta ofenden a los héroes, que norteamericanos, todavía recuerden con orgullo su participación en nuestra historia y rindan tributo a los héroes cubanos.
NOTA PERSONAL DE NUESTRO DIRECTOR: A mi hermano de lucha de tantos años, por su modestia y su dignidad, no le va a hacer mucha gracia este comentario, pero tengo que decir lo que pienso. Este es un mensaje a los directivos de la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506: ¿HASTA CUANDO VAN A ESPERAR PARA NOMBRAR A HENRY AGÜEROS MIEMBRO DE HONOR DE LA BRIGADA? CALIFICACIONES LE SOBRAN.
Reunion extraordinaria de la Delegación de California de la Brigada 2506, acuerda...
martes, 8 de febrero de 2011
(2-8-11-10:00AM)

La Delegación de California de la Brigada 2506, en reunión extraordinaria llevada a cabo el sábado 5 de febrero del 2011, por unanimidad acordó sugerir al presidente nacional de la Brigada 2506, Félix I. Rodríguez lo siguiente:
Que se declare "persona non grata" al Sr. Hugo Cancio por las mútiples provocaciones ocurridas en la ciudad de Miami, capital del exilio histórico cubano, mediante las contrataciones de artistas pro-castristas, tanto traídas de Cuba directamente como contratadas en el exilio, hecho éste que lo identifica como "un enemigo de la causa de la liberación de Cuba".
Orlando Atienza, Delegado; Orlando Martínez Miller, Secretario; Abel Pérez, Tesorero
MÁS SOBRE LA REPROCHABLE CONDUCTA DE CAP
domingo, 2 de enero de 2011
MÁS SOBRE LA REPROCHABLE CONDUCTA DE CAP
(1-1-11-10:00AM)
Por José (Pepito) Regalado #2649, Oficial de Inteligencia del Team de Infiltración #1 de la Brigada 2506.
Como comentario adicional a lo del Embajador Valladares, así es como lo viví en carne propia como Ejecutivo del Bank of America International Division en Caracas, Venezuela desde el 1977 al 1981. Primero como Senior Credit Administrator de la División Latinoamericana y después como Vicepresidente y Gerente General de Metro-America, C.A. Sociedad Financiera con sus oficinas principales en el Edificio Villasmil “Pastor esquina a Puente Victoria en Caracas, Venezuela.” Esto no es cuento sino la pura realidad de lo que pude vivir bajo CAP y después con Luis Herrera Campín como Presidentes.

Debo reconocer que hay varios de mis compañeros de los Teams de Infiltración que le están muy agradecidos a CAP y/o a Venezuela por la acogida que les dieron y por lo bien que los trataron en Venezuela, esta tradición se remonta a la época de Rómulo Betancourt y tanto muchos ADECOS como COPEYANOS se portaron muy bien con un grupo grande de exilados y si en realidad ha habido un grupo de extranjeros que jamás fueron tratados como "Mosieu" fueron los cubanos. Sin embargo también hay que reconocer que CAP coqueteó muchísimo con Fidel Castro, y que muchos expertos consideraron que había sufrido una metamorfosis. Yo soy testimonio de un trato no adecuado a pesar de haber sido invitado a Venezuela como Ejecutivo de la División Latinoamericana del Bank of America.
En septiembre de 1977 fui transferido por el Bank of América Latina American División de Quito, Ecuador donde me encontraba como Gerente General, para la División Latinoamericana con sede en Caracas, Venezuela. Cuando acompañado de mi familia llegamos al Aeropuerto de Maiquetía en Venezuela. Mi familia consistía de mi señora Nancy Salas de Regalado, mi suegra Caridad Pérez León, mis hijos Maritza 13, Vivian 11, Jorge Rafael Regalado de 9 y Patricia con 6 meses de edad. En el Aeropuerto Agentes de la Disip (Policía Política) procedieron a incautar los pasaportes de mi señora, mi suegra y el mío propio (José Regalado) porque según ellos yo me encontraba en la lista negra del Presidente de la República Carlos Andrés Pérez pues era miembro de los Teams de Infiltración de la Brigada 2506.
