HENRY AGÜEROS EN NUEVO ACCIÓN

domingo, 16 de septiembre de 2012


HENRY AGÜEROS EN NUEVO ACCIÓN
(9-12-12-5:00PM)
Una nota de Aldo Rosado-Tuero
Hay personas a las que ni la edad, ni los años en prisión por defender con las armas en la mano los ideales en los que cree, ni los fracasos, ni "los embarques" desaniman, y aún a estas alturas del partido siguen respetando hasta las últimas consecuencias sus promesas. Henry Agüeros Garcés es uno de esos patriotas, que nunca defraudan a los que creen en él.
Henry vive en los Ángeles, California y llegó a mediados de la semana pasada a  Miami, imbuido de ese espíritu de sacrificio y compromiso que lo hizo un día recorrer los caminos del mundo como Jefe de los Comandos de la "Operación Castigo" del Movimiento Nacionalista Cristiano. Venía a cumplir una promesa.
Henry y un puñadito de hombres como él estuvieron en el lugar señalado, a la hora señalada, esperando que otros cumplieran como ellos su parte. Desafortunamente, solo un pequeño grupito de valientes y arriesgados cubanos cumplieron la primera etapa de lo prometido. El resto, otra vez, nos dejó esperando y demostraron una falta de testículos humillante y vergonzosa.
Henry no debió haber estado en la tarde de ayer en la redacción Nuevo Acción, si el cubano de hoy no fuera tan diferente al luchador de hace varios años; pero el destino así lo quiso y aprovechamos para rememorar muchas cosas en las que hemos estado unidos este hombre que es mi hermano por elección y yo. Recordamos la tarde de agosto del 1965, en la que salió de mi casa en el Southwest de Miami para ir a México a cumplir la misión en que fue capturado y encarcelado por varios años en el tenebroso Palacio Negro de Lecumberri. Rememoramos que mi esposa estaba al dar a luz a mi primer hijo, que nació unos días después de que Henry fuera capturado y por esa razón su segundo nombre es Enrique.
En fin aprovechamos esta nueva oportunidad que nos ha regalado la Providencia para evaluar las prioridades y posturas hacia la lucha interna del Archipiélago y  de renovar la promesa, pero con los pies puestos en la tierra y la seguridad de que si los cubanos oprimidos dentro del territorio de la nación no toman la iniciativa, no podrán esperar nuestra cooperación ni ayuda. Porque a quienes corresponde encender la llama es a los que están gimiendo bajo el yugo opresor y nadie les va a regalar la libertad, sino demuestran que están dispuestos al sacrificio supremo.