MENSAJE FINAL PREELECTORAL A MIS AMIGOS

jueves, 8 de noviembre de 2012


MENSAJE FINAL PREELECTORAL A MIS AMIGOS
(11-6-12-9:30AM)
Por, Diego Trinidad, Ph.D.  
El viernes pasado en Springfield, Ohio, al presidente, en uno de sus temidos deslices cuando se aparta del libreto reflejado en el teleprompter que usa en todos sus discursos, se le escapó el siguiente comentario cuando su audiencia abucheaba la mención del nombre de Romney. “No”, les dijo a la concurrencia, “no abucheen.  Voten.  La venganza es mejor”.  Aquí, por supuesto, se vio claramente quien es este hombre de verdad: un hombre lleno de odio, resentimientos y rabia. Tal como lo muestra el reciente documental de Dinesh D’Souza “2016”. Pero en realidad, su declaración ni debe sorprender a nadie, ni tampoco creo que debe considerarse un ultraje.  Dijo la verdad.  Efectivamente la venganza ES la mejor arma.
Pero hay un problema. Para los cristianos la venganza no es permitida. Para los judíos sí. Después de todo, la Ley del Talión está en el Antiguo Testamento de la Biblia. Pero los judíos tampoco la usan como arma política. Muy bien. No hablemos entonces de venganza. Hablemos de justicia. Hablemos de ajuste de cuentas.  Eso sí está permitido a todos. Es más, hablemos de uno de los términos preferidos de la Izquierda Eterna y de TODOS los que apoyan al presidente. Hablemos de la “justicia social”. Porque en verdad es justo y necesario, no solo para todos los individuos que creen en la libertad y la justicia, sino para la sociedad en general, que venga un ajuste de cuentas. Además, ya nos dijo el Juez Jefe de la Corte Suprema John Roberts, cuando escribió su funesta decisión sobre la Ley de Salud del 2010 en julio, que “no es nuestro trabajo (en la Corte) proteger al pueblo de las consecuencias de sus opciones políticas”. Continuó Roberts: “Nosotros no consideramos si la Ley representa políticas buenas. Ese juicio se le confía a los líderes de la nación”. Y con esas palabras colocó la responsabilidad final sobre si la Ley debe ser conservada o no en los votantes. En el “pueblo”, donde descansa la decisión final en la Constitución.
Entonces oigamos al Juez Roberts y también al presidente. La decisión es nuestra. Pero no es solo la decisión sobre la detestada Ley de Salud. No. Es sobre toda la labor del presidente en estos terribles cuatro años. Por eso cuando el sábado pasado me preguntaba provocadoramente un buen amigo si yo creía de verdad que el presidente había cambiado algo importante, le contesté que no, no de una manera permanente, no de una manera que no se pueda cambiar. Pero trató. Trató por todos los medios, como dijo jubilosamente tres días antes de la elección del 2008, “de cambiar fundamentalmente a Estados Unidos”. Pero no lo logró. Gracias a Dios y a todos los que creemos en la libertad y la justicia y defendemos esos principios contra todos los esfuerzos maléficos del presidente, no lo logró.
Ahora nos llegó el momento a todos los que nos sentimos oprimidos y amenazados por la agenda colectivista del presidente, de pasar las cuentas, de corregir los grandes errores, de ajustar y cambiar las políticas que tanto hicieron por destruir este gran país. Por eso, esta mañana todos salgamos a votar. Y con nuestros votos, nuestra arma final y más efectiva, el arma que la Constitución nos separó para ese ajuste final de cuentas, con esos votos derrotemos a los enemigos de la libertad y la justicia. Que en un año toda esta oscura pesadilla sea solo eso, un mal recuerdo.  Pero que también nos sirva de lección a todos. Estuvimos cerca de perder lo que más preciamos, nuestras libertades individuales. Y también estuvimos cerca de perder la justicia para todos. Como famosamente declararon los judíos después del Holocausto: ¡NUNCA MÁS!