DOS TÓPICOS DE ACTUALIDAD

lunes, 20 de agosto de 2012


DOS TÓPICOS DE ACTUALIDAD
(8-3-12-5:30PM)
Por Héctor Julio Cedeño Negrín 
Y continúa la marcha de la historia. 
Osvaldo Payá Sardiñas es historia y su legado político ha pasado a formar parte de un tema fulgurante, para el estudio de catedráticos e historiadores. Lo recuerdo con gran simpatía, aunque no le conocí más allá del saludo cordial, en los contados encuentros que tuve con él. Me aproximé un poco más a sus ideas, por sus comparecencias y opiniones ante la prensa y compartí con frecuencia sus puntos de vistas.
Su análisis sobre la situación cubana, eran una buena aproximación a la realidad, aunque no compartí su estrategia, de realizar los cambios partiendo de una constitución aberrante, como la cubana. Conocí del “Proyecto Varela”, a principiosdel siglo XXI, lo leí a instancias de un amigo, que me lo explicó y fue por su insistencia que lo firmé, aunque le expresé que me parecía demasiado ingenuo, ante una tiranía violatoria de todos los derechos y libertades.
Lo firmé además, porque me pareció un proyecto genuino de la sociedad civil cubana y lo comprendí como un esfuerzo independiente, del pueblo cubano para liquidar a una tiranía implacable, que sojuzga por tantos años a nuestra nación. Aunque lo juzgué impracticable y estuve convencido de que los tiranos lo vetarían, pensé que valdría la pena firmarlo, para desenmascarar públicamente a los gobernantes cubanos, aferrados al poder hasta con los dientes.
Osvaldo Payá esperó el momento conveniente, para presentarlo a la “Asamblea Nacional (AN)” (parlamento con comillas, de un gobierno dictatorial, que no soporta disidencias), aprovechando la visita que realizaría el ex Presidente de los Estados Unidos, el Señor James Carter. El efecto fue el deseado y el propio Jimmy Carter elogió el documento ante el mundo y lo divulgó su existencia ante el pueblo cubano, aprovechando la cobertura de aquella comparecencia, en el Aula Magna de la Universidad de la Habana. Esta fue sin dudas una jugada magistral.
Luego se realizó aquella farsa inenarrable de recogida de firmas, que fueron tomadas por asalto y a punta de pistolas, para tácitamente ratificar el socialismo. Que según los tiranos, será eterno e irrevocable, por los siglos de los siglos y con lo que los ciudadanos cubanos perdimos definitivamente una pretendida soberanía, que hace mucho tiempo que ya no existía. Pero con todo aquello, desprestigiaron hasta el superlativo a la “Constitución de la República sin bananas” y la convirtieron en un trozo de papel sanitario, listo para ser utilizado.
Pensé, que luego de fracaso del Proyecto Varela, vendría un siguiente paso que exaltaría la lucha cívica, a un nivel muy superior, pero aquel escenario no estaba previsto y todo quedó inerme, como congelado. Por fin, se le acabó el combustible, al Proyecto Varela. Aparecieron entonces innumerables Proyectos, intentando imitar al proyecto de marras y con nombres diversos. Desde ese momento, han florecido, las mil y una planillas diferentes, para reafirmar lo mismo, de lo mismo. Entre los opositores y los disidentes no cesa el síndrome de la planillita, que aún perdura hasta el día de hoy, incluso en tierras del exilio.
Con esto al Proyecto Varela, le ocurrió como les ocurre a los escritores de una sola obra; por mucho esfuerzo que realizaron, nunca pudieron escribir la segunda y si lo hicieron, es como hacer una nueva versión de la primera obra. Pero la historia debe continuar y tienen que elaborarse nuevas ideas. La vida de Osvaldo Payá Sardiñas, no debe perderse en vano. Él hizo un aporte inigualable a la causa de la libertad y de los derechos, de los cubanos y puso muy en alto la dignidad de Cuba. Colocó a la tiranía castrista, contra las cuerdas, provocando  un efectivo conteo de protección, a los tiranos.
Pero verdaderamente no hay porque repetir, las mismas fórmulas y los mismos  errores. No se deben copiar los métodos, sino que se deben encontrar nuevos caminos, en esta lucha pacífica, por alcanzar la libertad y la democracia y porque se instituyan en Cuba, todos los derechos, porque como decía Osvaldo; “Los Cubanos también, tenemos derecho, a los derechos”.
En los últimos días la televisión cubana y la prensa plana, se  desvivieron dando explicaciones, siempre amañadas por cierto, sobre el accidente en el que perdieron la vida, Osvaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante. Los televidentes se deshicieron en conjeturas sobre quienes serían tan eminentes personajes, que merecían tan detallada información, porque en Cuba ocurren todos los días, decenas de accidentes, en los que mueren decenas de personas, sin que se emita explicación, ni se adelanten juicios sobre el tema y mucho menos que se otorgue una información tan detallada, sobre hechos tan cotidianos, como un accidente automovilístico. Eso desde que Fidel Castro ordenó, a principios de su revolución, poner fin a la llamada crónica roja.
