A MEDIO SIGLO DEL ABISMO LA CRISIS DE LOS COHETES DE OCTUBRE 1962: GARANTÍA DE LA REVOLUCIÓN-VI

viernes, 4 de noviembre de 2011

A MEDIO SIGLO DEL ABISMO
LA CRISIS DE LOS COHETES DE OCTUBRE 1962: GARANTÍA DE LA REVOLUCIÓN-VI
(11-1-11-5:10PM)
Por Diego Trinidad, Ph. D 
En la madrugada  del 27, que se conoció como “el sábado negro”, debido a que fue el día más peligroso por todo lo ocurrido, Fidel Castro también estaba activo. A las 3 de la mañana se apareció en la embajada rusa en La Habana y despertó al embajador Alekseyev.  Ya el día antes había ordenado disparar sobre los Crusaders que volaban casi a ras de las palmas tomando fotos continuamente y había también convencido al mariscal Pliyev de que activara los radares rusos y que autorizara disparar a los U-2 si volaban sobre Cuba. Durante dos horas Castro trabajó con Alekseyev redactando una carta que fue al fin enviada al líder ruso al amanecer.  Su contenido era escalofriante. Castro, convencido de que EU invadiría a Cuba en las próximas 72 horas, escribió que “si la agresión imperialista se produce en forma de una invasión directa . . . entonces esa sería la hora de pensar en liquidar tal peligro para siempre”. La implicación era que Rusia atacara a EU con todo su poderío de cohetes intercontinentales, además de los ya presentes y listos en Cuba.  Es decir, que se provocara la Tercera Guerra Mundial—esta vez nuclear.46 Y mientras Khrushchev se había convencido de que EU “ya no va a invadir” y comenzaba a dudar de la firmeza de Kennedy, eso era precisamente lo que se estaba planeando en Washington: lanzar una invasión el lunes 29.47
Durante ese “sábado negro”, un U-2 se desvió de su ruta y voló sobre Rusia por más de una hora, provocando que MiGs rusos trataran de derribarlo. Afortunadamente pudo regresar a salvo y ese vuelo tampoco se conoció por mucho tiempo, hasta que Michael Dobbs lo reveló en su libro One Minute to Midnight en 2008.  Ese día fatídico produjo la única muerte de la Crisis, cuando otro U-2 fue derribado por un SAM sobre Cuba sobre el mediodía.  El U-2, piloteado por el mayor Rudy Anderson voló casi por arriba de las baterías FRK que amenazaban a la Base de Guantánamo.  Temiendo que los FKR fueran descubiertos, el general Grechko, cuando Pliyev no pudo ser localizado, ordenó el derribo del U-2 sobre Banes, ya casi cuando salía de territorio cubano. Y finalmente, una segunda carta de Khrushchev fue recibida en Washington en la tarde, esta vez con un tono distinto y además, exigiendo no sólo una promesa de no invadir a Cuba por parte de EU, sino que los cohetes “Júpiter” fueran retirados de Turquía.
Otros dos episodios deben ser mencionados brevemente antes de concluir, pues por muchos años se consideraron cruciales en la resolución de la crisis, sobre todo por los “mitólogos” de los Kennedy.  Estas fueron gestiones privadas, una iniciada por el corresponsal de la cadena de TV ABC en Washington, John Scali y la otra por Robert Kennedy con el embajador Dobryin. Scali se reunió con el jefe de la KGB en Washington, Aleksandr Feklisov varias veces desde el 25, y aprobado por Kennedy, los dos acordaron la fórmula de retirar los cohetes rusos a cambio de una promesa de EU de no invadir a Cuba.  Pero parece que estas gestiones de Feklisov no fueron autorizadas por la embajada rusa en Washington y ni siquiera llegaron a oídos de Khrushchev antes de que la crisis se resolviera. 
La otra fue más importante, pero no porque hizo alguna diferencia, ya que Khrushchev había decidido qué hacer antes de recibir reportes de Dobrynin de la oferta de Robert Kennedy.  Pero Robert de hecho le ofreció a Dobrynin que EU retiraría los cohetes “Júpiter” de Turquía además de la promesa de no invadir.  Sin embargo, cuando esta oferta llegó a Moscú, Khrushchev ya había decidido claudicar en la mañana del 28 de octubre.48 Cuando el reporte de Dobrynin llegó horas después, fue recibido con regocijo en Moscú, pero ya Kennedy había contestado la primera carta de Khrushchev, en la que está contenido el “arreglo” entre los dos de EU no invadir a Cuba: el famoso “pacto”. No obstante, el acuerdo sobre los “Júpiters” sí fue formal, aunque a petición de Kennedy, fue mantenido en secreto.49 Meses después de la crisis, los “Júpiters” fueron discretamente retirados de Turquía sin ninguna publicidad.
Pero la Crisis no terminó el 28 de octubre cuando Khrushchev decidió retirar los cohetes de Cuba.  Todavía quedaron dos importantes asuntos que resolver: la retirada de los bombarderos rusos Il-28 de la isla y lo más importante, la verificación de que todas las armas “ofensivas” habían sido retiradas de Cuba.  A la segunda, Castro se opuso absolutamente y nada ni nadie (incluyendo una visita de Mikoyan de casi un mes en noviembre) logró que permitiera la presencia de inspectores en Cuba, ni siquiera de la ONU.  De manera que Kennedy tuvo que aceptar como verificación (si a esto se le puede llamar así) que los rusos mostraran los cohetes a bordo de los cargueros que los sacaron de Cuba y fotografiarlos o visualmente observarlos acercando acorazados americanos a los cargueros rusos.  Lo que fue considerado como una gran humillación por los militares rusos y eventualmente contribuyó a la caída de Khrushchev dos años después.  Mas la negación de Castro de permitir inspecciones en Cuba para verificar la retirada de los cohetes y los bombarderos, en realidad anuló el “entendimiento” entre Kennedy y Khrushchev, pues la verificación era una parte íntegral del acuedo para resolver la Crisis.  Por eso es que lo decidido el 28 de octubre nunca tuvo ningún valor legal.  Hasta 1970, como se verá más adelante. (Continuará)