Esa noche nos dejaron salir del Aeropuerto con unos salvoconductos y debíamos presentarnos en la jefatura de la Disip el lunes a primera hora, cosa que nunca pensé en hacer ya que consideraba un insulto a mi persona y a mi inteligencia el que se me haya confiscado el pasaporte de los Estados Unidos de Norte América. Le hice saber al Bank of América esa misma noche que de no regresarnos los pasaportes cuanto antes y con disculpas al caso ellos me tenían que sacar de Venezuela cuanto antes y que no me interesaba quedarme en ese país un minuto de más.
Al otro día, domingo y después de haber alquilado un auto salimos a almorzar a un restaurante italiano en el Paseo de las Mercedes, su nombre Mama Mía Pizzería, gracias a Dios la casualidad hizo posible que en el mismo me encontrara con un amigo y compañero de la Brigada 2506 que se encontraba de Mayor en el Ejército de los Estados Unidos y agregado al Fuerte Tiuna para asesorar la División de Tanques del Ejército Venezolano, su nombre es Modesto Castaner (quien fuera Presidente de la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506) él se ofreció para recuperar los pasaportes de nosotros tres, cosa que logró de inmediato.
Este señor Carlos Andrés Pérez, tuvo un ayudante en la Disip el cual yo contraté dos años más tarde como chofer en Metro-América Sociedad Financiera C.A., y el Sr. Benítez, que así se llamaba, fue el correo con el que se enviaban las remesas de dólares vía Panamá a Costa Rica con la complicidad explícita de Torrijos y Carazo y cuyos fondos se entregaban al Frente Sandinista en la ciudad de Liberia en la Provincia de Guanacaste al norte de Costa Rica y muy cerca de la frontera con Nicaragua.
Este señor Presidente tal y como me contara hace dos días mi querido amigo y ex prisionero político de muchos años en Cuba Haroldo Hernández, me comentó que el ex presidente de Cuba Carlos Prío Socarras envió a dos de sus hombres de mayor confianza a Venezuela para solicitar de este Presidente ayuda para derrocar a Fidel Castro, y a pesar que después que vivió varios años en Cuba como botellero del gobierno de Prío, les dijo tajantemente que él era el Presidente de los Venezolanos y no de los cubanos por lo que les negó la ayuda.
Otra anécdota y contada a mí personalmente por el Dr. Carlos Guillermo Rangel, quien fuera Ministro del Fondo de Inversiones en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, también era Presidente de la Junta Directiva (Chairman of the Board) para la Compañía de Seguros La Metropolitana, Seguros Los Andes y de Metro-
América C.A. Sociedad Financiera (una Joint Venture entre el Grupo Beracasa, Grupo Mendoza, y el Bank of América del cual yo era el Representante de los intereses del Bank of América y fungía como Vicepresidente y Gerente General) el Dr. Rangel, hombre honesto e íntegro a cabalidad, me contó como lo enviaron en una gira por todo los países miembros de la Opec y cuando a su regreso se entera en el Aeropuerto de Maiquetía que CAP se encontraba reunido con todos los presidentes de América Central (inclusive Somoza a quien después financió al FSLN para derrocarlo) para firmar el convenio por el cual Venezuela le daba a ellos el petróleo a precio preferencial y la diferencia se la cubría con bolívares blandos a largo plazo, supuestamente intencionados para el desarrollo de esos países. El Dr. Rangel se indispuso inmediatamente y siguió para Puerto Ordaz donde le armó tremendo problema a CAP por estar regalando los dineros de Venezuela a un grupo de bandidos, fue tal el disgusto que renunció en ese lugar a su posición de ministro y hubo que llevarlo de emergencia al hospital pues tuvo su primer ataque al corazón en Puerto Ordaz. Más nunca se volvieron a hablar.
