PARA LA TRAICIÓN, CUALQUIER MUERTO IMPORTA

lunes, 20 de agosto de 2012


PARA LA TRAICIÓN, CUALQUIER MUERTO IMPORTA
(7-31-12-2:15PM)
Por Andrés Pascual
Escribir contra una situación desleal cuando hay un muerto de por medio es engorroso, sin embargo, las cosas hay que decirlas, porque “la mesa está servida”.
A Monseñor Jaime Cardenal Ortega y Alamino el G-2 le asignó una tarea específica con respecto al velorio de Osvaldo Payá: haga acto de presencia, hable cualquier cosa y apodéresedel cadáver y de la filosofía de ambiente…
Sin embargo, para que nadie se confunda, Ortega no forma parte de la avanzada que se dedica a enarbolar el asesinato del individuo como la política que debe seguirse con respecto a Cuba, ¿Extraño? No, hasta ahí no llega la encomienda.
Aunque dije que nunca escribí algo positivo sobre Payá, tampoco me negué a incluirlo entre los mártires de la patria, ahora, rechazo rotundamente convertirlo en un nuevo Martí, porque, a fin de cuentas, mantengo mi posición con respecto a la que tuvo el fundador del Proyecto Varela hoy tanto como el primer día.
Definitivamente, lo encasillo, por aproximación de ideas y de sus intereses con respecto a Cuba, en el capítulo del venezolano Narciso López; es decir, con intención anexionista a los malos y a los males de la Cuba de hoy.
Juan O Tamayo, de la sucursal del Granma en la Bahía, encargado de poner “la fula” contra la libertad de Cuba “tapiñándola” en noticias de buen cubano preocupado por la tragedia nuestra, ya se encargó de intentar impresionar a todo el mundo por la categoría de “líder a seguir” del asesinado: “vacío imposible de llenar” es lo menos que se publicó, donde no podía faltar la opinión del hombre que cuenta con más jefes militares, ministros…que le dicen la última siempre y nadie sabe como no ha podido tumbar a Castro de su silla de ruedas, Carlos Alberto Montaner.
Sin embargo, por esa extraña forma de manejarlos que tienen los que están detrás de todos esos personajes aquí y en Europa, si no lo asesinan, nadie se acordaba de que Payá existía, porque todo el mundo tiene que reconocer que la jugada es un ponte de acuerdo entre ellos para presentar y dominar el ámbito llamado opositor durante un tiempo, a razón de uno después de otro por períodos. Vaya, un intercabio de protagonismo para que nadie, sobre todo fuera deCuba, se ponga bravo y que el Tío Obama siga cantando.
A Payá lo asesinaron, a pesar del miedo que le inocularon a los extranjeros que están declarando lo que quiere la tiranía, como opositor últra-pacífico, merece honor, pero hasta ahí, ni líder único ni imposible de llenar el vacío que dejó ni… a lo largo de 54 años han caído en combate o asesinados frente a los paredones miles de cubanos cuya dignidad es infinita y su clase de dioses; y nadie los reclama de la forma como pretenden hacer con Payá.
La posición política de Osvaldo Payá fue totalmente contraria al ideal supremo de libertad absoluta, más bien lo entendía como una hipoteca de ideas con beneficio limitado para el pueblo y absoluto para sus patrocinadores.
Comenzando con el pacifismo, elemento bueno para vivir de él en estos tiempos, nacido en los cubiles del castrismo porque es lo que necesitan esos criminales para jugar al “permitidor de actos contrarios a la robolución”, hasta oponerse al embargo y considerar los viajes y las remesas a Cuba como una posición política de buena voluntad del régimen, por lo tanto, mala del exilio que nunca le simpatizó por esa razón, Osvaldo Payá no es ni puede ser el individuo que quieren imponer aquí para, camufladamente, inocular el germen de la entrega y la concesión que, ya se sabe, es bueno para gente como Carlos Saladrigas y hasta para Carlos Alberto Montaner, pero no para el pueblo oprimido.