Se nota claramente, que los verdaderamente importantes no son los extranjeros, sino los cubanos, cosa bastante extraña en tierras de Cuba; ¿Quiénes serán esos individuos tan célebres, que muchos desconocen? Dice la gente común por las calles, pero los informantes gubernamentales, ni siquiera se atreven a explicarlo. No dicen ni tienen la valentía de decirlo. Ellos en otras circunstancias, los habrían tildado de ser un par de contrarrevolucionarios, que luchaban contra la estabilidad y el bienestar, del pueblo cubano, pero se han abstenido. Muchos se imaginan, que son luchadores, por la libertad.
La circunstancia de su muerte, es bastante dudosa y tenebrosa y existen demasiadas lagunas en la aderezada investigación. Los testigos serán presionados, amenazados con internarlos en la cárcel, por muchos años y hasta torturados, por lo menos, sicológicamente y su testimonio será tergiversado y burdamente manipulado, porque esta tiranía, es capaz hasta de lo imposible para ocultar la verdad. Pero finalmente la verdad se abrirá paso. 
Sobre la intervención de Raúl. 
En el último discurso de Raúl Castro, pronunciado en la mañana del 26 de Julio de 2012 (él no lo consideró como un discurso), no hay mucho de que comentar y en el de José Ramón Machado Ventura, fue la misma tónica. La trova folclórica cotidiana, que desde hace más de cincuenta años interpretan los tiranos, nada por dentro y mucho menos por fuera. La esperanza para los guantanameros de paliar el hambre cotidiana, es como un conjunto nulo o vacío, como se decía en matemáticas, al igual que la del resto de los cubanos.
Los empleos para los guantanameros son por ejemplo; como policías en la Ciudad de la Habana, ganando unos pocos pesos, donde se acumulan por miles y para reprimir a los  habaneros. Otros miles, “bisneando”, “carteriando” o estafando, en la capital de todos los cubanos, expuestos a ser encarcelados o deportados a sus lugares de residencia. Las mujeres, jineteando en algún “Chupping” callejero o en los hoteles “solo para turistas extranjeros”, sofocando   a sus huéspedes y listas para ser deportadas o internadas en “Villa Delicia”, la prisión exclusiva para las prostitutas. Esa es la esperanza de los guantanameros contemporáneos o si se quedan allá en su tierra natal, deben estar dispuestos a pasar, unas cuantas varas de hambre, con otras adicionales.
Esas son las promesas de Raúl Castro, de Machado Ventura y claro está, de Luis Torres Iribar, Primer Secretario del Partido Comunista en la provincia, mientras ellos siguen viviendo como verdaderos millonarios, por cuenta propia y a costa del sufrido pueblo cubano, por el que no pagan licencia, ni impuestos sobre las fortunas, que amasan a manos llenas y despilfarran a su antojo.
Los ancianos, babeantes y hasta babosos,  en andadores y en hasta en sillas de rueda, pero aferrados al poder, hasta con los dientes postizos. No hay forma de que lo suelten, ni de que aflojen. Recuerdo cuando Machado Ventura, después de los cuarenta años, se dejaba crecer el pelo de un solo lado y se lo cruzaba sobre la calva, para disimularla,como si fuera un bisoñé. Ahora no le quedan, ni tres pelos en toda la cabeza.
Respecto a una negociación con el gobierno de los Estados Unidos de América, dice Raúl que la mesa está servida y habla, no sé de qué guapearía y no se sabe cuantas batallas en el III Frente Oriental Frank País y del Moncada. Batallas imaginarias de un General sin batallas. Ahorita le da por hacer como el inefable Leonid Ilich Brézhnev,  que llegó a tener cinco Órdenes de Lenin, aquella antológica medalla, que solo ostentaban los  Mariscales, que combatieron en la Gran Guerra Patria.
Ni siquiera el Mariscal Gueorgui Zhúkov tuvo tantas y fue considerado el Héroe Genuino, de la Segunda Guerra Mundial. Vamos a ver si Raúl comienza a inventar batallas ficticias como las que invento Brézhnev, ahora que él, es el mandamás y el que reescribe la historia.
En cuanto a la negociación con los Estados Unidos de América, Raúl debe estar al corriente, de que si no reconoce los derechos que tenemos todos los cubanos, a las libertades y a la democracia, de seguro,  que no habrá ninguna negociación con el país del norte. Antes de negociar con los Estados Unidos, tendrá que negociar con nosotros los cubanos, no lo dude Señor General, ni lo olvide tampoco. 
Y póngase a pensar Generalísimo, que la cubana es hoy por hoy, una de las ciudadanías más influyentes dentro del gobierno estadounidense. Analice esta perspectiva; a mediano plazo General, puede ser elegido un cubano a la Presidencia de los Estados Unidos o sea, un cubano  nacido en la tierra estadounidense. Pero no un cubano de esos que ustedes manipulan fácilmente, sino un cubano muy conservador y de ideas muy firmes y actuales, de esos, ante los que ustedes tiemblan de miedo. Que si por fin decidiera invadir a Cuba, ese conflicto pudiera ser consignado, como un conflicto entre cubanos y nadie en el mundo tendría derecho a meterse en eso, ni siquiera los entrometidos acólitos de las Naciones Unidas.
Analice esa perspectiva mi General, los cubanos, estamos muy cerca de la Presidencia de los Estados Unidos de América.