América C.A. Sociedad Financiera (una Joint Venture entre el Grupo Beracasa, Grupo Mendoza, y el Bank of América del cual yo era el Representante de los intereses del Bank of América y fungía como Vicepresidente y Gerente General) el Dr. Rangel, hombre honesto e íntegro a cabalidad, me contó como lo enviaron en una gira por todo los países miembros de la Opec y cuando a su regreso se entera en el Aeropuerto de Maiquetía que CAP se encontraba reunido con todos los presidentes de América Central (inclusive Somoza a quien después financió al FSLN para derrocarlo) para firmar el convenio por el cual Venezuela le daba a ellos el petróleo a precio preferencial y la diferencia se la cubría con bolívares blandos a largo plazo, supuestamente intencionados para el desarrollo de esos países. El Dr. Rangel se indispuso inmediatamente y siguió para Puerto Ordaz donde le armó tremendo problema a CAP por estar regalando los dineros de Venezuela a un grupo de bandidos, fue tal el disgusto que renunció en ese lugar a su posición de ministro y hubo que llevarlo de emergencia al hospital pues tuvo su primer ataque al corazón en Puerto Ordaz. Más nunca se volvieron a hablar.
Mientras que estuve en Metro-América varias veces tuve que viajar a El Salvador, a Guatemala, a Costa Rica y a Honduras solicitando que me prestaran los bolívares lo cual hacían al 11% anual contra los préstamos dados por CAP “para el desarrollo” al 2% anual. También hizo lo mismo con la Corporación Andina de Fomento con sede en Quito y adonde tuve que viajar varias veces para que el Banco Central del Ecuador le prestara Bolívares que tenían blandos a precios de usura para nosotros poder financiar los proyectos agropecuarios y de desarrollo industrial y urbano que nos imponía el Fondo de Desarrollo Industrial y Agropecuario y el Urbano a las financieras en Venezuela. Teníamos la obligación de prestar hasta el 25% de la cartera bajo pena de ser multados sino lo hacíamos, imagínense lo difícil que era prestar al agro en un país sin cultura agrícola, y donde la mayoría de estos préstamos terminaban en condominios en Miami, en los Alpes o en Aspen. Todo era una tomadura de pelo, la corrupción no se creó con Chávez, también se practicaba por la libre con los adecos y los copeyanos. Venezuela estaba condenada.
Lo irónico de todo esto es que fui inquilino de la hija de CAP, Marta casada con un tal Lamadrid, en su casa de Alto Prado, casa que como oficial del Bank of América en el extranjero el Banco era el que pagaba la renta.
Aquellas lluvias trajeron estos lodos para quedarse y nunca irse. Yo en lo personal creo que el proceso es irreversible y que Venezuela jamás volverá a ser la misma.
Saludos de José (Pepito) Regalado #2649, Oficial de Inteligencia del Team de Infiltración #1 de la Brigada 2506.
PREGUNTAS SIN RESPUESTA
viernes, 23 de abril de 2010
PREGUNTAS SIN RESPUESTA

por Diego Trinidad, Ph. D.
Después de casi medio siglo de la invasión de Playa Girón en 1961, todavía las principales y más importantes preguntas permanecen sin respuestas. Lamentablemente, aunque ya casi toda la documentación sobre este triste episodio, el cual consolidó la todavía entonces frágil revolución cubana, ha sido revelada, estas preguntas casi seguro nunca serán contestadas. Porque las preguntas mas importantes que quedan se refieren a las razones y motivaciones, sobre todo del presidente americano John Kennedy, en primero permitir el lanzamiento de la invasión, a pesar de todas sus dudas y reservas, y sobre todo, en restringir los bombardeos a la fuerza aérea de Castro (FAR), la cual era imprescindible destruir antes del desembarco de la Brigada 2506 en Playa Girón, para poder tener control del aire sobre Bahía de Cochinos y asegurar el establecimiento de una cabeza de playa en Cuba. Esto era una parte esencial del Plan Zapata, y sin el control del aire, no era posible. Como bien se sabe, al suspender los bombardeos de abril 16 y de la madrugada del 17, Kennedy condenó la operación al fracaso y desencadenó una serie de eventos que terminaron consolidando la revolución. Pero Kennedy nunca le dijo a nadie por qué había permitido la invasión y por qué había suspendido los últimos dos bombardeos, y esos secretos se los llevó a la tumba cuando fue asesinado el 22 de noviembre del año siguiente.

