“MONS STAY AT HOME”, TALLERES DEL ALMA DE LOS HOMBRES BUENOS

lunes, 16 de abril de 2012

“MONS STAY AT HOME”, TALLERES DEL ALMA DE LOS HOMBRES BUENOS

(4-13-12-5:30PM)


Por Andrés Pascual

Parece que “lo políticamente correcto” es el arma empleada por los filocomunistas, por los castristas y por los demócratas (del partido, no de la intención y la conducta) para “echarle la grada encima” a cualquier opinión diferente a la de ellos.

La frase solo es válida a favor de sus “soldados de ideas”, vengan de los acólitos militantes, de los terroristas de la tiranía cubana, de los defensores del radical de la Casi Blanca o del lugar donde una vez se asentó la civilización mesopotámica: es el mundo como territorio de confrontación ideológica a favor de sus políticas, resumido en que la razón no existe si no es a la manera de cómo la planifican e imponen ellos, a través de la obligación de creer qué es o qué no es justo y significativo.

Pero controlar por militancia antiamericana al 90 % de la media nacional, que es como el 70 % de la información mundial, le da a los lobos del Partido de Obama una ventaja significativa a la hora de imponer condiciones, incluso a la hora de mentir y de ofender a quienes crean que pueden convertirse en contrincantes poderosos por los escaños importantes de la alta política en Estados Unidos.


Hillary Rosen (foto de la izquierda), socia de una firma política de comunicación, lesbiana que vive con su “compañera”, Elizabeth Birch, de la que también fue socia de negocios, que tuvo programas en CNBC y en MSNBC, que desde el 2008 firmó con CNN, que militó en un grupo, ¡Válgame Dios! de defensa de los Derechos Humanos, también es una de las principales caras y voces como asesora de la campaña pro elección del Califa para este año.

Igual que muchos elementos que se revuelcan en el pantano que es ese partido, pues es sucia, baja y “políticamente incorrecta”, lo que pretende esconder con gritos y ofensas de alto voltaje, a través del ropaje de una conducta indecente con pretensiones de confundirse como “decente”, que desvíe la atención del exceso de vicios político-sociales que porta.

La “Señorona Rosen”, de tan solariega que es, de tanto que la asusta la indefensión de Obama ante el reto de noviembre (la realidad de la gestión anti-popular y pro-islamista lo acusa) no encontró mejor forma de atacar a Mitt Romney que ofendiendo a las mujeres conocidas en Cuba como “amas de casa” (aquí “mons stay at home”) que guían por el buen camino, hoy más necesario que nunca, a la niñez americana, tanto como a las que trabajan, por medio de la más inaceptable agresión a la esposa del candidato republicano.

De tanto odio que guardan estos elementos como “el Rosen”, no fue capaz de comprender el daño que podrían recibir las mujeres “trabajadoras”, porque cualquier extremista sería capaz de culparlas como de mucha responsabilidad en lo que es el desastre que se origina en la ausencia absoluta del control de la moral social o espiritual, en los hogares de las madres que no están en la casa y que se incrementa con el concepto “madres solteras” o por la cantidad de divorcios o parejas sin compromiso legal que cada día aumentan lamentablemente.

Por supuesto que los hogares con presencia de abuelas o de madres responsables, dedicadas a educar a los hijos (no a enseñar) no son patrimonio absoluto del comportamiento correcto del ciudadano, como al revés, con las madres trabajadoras, pero el % en la formación de hombres y mujeres con virtudes sociales es superior en hogares donde la casa patriarcal existe bajo condiciones de respeto absoluto.

Lo que dijo la Rosen fue un atentado contra la sagrada familia, como Castro en Cuba, que la destruyó, quizás ese sea el mensaje real de esta medio señora estúpida y radical filo comunista.

Mi abuelo paterno, que tuvo tres hijas trabajadoras y una esposa (mi abuela) ama de casa, me dijo una vez: “es más difícil estar en la casa que trabajar fuera, tu abuela nunca termina de trabajar…” y, demoledoramente continuó, “al 70 % de las mujeres que trabaja fuera no les gusta trabajar en casa, porque hay que trabajar de verdad y mucho, entonces le huyen a la casa, le tienen miedo, mientras menos tiempo estén ahí, mejor”

¿Totalmente absoluto? No hay algo que lo sea y el trabajo hay que verlo como una necesidad social también, pero sé que es verdad que muchas mujeres trabajadoras le temen tanto al trabajo en la casa como al “coco”.


Únicamente una mentalidad gris como la de Hillary Rosen puede ser capaz de destapar esa Caja de Pandora con la intención de desacreditar a Ann Romney (en la foto) como capaz de opinar sobre problemas laborales con la frase “no ha trabajado un minuto de su vida”.

Una persona “normal”, hecha en el seno de un hogar tradicionalmente funcional, que ha criado a hijos que no han estado en titulares por contravenir la ley nunca, tiene mucha más credibilidad si opina, de lo que sea, que un vulgar miembro de una casa disfuncional que busca convertir al país en un fracaso tan grande como debe ser su propia existencia, a pesar de su background docente y político.