OSCAR PEÑA INSULTA LA INTELIGENCIA DE SUS INTERLOCUTORES

lunes, 27 de agosto de 2012


OSCAR PEÑA INSULTA LA INTELIGENCIA DE SUS INTERLOCUTORES
(8-10-12-5:20PM)
Por Aldo Rosado-Tuero
Con su fingida ingenuidad y su amor (que nada más ofrece a los del lado castrista) Oscar Peña (foto) ha tomado en la internet el puesto de defensor del "llamado urgente para una Cuba mejor y posible", con una serie de e-mails, que resultan un insulto a la inteligencia de quienes los reciben.
En uno de sus "mensajes" inventa un sueño, para proponer los nombres de los que se sentarían a la "mesa de negociaciones" a resolver, según él, el problema cubano. Y ofrece una serie de nombres que no representan a nadie, al lado de esbirros y culpables del hundimiento de Cuba y de la inclemente tiranía que aherroja a nuestro pueblo, como Leopoldo Cintras Frías. (Oscar, ¿quien te ha dado a ti la facultad para decidir y nominar personas para el nuevo Pacto del Zanjón, que están brindando al ofrecerle en bandeja de plata, tú y los que como tú se han amalgamado a una pila de agentes encubiertos y otros no tan encubiertos del castrismo, a banqueros estafadores, prófugos de la justicia norteamericana, y revisionistas marxistas que no aspiran a la libertad y la democracia en Cuba, sino a compartir con los tiranos un gobierno "reformado"?)
En otros de sus mensajitos, Oscar dice que se arrebata de alegría cada vez que un atleta representante del castrismo, gana una medalla en las olimpiadas. ¡Muy bien! No creo que nadie le discuta esa prerrogativa. Muchísimas personas conocemos de su debilidad por todo lo que huela a castrismo, hasta el punto de gastar parte de su dinero ganado en el duro  y honesto oficio de pintor de casas, para comprar un cuadro de Robertico Robaina o de pagarle un almuerzo a Pablito Milanés, Silvio Rodríguez o cualquier otro representante oficial o vocero no oficial de los verdugos del castrismo que ande por estos lares, pero que no use el argumento que usa para justificar su euforia, cuando afirma, que igual pasaba antes, que todos los cubanos aplaudían a nuestros atletas, sin importar, quien estaba en el Gobierno. (Oscar soslaya y pretende que sus interlocutores sean ignorantes del hecho de que lo atletas ameteurs o profesionales de la Cuba de antes de la debacle castrista, no publicitaban a ningún gobierno y que los gobiernos de turno, no usaban a los atletas ni a sus triunfos como propaganda. Esa es la diferencia, Oscar)
Pero donde el amigo Oscar Peña le pone la tapa al pomo, es cuando envía el siguiente comentario y lo publica en Facebook: "!!! INCREÍBLE !!! HASTA LOS SIRIOS TIENEN BUENA VOLUNTAD DE LAS DOS PARTES PARA DIALOGAR Y RESOLVER ENTRE NACIONALES, MENOS LOS CUBANOS... LA FALTA DE CULTURA POLÍTICA Y MODERNIDAD DE RÉGIMEN Y DE ALGUNOS EXILIADOS ES PARA LOS MUSEOS”... (¿Hasta donde va a llegar Oscar en su ceguera? Parece no comprender que el hecho de que se llegue a conversar entre los sirios ahora, es el mejor mentís para sus tesis del pacifismo, el borrón y cuenta nueva y el amor fraternal para con los castristas. Si los sirios hubieran seguida las prédicas de Oscar, el dictador de Siria seguiría allí incólume y sin aceptar ninguna conversación seria.  Fue después que los opositores tomaron las calles multitudinariamente y los duros usaron las armas para poner al régimen de rodillas, que comenzaron las deserciones de los altos mandos. Ahora se habla de sentarse  a la mesa de negociasiones pero más bien para acordar la salida de los jerarcas de la dictadura siria y la abolición total y completa de ese régimen. La oposición puede darse el lujo de sentarse a dialogar, porque lo hace desde una posición de fuerza, no como pretenden ustedes que se haga ahora con los asesinos de nuestro pueblo. ¿Ve la diferencia Oscar? Si no la ve, es obvio que ha perdido totalmente la perspectiva o ya no se le puede aceptar como el ingenuo cristiano que predica el amor hacia un solo lado, sino como un cómplice más de este mamotreto colaboracionista, el que no firmaría ningún adversario genuino del raulato, ni una persona decente que no quiera ver su nombre asociado al de tanto castrista solapado y delincuentes comunes y conocidos agentes y amigos de la tiranía, que han venido trabajando con ella día a día desde hace mucho tiempo).