Con motivo de un nuevo aniversario de la invasión, el número 49, han sido publicados algunos trabajos interesantes, entre ellos dos notables. El pasado 18 de abril, el escritor Don Bohning(foto de la izquierda) publicó un artículo en The Miami Herald, “Anatomy of a Failure”, en el cual cuenta de una llamada fatal realizada por el Asesor de Seguridad Nacional McGeorge Bundy al SubDirector de la CIA, el General Charles Cabell, el dia 16, que según Bohning condenó al fracaso la operación. El segundo fue escrito por Brian Latell, investigador asociado al Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami y por veinte años a cargo del buró de Cuba en la CIA. Latell publicó su reporte titulado “The Phantoms of the Bay of Pigs” en una revista electrónica del Instituto y lamentablemente no ha recibido mucha cobertura mediática, pero es mas intrigante que el de Bohning. A continuación, unos breves comentarios sobre los dos.
El problema con el corto escrito de Bohning es que la secuencia de eventos no es correcta, ni tampoco fue esa llamada tan trascendental como él piensa. Bohning ha escrito extensamente sobre la invasión y las relaciones entre EU y Cuba, sobre todo durante la administración de Kennedy, pero aunque es relativamente objetivo, es uno mas entre los tantos apologistas de Kennedy—quien por supuesto fue el responsable de la cancelación del segundo y tercer bombardeos, siguiendo las recomendaciones de ese otro también gran culpable que fue su Secretario de Estado Dean Rusk. Bohning además le da mucha importancia a las declaraciones de Cabell—algún tiempo después de los hechos, cuando la memoria se vuelve más selectiva—ante la comisión presidida por el General Maxwell Taylor para “investigar” el fracaso de la invasión (pero realmente para encubrir la responsabilidad de Kennedy). He aquí lo ocurrido. En la tarde del 16 de abril, un domingo, Washington estaba casi desierto. Pero en el War Room de la CIA (todavía el presente edificio en Langley no había sido construido), E. Howard Hunt y un pequeño grupo estudiaban las últimas fotos tomadas por aviones U-2 sobre Cuba y el Oficial de las Operaciones Aéreas a cargo, el Coronel “George” (Hunt no lo identifica por su nombre), estaba a punto de ordenar la partida de los B-26s desde la pista de Puerto Cabezas, Nicaragua, para completar la segunda misión de los bombardeos y eliminar lo que quedaba de la FAR. En ese momento llegó al War Room el General Cabell, quien había quedado a cargo de la CIA durante la ausencia del Director Allen Dulles, en Puerto Rico para una conferencia y convenientemente ausente de Washington para evitar a los medios de información. Cabell preguntó a “George” qué hacía y cuando fue informado de que el segundo bombardeo estaba a punto de partir, dijo: “Tenía entendido que la segunda misión había sido cancelada”. “No General, la autorización fue destruir toda la FAR, sin restricción del número de bombardeos”, contestó “George”. Esto no era verdad, pero “George” decidió “malinterpretar” la orden de Kennedy del día antes, cuando a raíz del primer bombardeo y el descubrimiento de que los B-26s no eran de la FAR, como primero se había informado, la reacción en la ONU fue muy desfavorable hacia la posición de la administración de Kennedy y el representante de EU, Adlai Stevenson (quien no sabía casi nada del plan y también había sido engañado sobre la procedencia de los B-26s porque no se le consideraba confiable) protestó que sin saber lo que hacía, su labor era insostenible. Rusk entonces recomendó a Kennedy suspender los otros dos bombardeos planeados y Kennedy así lo decidió, ya que los dos consideraron que apaciguar a la opinión pública era mas importante que completar las misiones aéreas.
