jueves, 21 de noviembre de 2013

DESMONTANDO MONTAJES-II

(11-21-13-3:25PM)
Por Aldo Rosado-Tuero
Una de las argucias más utilizadas por los farsantes, delincuentes o malandrines, cuando alguien le esté siguiendo los pasos para descubrir sus triquiñuelas y montajes, es acusar a su “adversario” o antagonista de lo mismo que el malandrín es, para quitarle peso a la acusación que le vendrá encima cuando se descubra su verdadera naturaleza.
Llama la atención a los que estamos conscientes de lo que es capaz de hacer la tiranía comunista, que en Cuba haya “opositores muy destacados y peligrosas enemigos del gobierno”—como ellos mismos se califican—que vulneren leyes bien conocidas y no van a parar a la cárcel.
Por ejemplo: Todos sabemos que en Cuba hay una durísima ley que le aplican a todo el que revele SECRETOS DE ESTADO. Y que, por consiguiente, todo el que descubra y denuncie a un agente de la Seguridad del Estado, da con sus huesos en la cárcel. Eso no tiene vuelta de hoja.
Entonces yo me tengo que preguntar ¿Si las famosas revelaciones hechas por José Daniel Ferrer, contra un puñado de personas que le han antagonizado, a los que acusa de ser “agentes de la Inteligencia castrista” no es más que un montaje publicitaria, para consumo de mentes débiles y crédulos exiliados, que ni leen, ni investigan? Porque si no lo fuera,  ya “el caudillo de Palmarito de Cauto” estaría pudriéndose en una cárcel—cosa que aclaramos para que no se tergiversen nuestras palabras, no deseamos que ocurra—acusado de revelar secretos de Estado.
Hace poco en Miami, un destacado opositor que visitó esta ciudad declaró a un reducido grupo de  viejos exiliados, que para él, “tanto Guillermo Fariñas como Antonio Rodiles trabajaban para la Seguridad del Estado”.
Preguntado si se podía dar a la publicidad esa opinión dijo, con mucha lógica que NO, porque él regresaría a Cuba y eso le daría al régimen la excusa perfecta para encarcelarlo, usando, precisamente la ley sobre revelar secretos de Estado, a la que me he referido en esta nota.
Entonces siguiendo la lógica, ¿Qué cosa extraña protege a Ferrer, si sus acusaciones fueran ciertas? ¿O es que no lo son?