lunes, 14 de octubre de 2013

ELOGIO DE UN GRUPO MUY ESPECIAL

(10-14-13-11:30:AM)



Por, Frank Escobar

A: F.L.B. Jr., donde quiera que esté

Tiene que haber locura, amor y pasión para que el arte brote. Algunos genios padecen de algún tipo de enfermedad mental o trastorno emocional dentro de sus méritos creativos y artísticos. De hecho a veces lo mejor del arte puede provenir de una mente perturbada. Los enfermos mentales tienen algo maravilloso que ofrecer al mundo a pesar de su enfermedad. El mismo Aristóteles señalaba la existencia de una indudable relación entre la genialidad y la locura. Las ilusiones, las fantasías nos dan a conocer aspectos de los que el enfermo no quiere saber y aportan información del mundo interior que el propio enfermo no conoce. Son esos “desiertos del alma” de los que los enfermos no quieren hablar pero que sin embargo si pueden imaginar y algunos saben pintar magistralmente. Ellos, los inmortales al decir de Swift protagonizan un proceso creativo a través del arte que es su forma de vencer el estigma que la sociedad pega a su enfermedad.

Los esquizofrénicos pueden anular o estimular la creación artística. Van Gogh pintó sus cuadros más famosos en la fase más aguda de su enfermedad, en el manicomio de Saint Remy. Seraphine Louis fue la artista “naïf” más famosa de su tiempo pero la agudización de su enfermedad provocó que dejara de pintar. Edward Munch padecía de una depresión por introversión que lo sumergía en largos periodos de melancolía y total aislamiento pero gracias a esa especial percepción pudo ver las gargantas de fuego con sangre coagulada que chorreaban del crepúsculo una tarde en Cristiania y que él inmortalizó en “El Grito”, obra cumbre del expresionismo europeo. Adolf Wolfi padecía de esquizofrenia y quizás por esa especial condición fue el pionero del “Art Brute” o “Arte Marginal” y pudo pintar como nadie lo que solo Jean Dubuffet podía entender. Louis Wain fue otro enfermo mental cuya obra era altamente cotizada en el mercado de arte británico y que se hizo famoso porque solo pintaba gatos. William Korelek, otro paciente esquizofrénico todavía nos impresiona con su famoso cuadro “El Laberinto”, una impenetrable instalación que ha motivado novelas y películas clásicas del cine del horror como “The Maze”. Joseph Grebling formaba parte del grupo de pacientes psiquiátricos que atendía el Dr. Prinzhorn y con el resto de sus compañeros formó la famosa “Colección Prinzhorn” que tanta influencia tuvo entre “dadaístas” y surrealistas, quienes comenzaron a imitar a los esquizofrénicos con su pintura automática y también motivaron a Dalí, que padecía de trastornos mentales el mismo, a Picasso y a Max Ernst. Por desgracia los nazis catalogaron este arte como degenerado y quemaron más de 4000 obras de esta colección y la mayoría de sus artistas fueron exterminados en los experimentos de sus centros psiquiátricos.

Un artista anónimo con padecimientos mentales bipolares nos deja este testimonio vivido de su propio proceso creativo: “no estoy despierta ni tampoco dormida…todo gira en un tubo negro donde hay gente pero no la veo….sientes un miedo espantoso porque nadie te puede ayudar…. Entonces comienzas a pintar y pintar te calma, te calma hasta los temblores”….

“Puentes de Integración” es el nombre de un proyecto sociocultural único en los Estados Unidos para enfermos mentales y enfermos con retraso mental agudo que residen permanentemente en la Comunidad Faye Clark's New Horizons, en Hialeah, Florida. Faye I. Clark fue la primera esposa de Stephen P. Clark, un popular alcalde de la ciudad de Miami y del Condado Miami Dade y un gran amigo de los cubanos. Faye vivió como una enérgica abogada de la desinstitucionalización de los enfermos mentales y fue una verdadera visionaria que estableció una nueva estrategia de liberación de los servicios sociales en base a su filosofía de que la calidad de vida aumenta con el acceso a las actividades culturales. Creía firmemente en las funciones que desarrollan la creatividad y liberan las energías intelectuales y sensoriales. Con su propuesta de un "ambiente menos restrictivo" trajo una fuerza positiva que revolucionó los servicios sociales y elevó el nivel de vida y la capacidad de adaptación de los enfermos mentales de su emblemática organización y le ha valido un lugar único en la historia del sur de la Florida.

Pero “Puentes de integración” es también el título de una exposición colectiva que reúne a ocho artistas que residen permanentemente en la comunidad fundada por Faye Clark. Esa propuesta artística fue concebida como un proyecto voluntario y comunitario para la organización “ Faye Clark New Chorizos” por un artista que pudiéramos considerar con toda justicia, por el múltiple prisma de sus motivaciones culturales, como un hombre renacentista, además de artista plástico. Javier Echeverría es cineasta y un extraordinario promotor cultural. Javier Echeverría saltó a la palestra pública a finales de los ochenta porque fue la primera persona que penetró en el sanatorio-cárcel “Los Cocos”-antigua residencia del tenebroso Che Guevara- donde el régimen castrista encerraba a los enfermos de SIDA y tomó imágenes que recorrieron el mundo. Algo que le costó una buena temporada de reclusión en la lúgubre “Villa Marista”, cuartel general de la Seguridad del Estado. Javier, con paciencia y tesón ha conducido a un grupo multicultural de enfermos mentales crónicos hacia una aventura de creación que les ha dado armonía a sus vidas. Con una impresionante destreza y con una vasta variedad de medios de expresión que incluyen la pintura al óleo, la fotografía, la tinta, los lápices de aceite y dibujos a grafito, Javier y sus alumnos han construido sus puentes de esperanza, sus sueños de integración y lo están logrando. Estos artistas han penetrado en las profundidades de su propia enfermedad para regresar vencedores del miedo y regalarnos unas obras de arte donde la originalidad en su concepto, su materia y sus técnicas no dejan de sorprendernos.