Cabell ordenó la suspensión de la segunda misión, con los aviones ya en la pista listos para despegar, mientras consultaba con Rusk. Rusk confirmó la cancelación, pero llamó a Bundy a la Casa Blanca para asegurarse. Eso ocasionó la llamada de Bundy a Cabell citada por Bohning. Pero nótese que Bundy solo fue el mensajero, confirmando la cancelación ordenada por Kennedy. Por cierto, desde entonces, los apologistas de Kennedy, incluyendo a Bohning, han culpado a Stevenson de la cancelación, mencionando su “amenaza” de renunciar a su posición en la ONU si los planeados bombardeos se permitían, pero eso es falso. Stevenson nunca amenazó con renunciar, solo pidió que se le mantuviera informado y que no se le mintiera. Sí, él también estaba opuesto a la operación entera, pero no fue el responsable de nada. Mientras tanto, ahí no terminó el caso. Cabell, acompañado de Richard Bissell, el Director de Operaciones de la CIA y el jefe de la Operación Zapata, fueron personalmente a ver a Rusk a su apartamento en la noche del 16 para convencerlo de cambiar la orden de cancelación. Rusk se negó, pero llamó a la Casa Blanca informando al presidente de la insistencia de Cabell y Bissell sobre la importancia de reconsiderar su orden, agregando su recomendación de mantenerla, lo cual Kennedy hizo. Rusk le pasó el teléfono a Cabell preguntando si querían hablar con el presidente, pero los dos rehusaron. Años después, en sus memorias, Bissell admitió que debió haber hablado con Kennedy, pero esto de nada hubiera servido. Ya veremos lo que dice Latell al respecto, pero antes de terminar con Bohning, queda mencionar que la noche siguiente, el 18, cuando los brigadistas estaban a punto de ser destruidos, Bissell trató por última vez de convencer a Kennedy. Junto con el Almirante Arleigh Burke, Jefe de Operaciones Navales, Bissell confrontó a Kennedy a la salida de una recepción de gala en la Casa Blanca y los dos le rogaron al presidente que al menos permitiera aviones de la Marina que volaran sobre Girón para proteger a los invasores y tratar de salvar la operación. Kennedy se negó rotundamente, diciendo que eso “involucraría” a EU. A lo que Burke contestó explosivamente, “Pero al Diablo, Señor Presidente, estamos involucrados”. De nada sirvió. Como San Pedro, Kennedy por tercera vez se negó y con eso condenó al fracaso la operación. Ver en referencia a lo antes escrito mi capítulo sobre Girón en el libro de Efrén Córdova “50 Años de Revolución: El Legado de los Castro”, pp. 471-73. Tambien ver “Give Us This Day”, de E. Howard Hunt (testigo presencial), pp. 195-98 y “Reflections of a Cold Warrior”, de Richard Bissell, pp. 183-86.

Latell(foto de la izquierda)) en su intrigante reporte simplemente menciona la serie de preguntas incontestadas sobre la invasión, los “fantasmas” a que se refiere en el título. Pero lo más interesante es que menciona algo escrito por un alto oficial de la CIA, Jim Flannery, muy involucrado en la Operación Zapata y quien trabajó estrechamente con Bissell y luego con otro Director de la CIA, Richard Helms. Flannery concluyó, después de examinar todo lo conocido sobre la fracasada invasión hace algunos años: “No tiene sentido. Algo falta. Y apuesto que lo que falta quedó entre Bissell y Kennedy y nadie mas”. A lo que se refiere Flannery es a los planes, iniciados por Bissell desde tiempos de Eisenhower, de asesinar a Fidel Castro antes (o durante) la invasión. Esto ya era conocido hace tiempo, pero no muy detalladamente. Fue el investigador y periodista Seymour Hersh quien reveló muchos de esos detalles en su libro “The Dark Side of Camelot”, publicado en 1997, sobre todo la existencia de trece reuniones secretas entre Bissell y Kennedy en la Casa Blanca desde su toma de posesión hasta días antes de la invasión. Otros importantes libros han aparecido desde entonces, pero en general, a estos planes de asesinato no se le habían dado mucha importancia hasta la publicación en 2008 del libro “The Bay of Pigs”, de Howard Jones, a quien conocí personalmente en la Universidad de Miami cuando presentó el libro y quien ha cooperado mucho conmigo en ciertas otras investigaciones. Yo también incluyo esos planes en mi capítulo sobre Girón del libro ya mencionado de Efrén Córdova. Y lo debo directamente a una conversación que tuve con Brian Latell en su oficina aquí en la Universidad de Miami hace como cinco años, ya que fue él quien me dirigió al libro de Hersh y otros sobre el tema.
