EL CASTRISMO EN SU OFICIO DE SATURNO

lunes, 10 de diciembre de 2012


EL CASTRISMO EN SU OFICIO DE SATURNO
(12-7-12-4:40PM)
Por Francisco Escobar- (Especial para Nuevo Acción) 
Nos sentimos consternados cuando descubrimos que los peores criminales políticos son gente ordinaria y a veces  algunos fueron hasta nuestros amigos. En estos días que la noticia de la muchacha acuchillada en Cienfuegos circula en todas partes no he podido dejar de pensar en aquel muchacho pelirrojo y pecoso que fue mi condiscípulo de escuela primaria, que luego se marchó a otra escuela pero que seguí viendo esporádicamente hasta que abandoné definitivamente la ciudad de Cienfuegos hace ya  más de treinta años y que es hoy el coronel Ramón Romero Curbelo, el Jefe del Ministerio del Interior en la provincia de Cienfuegos  y como tal el máximo responsable del proceso de alcahueteria y encubrimiento que quiere convertir este episodio en otro capítulo más de la  impunidad en la Cuba castrista.
No conozco los detalles ni la trayectoria que siguió Ramón Romero, el muchacho tranquilo de entonces  para desdoblarse en lo que es hoy, ese personaje lúgubre con presencia lapidaria sobre quien se teje toda una leyenda negra.
Muchas veces quedamos sorprendidos por la banalidad del mal y en la Cuba castrista la chapucería ya es miasmática. El ser humano se desmorona entre el nihilismo político y el relativismo moral.
Recuerdo una anécdota de mi padre durante la lucha contra Batista con referencia a un antiguo condiscípulo suyo que luego se convirtió en un connotado suboficial de la policía marítima que era famoso por su mal comportamiento con los detenidos pero lo interesante del caso es que mi padre, a pesar de haber sido arrestado en varias ocasiones, jamás tuvo una queja de él. Aunque el tipo fuese un sádico no llegaba al extremo de torturar a alguien con quien había jugado cuando era un muchacho.
Pero en el castrismo la degeneración ha sido orgánica y masiva. Desde el principio quedó demostrado que no habría lugar para sentimentalismos y el propio Fidel Casro predicó con el ejemplo encarcelando, torturando y fusilando a los mas fieles compañeros que no se sometieron a sus designios. La esposa de Aramís Taboada—su condiscípulo y testigo de su boda—le rogó clemencia ante la enfermedad terminal de su esposo que ya había cumplido varios años de prisión y su respuesta fue lacónica: “no, que cumpla los años que pueda y el resto me los queda debiendo”.  Fidel Castro después de  fusilar a su amigo Humberto Sorí Marín y engañar a su madre llevaba a los hermanos gemelos de Humberto a todas partes como un trofeo al que le exigía una exhibicionista fidelidad .
Tanto Huber Matos como Mario Chanes, Ruiz Pitaluga, Gustavo Arcos, Llanes Pelletier y otros ex revolucionarios fueron vejados y maltratados por antiguos compañeros y personas conocidas. Huber Matos da un testimonio de maltrato a sus genitales por parte de ex subordinados y ex combatientes de la Sierra Maestra.
El castrismo como la Mafia no admite desertores y como Saturno termina devorando a sus propios hijos.