SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA

domingo, 22 de enero de 2012


SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA
(1-18-12-5:00PM)
por Esteban Fernández Jr.
Debido a que  todo el mundo sabe -inclusive gente que no  es   cubana- que yo   me he pasado mas de 50 años interesado y preocupado por todos los acontecimientos dentro deCuba tengo que escuchar diariamente la   pregunta:  “¿Oye, chico, cuándo se cae la perversa  dictadura?” 
A veces hasta me da la impresión de que la pregunta viene de individuos que les interesa un comino lo que pasa en la Isla pero me preguntan para seguirme la corriente o para congraciarse conmigo.  
Lo embarazoso para mí es que ya no tengo una buena respuesta a esa pregunta. Antiguamente yo era un experto en la causa cubana, hoy no tengo ni la menor  idea de la forma en que se liberará el país. 
La manera en que se está luchando  allá no la entiendo, y no conozco a casi ninguno de los activistas internos. Y lo que es peor aún: no sé si es la tiranía  -o las circunstancias actuales- la que ha logrado convertirme en un  contumaz desconfiado de todo y de todos en Cuba. Y lo triste del caso es que en la isla la mayoría de la gente no apoya ni conoce tampoco a los opositores. 
Ya llego al extremo de que cuando me dicen:  "¿Cuándo van a terminar de lanzarse a las calles millones de cubanos?" respondo hasta con un exabrupto: “¿Qué sé yo?” Creo que ya una vez escribí que toda  la oposición interna para mí resulta “un arroz con mango imposible de descifrar”...  
Los oponentes públicos y notorios son pocos, una minoría, y quiero imaginar- o soñar- que los enemigos silentes son muchísimos más. 
Constantemente me dicen: “Estebita, tú que te las sabes todas de Cuba, que te has pasado una vida entera empapado de todas las noticias, explícame el enredillo que hay en nuestra tierra”...Tremenda pena me da tener que sonreírme y responder :   “No, yo estoy mas confundido que tu". Me siendo convencido de que dentro de la disidencia los hay buenos, regulares y malos,  pero la verdad monda y  lironda es que para mí TODOS son una incógnita... 
Tengo amigos de toda la vida que viven dentro del monstruo que son enemigos a muerte de la dictadura, pero de ellos no me llegan noticias. Están “mas quietos que estate quieto” y mas callados que un mudo. Creo que esperan el momento oportuno para lanzarse a degüello. No tengo la menor idea. Es solamente una ilusión mía. 
Y a los contestatarios "conocidos" ni los conozco, ni tengo ni un solo amigo dentro de ellos. Las estaciones de radio y televisión de Miami los entrevistan y los tratan como “íntimos amigos” pero en realidad tampoco tienen ni la más  ligera idea de quienes son.
Yo creo firmemente en la libertad de Cuba, pero creo en ella igual que creo en Dios, sin verlo y sin parparlo. Es mas bien un acto de fe, porque en realidad, en cuanto a la hipótesis de la lucha pacífica actual, sólo sé que no se nada.
Me paso la vida interrogando a un gran amigo, que vino de Cuba recientemente, para que me ayude a definir “quien es quien allí”,  quien sigue siendo buena gente y quiénes son los chivatos. Pero esa información sólo es de mi pueblo, no de mi país. Jesús me envía fotos de cientos de coterráneos participando en procesiones católicas y me va indicando la gran cantidad de miembros de la Seguridad del Estado local que están mezclados con la población. 
A veces nos ponen videos de protestas en algunos parajes de Cuba, pero no sé quienes son. Al rato llegan los policías y los usan de “punching bags”. Discúlpeme si usted lee mis escritos creyendo que yo soy ducho en la materia. Pero prefiero ser sincero que pecar de mentiroso.
Sí, puedo dar cátedra de la Cuba de ayer, y de la lucha anticastrista como yo la concibo, pero hoy por hoy, mi patria se ha convertido en una mescolanza, llena de gente con dos caras, y en la lejanía me da la impresión de que la gente que reside en la que ayer fue la Perla de las Antillas hoy padece de una especie de locura colectiva y  gigantesca producto de haber vivido 53 años de  totalitarismo. 
Allá se pueden reunir miles de cubanos si se anuncia conga y cervezas, pero no se consiguen a tres que quieran recibir fósforo vivo.