miércoles, 18 de diciembre de 2013

EL LEVANTAMIENTO POPULAR ES POSIBLE
 (12-18-13-2:15PM)
Por Aldo Rosado-Tuero
El levantamiento popular no solo es posible, sino que sería la mejor vía de salir de la tiranía y de recuperar para Cuba la libertad e independencia, sin deberle nada a ninguna potencia extranjera.
Claro que esa solución no se va a lograr en un abrir y cerrar de ojos. Va a llevar algún tiempo de trabajo metódico e inteligente para conectar con el pueblo, con la gente común de la calle e inclusive con un sector juvenil, que aparentemente está con el des-gobierno, así como con la gran masa de descontentos que necesitan ser canalizados y organizados para demostrar en las calles y hacer posible que se produzca la chispa que prenderá el combustible de ese descontento, que está hoy regado y disperso por las calles de toda Cuba.
Para lograr eso, hay que cambiar la estrategia utilizada hasta ahora por la mayoría de los disidentes y de los autotitulados “opositores”, que hacen “oposición” enclaustrados entre cuatro paredes con enfoque propagandístico hacia el exterior.
Se impone una revisión estratégica y la adopción de tácticas destinadas a llevar las denuncias, las manifestaciones de protesta a las calles de Cuba y a conseguir la conexión con los sectores populares oprimidos y cansados ya de tanto abuso y escasés. En otros palabras: dirigirse al pueblo cubano dentro del Archipiélago para concientizarlo, apoyarlo en sus demandas y convencerlos que ellos son el motor del cambio.
Olvidarse de querer convencer a los que viven fuera. Hay que convencer a los de adentro. Los de afuera, tenemos la obligación de brindar apoyo logístico, monetario y ofrecer materiales para despertar las conciencias aletargadas y todo lo que haga falta para lograr la meta que no es otra que ir tomando paulatinamente las calles en protestas populares que vayan mucho más allá del abstracto pedido de “derechos humanos”.
Hay que conectar con los sectores marginados que viven en viviendas sin autorización “legal” de la tiranía, con los cuentapropistas avasallados y explotados por inspectores y “el raulato”, con los carretoneros, cocheros  y conductores de bicitaxis expoliados con “regulaciones” y altos costos de licencias y con otros sectores como artistas, creadores y escritores, que se ahogan sin libertad de creación.
Hace falta crear, y crearla ya, una estructura que se decida a enfocarse hacia adentro y a comenzar a trabajar por la meta de lograr—al paso del elefante, “lento pero aplastante—identificarse plenamente con el descontó del cubano de a píe.
A los que de buena fe todavía crean en la ayuda de potencias extranjeras y creen que exageramos cuando decimos que existe un secreto contubernio entre organismos muy poderosos y la tiranía castrista, solo le pedimos que usen el cerebro y que se hagan las siguientes preguntas: ¿Cómo es posible creer que las Administraciones norteamericanas se gasten millones de dólares en alentar violentas protestas callejeras en países árabes y en Cuba, dediquen esos millones para precisamente evitar que eso ocurra, alentando a los “opositores pacíficos”?
¿Cómo se puede entender que el actual Gobierno de USA—con la nación quebrada económicamente—dedique ingentes cantidades de millones de dólares para contratar mercenarios y repartirle armas e implementos de guerra a opositores que han organizado las llamadas “primaveras árabes”, mientras en el caso cubano, persiguen y encarcelan a los que intenten algo parecido?
Cuba necesita una pequeña minoría, que desde dentro entienda esto, y se dediquen a un trabajo metódico de propaganda y de acercamiento a los descontentos tanto dentro como fuera de las organizaciones de masas de la propia tiranía.
El levantamiento popular húngaro y como comenzó, debe de ser estudiado a cabalidad por los líderes que dentro del Archipiélago se decidan a emprender el camino que conducirá inevitablemente al levantamiento popular.
En el exilio habemos muchos que estamos listos para ayudar y contribuir a ese trabajo preparatorio desde ya. Manos a la obra pues, que ya en Cuba comienza a amanecer.