NO LO PERMITAS UNA PAUSA PARA LA DEVOCIÓN

miércoles, 25 de abril de 2012


NO LO PERMITAS
UNA PAUSA PARA LA DEVOCIÓN
(4-25-12-8:50AM)
Un hombre desde Norfolk, VA llamó a una estación de radio local para compartir esta historia el 11 de septiembre de 2003, dos años después de las tragedias del 9/11/2001.
Su nombre era Robert Matthews. Estas son sus palabras:
Unas semanas antes del 11 de septiembre, mi esposa y yo descubrimos que íbamos a tener nuestro primer hijo. Ella planeó un viaje a California para visitor a su hermana. En nuestro camino hacia el aeropuerto, oramos para que Dios concediera a mi esposa un viaje seguro. Poco después de decir amén, ambos escuchamos un pop fuerte y el coche se sacudió violentamente. Se había reventado un neumático. Reemplacé  el neumático tan rápidamente como pude, pero así y todo perdimos el vuelo.  Ambosregresamos a casa muy disgustados.
A poco recibí una llamada de mi padre, quien era un bombero retirado de New York. Me preguntó cúal era
El  número de vuelo de mi esposa, pero le expliqué que habíamoss perdido el vuelo.
Mi padre me informó que su vuelo era el que se estrelló en la torre sur. Pero, él me sorprendió, cuando me dijo que iba a ayudar a los trabajos de rescate en las torres GemelasTambién sorprendió a hablar. “Esto no es algo para simplemente sentarse a ver las noticias.Tengo que hacer algo.” 
Yo estaba preocupado por su seguridad, por supuesto, pero más porque mi padre nunca había tenido a Cristo en su vida. Tras un breve debate, supe que su mente que no lo persuadiaría. Antwes de colgar me piddió que cuidara de su nieto. Fueron las últimas palabras que le oí decir. Murió mientras ayuaba en el esfuerzo de rescate.
Mi alegría porque mi oración por la seguridad para mi esposa había sido contestada rápidamente, se convirtió en ira. Estaba enojado con Dios, por la suerte de mi padre.
Estuve durante casi dos años culpando a Dios por la pédida de mi padre. Mi hijo nunca no conocería a su abuelo, mi padre nunca había aceptado a Cristo y yo nunca llegué a decirle adiós. 
Entonces ocurrió algo. Hace unos dos meses yo estaba sentado en casa con mi esposa y mi hijo, cuando tocaron a la puerta. Miré a mi esposa y ella me dijo que  no estaba esperando nadie.
Abrí la puerta y vi a un pareja con un niño pequeño. El hombre me miró y preguntó si mi padre se llamaba Jake Matthews.
Le dije que así era. Rápidamente agarró mi mano y dijo: “nunca tuve la ocasión de conocer a su padre, pero es un honor y una satisfacción conocer a su hijo.
Me explicó que su esposa había trabajado en el World Trade Center y había quedado atrapada dentro después del ataque. Ella estaba embarazada y había sido atrapada bajo los escombros. Luego explicó que había sido mi padre quien encontró a su esposa y la libró.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, cuando imagine a mi padre dando su vida por personas como estas. Él entonces dijo, hay algo más que necesita saber.
Su esposa me dijo entonces como mi padre trabajó para liberarla y como, mientras él trabajaba ella le habló de Cristo.
Empecé a sollozar ante la noticia. Ahora sé que cuando llegue al cielo, mi padre será estará permanentemente
al lado de Jesús para darme la bienvenida a mí.
La familia, cuando nació su bebé, le llamaron Jacob Matthew, en honor al el hombre que dio su vida para que pudieran vivir una madre y su bebé.
Esta historia debe ayudarnos a comprender que Dios está siempre en control.
No podemos ver la razón detrás de las cosas, pero Dios está siempre en control.
Tómese tiempo para compartir esta increíble historia. Ustedes nunca sabrán el impacto que puede tener en alguien.
Dad gracias a Dios porque él es bueno. Su amor perdura para siempre.
Salmo 136: Que Dios bendiga a usted y su familia,
¡En Dios confiamos!