jueves, 21 de noviembre de 2013

¡ASÍ NOS DAN GATO POR LIEBRE! ESTA ES LA PERSONA QUE AUSPICIÓ LA PERFOMANCE EN LA BIENAL DE LA HABANA EN QUE PARTICIPARON YOANI Y OTROS "OPOSITORES"
(11-21-13-3:25PM)
Tania Bruguera repartiendo cocaina en una bandeja en la Escuela de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Colombia el 13 de septiembre del 2009.
Vistazo crítico al decepcionante performance de Tania Bruguera
Por Ricardo Arcos-Palma-  Blog Puente Ecfrático 
Anoche, con gran expectativa el público esperaba presenciar el performance de Tania Bruguera, la artista cubana invitada al Hemisférico del Performance que se lleva a cabo en la Universidad Nacional de Colombia en asocio con el Instituto de New York. El edificio de la Escuela de Bellas Artes, de la Universidad, estaba atiborrado de espectadores deseosos de ver su obra y la de Gómez-Peña que se presentaría simultáneamente en el mismo edificio. La espera fue larga, la artista cubana quería lleno total. Y así fue. Ella toma el micrófono y se dispone a presentar la obra como una presentadora de televisión que anuncia que es lo que vamos a ver los telespectadores al mejor estilo de un programa latino de Miami: habrá una mesa “con los actores del conflicto colombiano”. Acto seguido vemos subir tres personajes quienes encarnan a un paramilitar, a una desplazada y a una guerrillera. Mientras estos personajes cada uno a su manera respondía a la pregunta ¿qué es para usted un héroe? El público aplaudía tímidamente después de cada respuesta. Algunas respuestas fueron conmovedoras otras no tanto. El show, continuaba mientras el público esperaba que algo trascendente sucediera.
La atención del público comienza a dispersarse a medida que una mujer pasa entre los asistentes ofreciendo cocaína en una bandeja de vidrio. La gran mayoría no consumió coca, por recelo, o simplemente por miedo a ser juzgado en público de drogadicto. Pero lo que es cierto es que la bandeja se vació tres veces y seguía circulando. Hasta ese momento, no se había logrado el escándalo esperado quizá por la misma artista que sonreía nerviosamente mientras veía pasar la bandeja de coca, como si era lo único que le interesara. El discurso de los personajes se había silenciado por el ruido que generó la cocaína que circulaba.
Esta acción comenzó a aburrir a los espectadores que salían del recinto para ir a presenciar el performance de Gómez-Peña, a ver “si se salva la noche” según le oí a un exigente espectador. Yo salí inmediatamente después de Mario Opazo, Gómez-Peña, Doris Salcedo, Jaime Iregui, María Elvira Ardila, Raúl Christancho entre otros que quitaron el lugar. Afuera había una pantalla retransmitiendo el performance de Gómez-Peña, pues el recinto donde se presentaba estaba atiborrado de gente.
De un momento a otro afuera de la Escuela, la transmisión se interrumpió y vimos a David Lozano uno de los curadores de la muestra condenar públicamente el hecho de haber consumido coca. El director de la Escuela de Artes Plásticas, Nelson Vergara, anteriormente había también condenado el hecho y un estudiante airado se unió a la condena incitando a los consumidores a que “dejaran de pensar con la nariz”. Otro estudiante salió a la defensa diciendo que era hipócrita condenar algo que era normal y cotidiano. Un asistente participante del hemisférico, venido de otro país, y visiblemente afectado por haber consumido el polvillo blanco, defiende el hecho del consumo y otro asistente afirma que eso que se consumió había generado muchas muertes. Luego toma la palabra una artista local y pregunta ofendida ¿Dónde está la artista para que nos cuente que estaba pensando? Tania luego toma el micrófono, visiblemente conmocionada o emocionada y dice “Gracias a los colombianos por estar aquí”. Esta frase hubiese tenido sentido en Estados Unidos, en Cuba o en cualquier otro lugar del mundo pero ¿en Colombia? Quizá esta última parte fue la más interesante de la performance, donde el público participó y se centró en el hecho del consumo ignorando por completo las voces de los “actores del conflicto”. Sin embargo como diría Jacques Rancière hay que abogar por “el espectador emancipado”. Este tipo de obras que intentan generar escándalo haciendo “participar” al espectador que no sabe que es lo que está presenciando, ya no tiene sentido hoy entrando en el siglo XXI. Esto hubiese tenido sentido en la década del setenta, en pleno apogeo del performance, pero hoy, ya no produce nada de nada sino aburrimiento y decepción. Al espectador hay que dejarlo en su lugar y no tomarlo por un imbécil.
El performance fracasó porque hubo mucho aparataje estelar y al mismo tiempo bastante decepción. El análisis del conflicto colombiano por parte de Tania Bruguera –si realmente lo hubo-, es bastante pobre y eso se ve en su performance.
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... Luego de hablar con varios de los asistentes, la gran mayoría salió decepcionada y le oí decir a un joven estudiante mientras reía: “hubiera repetido la acción de La Habana, pero con una metralleta para que no fallara”. ¿Tanto le decepcionó para afirmar cosa tan terrible? Me pregunté en ese momento. La decepción siguió haciendo su curso, mientras se vaciaba el lugar y opacando la obra de Gómez-Peña que se desarrollaba al mismo tiempo en otro lugar de la Escuela de Artes.
Creo que Tanía Bruguera acaba de realizar una de sus peores acciones plásticas. Ella argumentará, que todo estaba fríamente calculado, que la decepción hacía parte de su performance, que en Colombia el origen del conflicto es la cocaína y para la prueba un botón: se consumió coca colombiana en Colombia. En fin, esta vez le hizo falta encomendarse a uno de sus deidades santeras para salvar el performance, pero algo falló y aparte del “escandalito” del polvillo, esa acción no generó nada de nada. ¿Será que ese nada de nada también hacía parte del performance?