TODAVÍA LES QUEDA LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

domingo, 14 de octubre de 2012


TODAVÍA LES QUEDA LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD
(10-10-12-5:20PM)
Por Andrés Pascual
Comienzo por España: un catalán, figura de la Generalitat, deseoso por un niño para “la parejita” con otra biológica de 7 años, aplicó para adoptar un varoncito en Marruecos, los requisitos de Rabat incluyen residir en el país (pidió licencia sin sueldo y se mudó), convertirse a la religión musulmana (lo hizo) y educar al bebé de año y medio en el más riguroso respeto y conocimiento de las costumbres y tradiciones de su país de origen, incluida la religión como única alternativa. Todavía no le han permitido llevarse al niño a España…
En España también: en el juego de antier entre el Barcelona y el Real Madrid, el estadio del club de Messi se convirtió en una fortaleza pidiendo la independencia de Cataluña.
A los 17.14 minutos de cada club, una marea humana, con pullóveres y pancartas, dibujó a lo largo y ancho de toda la grada la bandera separatista. En Barcelona consideran a 1714 el año en que perdieron la independencia con España.
 En el programa de TVE “Mañana de la 1”, un panelista fue capaz de decir que la victoria de Chávez era “buena para Venezuela” y que “nunca ese país había representado algo antes del dictador certificado”, como sazón, “ha hecho mucho por los descamisados”, como llamó a los desposeídos; triunfo, según el comunista, “logrado en elecciones limpias”.
Y es en esa palabra, “limpias”, en la que el “burro tumbó a Genaro”: ¿Por qué se asegura que ese proceso fue limpio? ¿Quién tiene elementos de juicio?
Yo no creí nunca que Capriles pudiera ganar, porque, el principal “amarre”, el “dictador democrático” lo hizo cuando cambió la Constitución para permitirse la reelección hasta que le diera la gana. Y nadie tiene en cuenta lo anterior para considerar como sucio ese proceso, ¿Por qué? Ellos sabrán.
Para estas elecciones, más sucias que cualquier otras, Chávez controlaba todos los medios de difusión de forma apabulladora, cerró puentes de acceso a los registros, cerró el consulado de Miami, distendió el tiempo para que una más que generosa porción de votantes no pudieran hacerlo por la hora límite, seguramente en su contra, intimidó, asesinó… ¿Qué más se necesita para considerar como nacida de la mierda esa victoria?
¿Conoce alguien la cantidad de extranjeros nacionalizados a propósito para votar por el títere de La Habana? Y lo aseguro: allí llevaron hasta a Pánfilo por “jama”, que esa gente no anda con paños calientes.
Verdaderamente, Venezuela perdió las elecciones en 1998, cuando fueron reacios a darle paso a la razón y desconsideraron lo que esos elementos puede ser capaces de hacer para llegar y destruir. Tenían la experiencia de dos países de la región y les advirtieron bien, pero apostaron al diablo.
La llegada de Chávez al poder en Venezuela es el más soberbio y trágico insulto a la inteligencia que cualquier país haya cometido en América, porque lo puso el pueblo por la vía democrática, no llegó por revoluciones en las que hubo manos extranjeras decisivas como en Cuba y en Nicaragua.
Hoy los venezolanos saben que ese “a nosotros no…” es inexistente, pero, como sucede siempre ante yerros de esta clase, es tarde, por lo que “si hubiéramos…”, no cuenta.
Capriles concedió y apoyó lo que él tampoco sabe con “en unas elecciones limpias…” pero de las que Correa y Mariela Castro dieron el resultado con los porcentajes “una hora y media antes que los demás”.
Con esa declaración, el candidato timado se pareció a aquel Manuel Rosales, que poco faltó para que le entregara “su virginidad” a la Dañera del Miedo.
En los saludos que incluyan la palabra limpieza por su victoria amañada, como el del propio Capriles, se está legitimando este monumental robo al pueblo de Venezuela.
Alexis Ortiz dijo en El Arepazo: “el pueblo venezolano es guerrero y combatiente, pero pacífico”, sin considerar que, como están los tiempos, hay una absoluta contradicción en los adjetivos que empleó.
Capriles dijo en la alocución en que reconoció su derrota: “no voy a abandonar a este pueblo que no perdió, sino yo…” tal vez no se ha dado cuenta de la barbaridad que hizo pública antenoche, sin dudas, es un hombre bueno, pero, cuando se enfrenta a asesinos, a represores y a bandidos con poder económico como esta “nueva clase” que ofende a América solo por existir, se puede aplicar la máxima de un hombre del beisbol americano, Leo Durocher, apodado Lipidia al que, cuestionándosele la actitud de fiero temperamento, dijo, “LOS MANAGERS BUENA GENTE NO GANAN CAMPEONATOS”, como que entendí desde el primer momento que Capriles no estaba hecho para la guerra sucia, ahí mismo lo di perdedor mucho antes de que comenzara el juego.
La comunidad venezolana de Miami y la oposición interna tienen ante sí una última alternativa: o se quedan esperando por un poco posible grant, por la muerte de Chávez en un período de 4 años o por un menos posible Ajuste estilo cubano para engordar a Yoanis o a Fariñas de nueva edición, o se deciden por la violencia, única forma de enfrentar a esta gente: la guerra callejera con sabotajes, atentados y todo lo que le cuelga como apoyo a la guerrilla que deben ir pensando en constituir, que bastante “monte tienen allá”.
Claro, nunca antes de enero del próximo año, porque, mientras Obama pueda, neutralizará cualquier intento contra Chávez a pesar de la retórica enemiga.
El interino de Colombia pudiera ser un obstáculo, lo que es un entredicho, sin embargo, parece que se lo infiltraron a Uribe no solo para obtener el alto cargo que ocupó, sino para que llegara hasta la presidencia y “cuide” el puesto que, concluidas las amistosas conversaciones con las FARC, ocupe el candidato narcoguerrillero predestinado vía voto democrático.
No creo que haya vergüenza para acusar como bandidos a los venezolanos si decidieran irse a la acción de lucha armada, pero, si alguno se arriesgara, a pesar de que en Siria nadie lo hace con los rebeldes de la Hermandad, hay que olvidarse de que el mundo existe, o se conforman con la pérdida del país no por 6 años, sino por siempre.