Hasta recientemente, Bissell para mi era una figura relativamente admirada. Sin embargo, es muy posible que en verdad hubiera convencido a Kennedy del éxito de esos planes de asesinato. Esto explica bastante la aparente apatía y desinterés de Kennedy en los planes de la invasión y sus detalles. Pero ni con mucho lo explica todo. Y muy definitivamente no exime de culpabilidad al presidente por todas las funestas decisiones que tomó antes y durante la invasión. Lo que mas dudas me causa ahora sobre Bissell es algo que él mismo menciona en sus memorias, cuando en referencia a si le había revelado a Kennedy la operación (entonces llamada Operación Trinidad, cuando el desembarco iba a ser por Casilda) antes de la elección de 1960, de lo que fue acusado junto con Allen Dulles por Richard Nixon en su libro “Six Crisis” de 1962. Bissell confiesa que quizás un mes antes de la elección “inapropiadamente le dije (a Kennedy) que estaba de acuerdo con mucho de su filosofía”. Esto para mi es bien preocupante, pues crea una impresión de intimidad mucho mayor que lo pensado hasta ahora. Eran amigos socialmente y se hicieron mucho más íntimos, sobre todo mientras los dos solos conversaban acerca de los planes para asesinar a Castro. Se sabe que Kennedy planeaba nombrar a Bissell Director de la CIA en julio de 1961, al retiro de Dulles, y Bissell admite en sus memorias la importancia que los planes de asesinato tenían para él y para el presidente. Es mas, estos planes eran un secreto bien guardado entre ellos y un pequeño grupo, que no incluía ni al oficial a cargo directo del proyecto (project manager), Jake Esterline, quien solo se enteró cuando se le pidió un cheque de $50,000 en blanco para “ciertas operaciones”. Cuando se negó, solo entonces fue informado de los planes. Y se horrorizó, así como también el Coronel Jack Hawkins, el instructor militar de la operación. Pero los planes prosiguieron conjuntamente con los de la invasión hasta el final. De manera que nunca sabremos si el mismo Bissell no insistió en salvaguardar muchos elementos esenciales del ya emasculado plan de invasión, tales como el cambio del lugar del desembarco (Casilda por Girón), la reducción de número de aviones B-26 en las misiones, y por supuesto, lo que resultó el tiro de gracia al plan: la cancelación de los bombardeos después del inicial del 15 de abril, debido a su confianza en que Castro sería eliminado antes del desembarco.
Todos los que hemos estudiado la invasión de Bahía de Cochinos objetivamente y no tenemos como propósito el de revisar la historia, sabemos muy bien que la cancelación de los bombardeos fue la causa del fracaso. Bissell lo admitió. Bundy tambien, cuando un mes antes de la invasión previno a Kennedy de la absoluta necesidad de destruir toda la FAR antes del desembarco. John McCone, quien sucedió a Dulles como Director de la CIA así igualmente lo escribió en dos cartas inéditas a Bissell en 1984: por eso había sido el fracaso. Dulles lo admitió en sus memorias inéditas (pero todavía en la biblioteca de la Universidad de Princeton). Y hasta el mismo Fidel Castro lo aseguró sin titubear en una entrevista con el profesor Ernst Halperin de la Universidad MIT poco después de la invasión en La Habana. A una pregunta directa de Halperin sobre por qué había fracasado la invasión, Castró respondió: “Por falta de cobertura aérea”. La cual no se produjo porque el segundo bombardeo, diseñado para destruir lo que quedaba de la FAR, fue cancelado. ¿Por quien? Por Kennedy, por supuesto, el gran y único responsable del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos. Como se titula un popular programa de TV local: Caso Cerrado.