jueves, 31 de octubre de 2013

HA MUERTO EL COMANDANTE DE LAS MANOS DE LA DIGNIDAD
(Dedicado a Juan Carlos Medina Plata)
(10-31-4:30PM)
Por: Lic. María del Carmen Carro
¡Cuán difícil se nos hace una palabra exacta en momentos en que los ojos se ciegan por el llanto! La muerte de Juan Medina, es un adiós inconcluso. Los que tuvimos el privilegio de compartir con este humilde cubano, conocemos cuanto amó y le dedicó con sus esfuerzos propios a la causa de la libertad de su querida Cuba. No había solicitudes denigrantes para su Patria. Solo su esfuerzo, su sacrificio personal su entrega en este día a día de exiliado político, en tierras miamenses.
Nunca anheló papeles protagónicos. Ni exigió programas radiales, ni televisivos, donde resaltaran su valentía, porque él era solo eso:” Un cubano con dignidad”. Para los auténticos, un nombre que resumía respeto y admiración.-Medina.
Un joven que lo admira ha dicho-“Sus manos hablan por sí mismas".  “Sus manos son trabajo”. “Manos llenas de grietas dignas.
Medina, como todos le decíamos era un hombre de trabajo fuerte, a cualquier hora, casi hasta avanzada la noche se le veía, con sus manos sucias y agrietadas por las limas en su taller de chapistería para carros.  “Tengo que terminar ese carro”. ”Es de un hermano de la prisión”, nos  decía en muchas ocasiones, cuando le sorprendíamos en su trabajo. Es para una persona que acaba de llegar de Cuba y no tiene en que moverse”, refería, sin separar sus manos y sus movimientos de su afanoso trabajo. Esa era también de su forma de ayudar a Cuba. La solidaridad con sus coterráneos. Nunca olvidó ese deber. Nunca olvidó el principio lleno de dignidad. “A la Patria se le entrega no se le pide”. Ni se vive so pretexto de la causa por la libertad de Cuba, tan de moda en estos últimos tiempos y que hace tan indignos y pequeños a esos malos patriotas ante hombres de tal dimensión humana y patriota.
Su esposa, Mirtha Medina me refería en estos días en que se mantuvo esperando la inevitable muerte del hombre que le acompañó por tantos años “Hicimos una familia. "Siempre nos hemos mantenido al tanto de nuestros tres hijos” Ya ves cómo están aquí a su lado”. Hoy, estoy sufriendo acompañada por los hijos que nosotros formamos. (Palabras sencillas que resumen todo lo que es amar la Patria).
La patria es eso, amar la familia, la esposa. Y Medina nunca olvidó nunca su deber de padre, de esposo, de amigo. Y según me refería su esposa un-“gran hijo”.
El presidio político. Sus años en las prisiones castristas no destruyeron su amor por lo más sagrado- su esposa y sus hijos. Siempre en aquellos días de prisión sentía seguro que sus tres hijos estaban bien cuidados por su abnegada esposa, quien sufrió amargamente la separación de su esposo y asumió sin quejas la responsabilidad de entregarle tres hijos de bien para cualquier sociedad. ‘Era muy duro cuando Juan Carlos estaba en prisión (hablamos de las prisiones donde todos los días se escuchaban los disparos de fusilamiento y donde se desconocía quién era el próximo). Recordamos años en que las jabas a las prisiones se hacían con los escasos recursos de las familias y los pocos amigos que les quedaban en aquellos años en que la Revolución de Castro lo acaparaba todo y el extremismo cundía en los pueblos de Cuba.
Allí, en el Hospital Santa Catherine, donde pasó sus últimos días de vida, su esposa permaneció atenta a cada aliento, a cada queja. Se le iba de las manos el hombre que le dio una familia de bien. Le vi llorosa y valiente. Atenta y entregada al hombre que dignificó sus vidas.
A otro lado estaban sus hermanos masones de la Logia “Osvaldo Ramírez”. Callados, respetuosos. Quizás en sus labores de albañiles de la solidaridad humana. Cada segundo, cada minuto, allí junto al amigo y hermano que les decía adiós.
Sus hermanos de prisión pasaban por el hospital todos estos días de pena. Mirtha Medina, me decía:”Han llegado sus hermanos de la casa del preso” y hacia una pausa, ” se van llorando”, me refería visiblemente emocionada.
Son hombres curtidos en los sufrimientos de largas condenas en las cárceles castristas tras el triunfo de 1959. Una lágrima de estos hombres, es de un valor entrañable e indefinido.
Juan Medina Plata era un patriota de proyectos a cumplir, sin ayudas exteriores, solo la ayuda y los esfuerzos de los patriotas cubanos, porque existen y él los conocía. Existen hombres dignos y capaces de entregarse a la Patria y así se le vio involucrado en proyectos que eran demasiado para su vida desligada de la modernización y la tecnología. Todas las demás organizaciones mostraban su página Web. Y él anduvo con su tiempo. Y así ordenó que le hicieran su página para la Junta Militar por la libertad de Cuba. Requería que su página llevara una banderita cubana que ondeara libremente al compás de las notas del Himno Invasor de Cuba. Lo logró. Era un cubano que establecía sus propias iniciativas y con soluciones. Exigía respeto por las propuestas en bien de la Patria y el futuro de los cubanos. De postura firme e inquebrantable. Solo así, puede un hombre llegar a la muerte para dejar un legado infinito de voluntad y sacrificio
“La Junta Militar por la Libertad de Cuba”, Organización creada por el Comandante Juan Carlos Medina Plata, constituía uno de sus orgullos. Todo el mando militar y sus soldados están de luto.
Despedirlo será inevitablemente triste y un compromiso de continuidad por la libertad de su querida Cuba.
Siempre te recordaremos.-“Comandante de las manos dignas”