EMPECINAMIENTO

jueves, 1 de marzo de 2012


EMPECINAMIENTO
(2-23-12-5:10PM)
por Esteban Fernández Jr.
Entre el millón catorce de garrafales defectos del tirano Castro,  quizás uno de los que más nos afecta a los cubanos,  es su empecinamiento. Recuerdo que a mediados del año 60 pensé: “Este tipo se cae,  y si no,  entonces se va a cansar de hacernos la vida imposible”.  
Y, de eso nada, hoy parece un verdadero esperpento empedernido;  y en la edad en que los seres humanos normales  se dedican a cuidar a sus nietos y bisnietos,  este hijo de la gran guayaba sigue terco dañando a la gran  nación que desafortunadamente lo vio nacer. 
Les juro que cada vez que tengo la desgracia de verlo en la televisión o en la pantalla de la computadora se me enciende la sangre y casi llego a gritar: “¡No me agotes mas la paciencia, acábate de morir tremendísimo H.P.!”  Pero sigue vivo, implacable y porfiado. 
Desde el principio,  cuando metía aquellas peroratas de cinco horas,  yo estaba seguro de que “Ya había dicho todo lo que tenía que decir.  ¿Qué mas puede inventar este loro trastornado?”... 
Pero al otro día volvía con su  interminable verborrea a hablar de cuanta bazofia se le ocurría. En una época la cogió con los diez millones de toneladas de azúcar,  después pasó a su amada vaca Ubre Blanca, y mas tarde la matraquilla fue con las ollas de presión chinas, y miles de barrenillos mas.  Siempre encarnado en su escarnio. 
Si usted es manager de un team de béisbol y sufre 50 derrotas consecutivas lo sustituyen, si es empresario y destruye tres negocios tiene que dedicarse a otra cosa.  No existe en el mundo un dirigente de un equipo de football que se pase 53 años perdiendo todos los juegos, y de contra octogenario, y siga al frente del conjunto. A un arquitecto que se le caigan cinco edificios no lo quieren ni de albañil...   
Pero este tipejo comenzó a destruir a una nación un primero de enero del año 59, y todavía tiene la cara dura de llegar a una tribuna,  prácticamente llevado  a rastras, para presentar un libro que sin leerlo (no sé quien tendrá gandinga para  simplemente darle un vistazo) estoy plenamente convencido que tiene que ser una sarta de mentiras, lleno de culto a su egocéntrica personalidad, de lagunas históricas y mentales, producto de su terquedad. 
 Hasta cuando alguien mata a una persona en un accidente de tráfico se pasa el resto de su vida traumatizado. Y por culpa de este asesino en serie, por su perseverancia en el crimen, han muerto miles de compatriotas y él cómo si nada hubiera ocurrido. Lo de Fidel Castro no ha sido un aislado atropello,  sino  un verdadero genocidio, un río de sangre que ha inundado y enlutado a toda la nación.
 Y se cuida mas que un gallo fino, con cien médicos siempre a su alrededor, porque simple y llanamente está empecinado en llegar hasta los 125 años acabando con Cuba, o mejor dicho, acabando con lo poco que queda en pie.  A mí me parece que lo que él busca,  es que cuando el Guinness World Records hable del hijo de perra más testarudo del mundo, tenga que poner esta foto tomada del Blog  Guamá.