ALAN GROSS, ENTRE EL CHANTAJE Y LA COBARDÍA

martes, 25 de septiembre de 2012


ALAN GROSS, ENTRE EL CHANTAJE Y LA COBARDÍA
(9-25-12-5:25PM)
Por Héctor Julio Cedeño Negrín-Periodista Independiente de Cuba.
A los gobernantes cubanos les complace calificar a todo el mundo y lo hacen con los epítetos que ellos consideran necesarios, sobre todo para descalificar a una persona, una institución o una nación. Lo hacen además, con un supuesto derecho, para redefinir el significado de las palabras y las diversas acepciones que pueda tener cualquier vocablo. 
Para ellos, por ejemplo, Alan Gross es un espía. Así, sencillamente, no porque realmente lo sea, ni porque haya realizado espionaje, sino por una cuestión de  conveniencia política. Para poder equipararlo con los cinco confidentes cubanos, que el gobierno norteamericano, les pilló in fraganti, enviando datos e informaciones, para los “Servicios Secretos” de la isla antillana. Estos individuos eran verdaderos espías que se dedicaban a recabar información clasificada, sobre las fuerzas militares norteamericanas. 
Las actividades que algunos de ellos realizaban, poco tenían que ver con los movimientos de las llamadas “Organizaciones Contrarrevolucionarias”, radicadas en el país del norte. En mucho, esas gestiones de la Inteligencia cubana, estaba destinada a compilar información, para ser vendida, a los  enemigos de los Estados Unidos. Los receptores de la información secreta, podían ser, formaciones como Alcaeda y otras bandas terroristas, así como  China,  Irán o  cualquier otro cliente, capaz de pagar por esas indagaciones confidenciales. 
Esos individuos eran verdaderos espías por encargo. Aunque realmente demostraron ser, unos espías mediocres. Trabajaban incluso, en red, un método arcaico, obsoleto y relativamente fácil de detectar. No utilizado siquiera, por la súper espía Haydée Tamara Bunke Bider, conocida como Tania la Guerrillera, quien fue encargada por la KGB soviética, para vigilar los movimientos del Che Guevara y  que pasaba información para cuatro agencias diferentes. Entre ellas, la Dirección General de Inteligencia cubana (DGI), conocida en la actualidad como Dirección de Inteligencia  (DI) y radicada en las calles Línea y A. Estaban además los espías cubanos, bajo rigurosa vigilancia, del Buró Federal de Investigaciones, de los Estados Unidos, (FBI).   
Así como el gobierno cubano se dedica a alquilar, los médicos, las enfermeras, los entrenadores deportivos, los técnicos e ingenieros, los obreros de la construcción, los constructores navales, los marineros y hasta los pilotos de guerra. Pretendía hacer, una brigada de “Espías de Alquiler”. El caso es sacarles dinero a los cubanos, a como de lugar, como si ellos fueran los propietarios de nosotros, que realmente lo son.
 ¿Por qué tanta preocupación, por los cinco espías? Pues, porque si ellos no recaban la libertad de los cinco espías, se les cae el negocio, porque nadie querrá integrar una misión de inteligencia, para luego pasar toda la vida en prisión. El espionaje les  permite a los gobernantes, ingentes ganancias y aprovechar las preferencias y las facilidades que tienen los cubanos, haciéndose pasar simplemente, por supuestos luchadores anti-castristas y para ellos es muy fácil, introducirlos en los Estados Unidos. 
Ya en otra ocasión, se dedicaban a interferir las señales de un satélite norteamericano y recibían doscientos cincuenta millones de dólares anuales, pagados por el gobierno iraní. Ahora resulta que el gobierno cubano, condenó al ciudadano norteamericano, para chantajear a Barack Obama y obligarlo a negociar la liberación de los cinco espías, por la del sub.-contratista estadounidense, haciendo hincapié en que el norteamericano, se encuentra delicado de salud. 
Ya leía un reportaje de la Associated Press, pagado a todas luces, por el gobierno cubano, en donde se decía, que Alan Gross, había cometido delitos contra la seguridad del Estado cubano, porque supuestamente el sabía que lo que hacía, en Cuba no era legal. De eso a decir, que él estaba espiando, hay más de cien kilómetros de distancia. Pero un Presidente débil, como el que gobierna a los Estados Unidos, puede ser chantajeado fácilmente, por una tiranía como la de los hermanos Castro. 
Ese es el gran dilema de Alan Gross, entre un gobierno mafioso y chantajista y un Presidente Demócrata. Que se debate, entre la debilidad rayana y la cobardía temblorosa. Nunca hubiera creído, de un poderoso país, como son los Estados Unidos de América, fuera puesto de rodillas, por una tiranía fascista y desvencijada, como la cubana, sin que el gobierno de ese país, fuera  capaz de tomar alguna acción enérgica, para solucionar el problema. Un problema creado por el gobierno cubano, para su propia conveniencia.