¡QUE MATEN A 10 GENERALES!

sábado, 26 de mayo de 2012


¡QUE MATEN A 10 GENERALES!
(5-24-12-4:50PM) 
por Esteban Fernández, Jr.
¿Qué tiempo le llevó a la tiranía permitir algunas cosas que en otros tiempos se hubieran considerado amenazas al régimen? Casi 54 años. Fueron tan brutos que no comprendieron que lo que le gusta a la mayoríadel pueblo cubano  -ayer, hoy y siempre-  es estar en la cerca, ni para acá,  ni para allá. Ni Mambí, ni guerrillero; ni comunista rabioso, ni anticastrista decidido.
Y torpemente, desde el mismo primero de Enero de 1959, la dictadura puso a todos los cubanos en la disyuntiva: conmigo o contra mí. Si no eres fidelista, es porque eres enemigo de la revolución, y como tal te trataremos, a rajatabla y de arranca pescuezos.
Si salías de Cuba,  era porque eras un gusano empedernido. Sin embargo, hubo quienes vinieron, y siguen llegando a los Estados Unidos, sin haberle tirado ni un chícharo a un miliciano dormido en su posta. Y al llegar aquí, no han movido ni un solo dedo contra el castro-comunismo. ¿Por qué vinieron? Porque el régimen los obligó a carabina a tomar partido. Ahora a esa gente ya los aparatos de propaganda castristas los cataloga de “respetuosos”. ¿O será un intento de ellos de “respetar” a las ovejas descarriadas?  
A diferencia del gobierno de Fulgencio Batista que permitía la inacción. Si no simpatizabas con Batista, perfectamente bien podías ser apolítico, no meterte en nada, no participar en la insurrección, y no te pasaba nada. Yo jamás fui batistiano, y nunca los batistianos me pusieron la más mínima presión para incorporarme a sus filas. Y así fue con todas las personas que me rodeaban.  
Cuando Fidel Castro se roba el poder, la más mínima bobería te podía meter en un tremendo lío. Para poner un ejemplo entre un millón: Usted decía “La verdad es que yo extraño muchísimo la época de Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao”, y ya eso era interpretado como una provocación. Y a lo mejor hasta te llevaban a la jefatura de policía a aclarar porque dijiste esa expresión "contrarrevolucionaria". 
Les ha llevado 53 años llegar a la conclusión de que “Ya tenemos controlada la situación, y podemos darnos el lujo de permitir ciertas veleidades que no tienen ni la más ligera oportunidad de derrocar esta dictadura”.
A los homosexuales que discrepaban los llevaron como a los carritos de Guarina, a   empujones y campanazos. Y yo pregunto: “¿Por qué y para qué? ¿Qué necesidad había de abusar implacablemente de ellos? ¿Iban a alzarse en El Escambray, iban a formar un ejército anticastrista, iban a atacar un cuartel? Nada de eso. Recuerdo que los trataron, por gusto e injustamente, como  leprosos y apestados.
Todavía yo no sé a quien se le ocurrió la idea de otorgar la patente de corso para protestar, para criticar, escribir para afuera, a los que no pueden dar ni el mas leve paso que verdaderamente los logre perjudicar. Y al que da esa pisada en falso, lo encierran por unos días, meses, o años, según ellos consideren necesario. Al que pase la linea trazada y permitida le parten el carapacho.
Es algo así como meter unos fieros y salvajes leones en jaulas. Hay que darles latigazos por largo rato,  y pasado medio siglo de abusos, hasta un empleado del circo puede entrar a darles comida y casi nunca usted escucha que un domador muere devorado por un león.  
Y entonces usted tiene que oír a despistados exiliados diciendo que: “Allá las cosas están cambiando, ya aceptan las quejas, escriben lo que le da la gana, es fácil entrar y salir, hay una oposición activa”. Y eso es parte del plan, eso es lo que ellos quieren hacer creer.
El día en que usted se entere que mataron  a 10 generales y 15 coroneles en diferentes lugares de Cuba, y nadie sabe quien los ajustició,  entonces avíseme para creer que algo grande está pasando allá.  Mientras tanto, que nadie se moleste pidiéndome que ayude a cargar unos celulares.