HASTA QUE USTEDES QUIERAN…

miércoles, 12 de septiembre de 2012


HASTA QUE USTEDES QUIERAN…
(9-9-12-5:00PM)
Por Andrés Pascual
Estoy completamente de acuerdo con el Doctor Manuel Márquez Sterling (me lo escribió anoche) y con lo que me dijo Roberto Luque Escalona hace más de un mes sobre el futuro del califato: ANOCHE ADELANTÓ OBAMA SU DERROTA DOS MESES, eso no fue el discurso de un estadista, sino de un vulgar egocéntrico, estúpido y agitador en el mejor estilo castrista.
¡La memoria selectiva caray…! bueno, el califa se refirió a Romney como “quien identifica en Rusia al enemigo”, que lo es junto a China, en vez de a ALQEDA, al tipango se le olvidó que, hace menos de 2 años, decretó que “la prioridad de la Seguridad Nacional ya no es la lucha contra el terrorismo”. ¿Quiénes son así? LOS COMUNISTAS…
Obama ha atado lazos de acercamiento con China y con Rusia, más que admisibles, concesores, no por gusto le prometió desactivar el plan sombrilla de seguridad europeo a la caricatura de Mussolini durante su segundo mandato, del que, gracias a Dios y a su imbecilidad y militancia radical, se puede despedir. Hacia China ha redirigido una importante fuente de trabajo necesaria aquí, a pesar de la crisis laboral.
Ahora Cuba, que siempre vende como noticia, además de pullóveres con fotos del tirano, del asesino de Rosario y otras postales: un nuevo documental, La Cuba escondida, narrado por un cubano nombrado Edgardo, es la última joya del canal América TeVé que, aparentemente, tiene un negocio con La Habana para presentar “en primicia” (palabras del dominicano con las manos sucias), por lo menos uno quincenalmente, digo, me parece…
Creo que cualquier denuncia contra el castrismo es necesaria, pero este material está flojito de azúcar, sencillamente, no tiene nada nuevo, el célebre “pan con ná” del cubano callejero.
El tema es ¿Hasta cuándo? Y el individuo recrea una serie de vicisitudes obligatorias cada vez que es necesario obtener algo en el ex Paraíso de la Clase Obrera, no porque haya dejado de ser paraíso, sino porque no hay esa clase de gente cuyo sinónimo para los comunistas es “proletariado”.
Desde la vagancia y el robo generalizado hasta la compra de servicios médicos, lo mismo por dólares hoy que por un saco de arroz, por un guanajo o un puerco de 1985 hacia atrás (Lo último es de mi cosecha), el hombre recrea un mundo que no tiene nada de escondido por lo pisoteado en nivel de información internacional, ahora, se le quedan cosas en el tintero, quizás porque no ha tenido bien abiertos los ojos durante la época en que, tal vez, aprobaba ese forma de vida ratificando el documento de la semana en el CDR, en la Sección Sindical o en el núcleo del PCC, o porque vivió muchos años nadie sabe dónde, como sea, este material está destinado al fracaso, es tanto de lo mismo que cansa.
Lo único que me interesó fue la que, según él, es la frase que todo el mundo tiene en la boca cada vez que debe soportar con obediencia los desmanes, cualquiera, de la tiranía: ¿Hasta cuándo?
Señor, con todo respeto, hasta que ustedes quieran y sin alternativas, recuerde esto: nadie va a hacerles el único cambio posible, eliminar de raíz (con paredones), todo vestigio de tiranía dictatorial, aunque debe ser muy duro pedirse este tipo de justicia para sí mismo, que están a patadas los que hicieron daño o ayudaron a consolidar ese monstruo, desde el compromiso militante al no menos culpable entusiasmo del simpatizante sin carné que, hoy, se queja en la casa o escribe y habla para Martí Noticias o para el canal 41 de Miami, desde su buen puesto “full time” como “opositor” o como periodista independiente, quienes, para colmo de sus males, cada vez que abren la boca, es para vomitar que “ningún país extranjero puede intervenir en nuestro problema”, franca alusión a Estados Unidos y muy baja forma de pretender bloquear al exilio, que los ha financiado hasta hoy, de la contribución legítima, si ocurrieran cosas, en las función dirigente-administrativa del país, una vez que, por incapaces y pusilánimes, la llamada disidencia ha demostrado que no puede responder a la pregunta de ¿Hasta cuándo? de la forma como exigen las circunstancias.