LA INSTALACIÓN DEL SOCIALISMO EN LA ARGENTINA
lunes, 14 de noviembre de 2011
LA
INSTALACIÓN DEL SOCIALISMO EN LA ARGENTINA
(11-11-11-10:45AM)
Por Carlos Manuel Acuña
(El
Informador Público)
Para quienes lo sabíamos y
anunciamos reiteradamente, no es una sorpresa; para otros, que oyeron, pero no
escucharon, ya puede convertirse en una alarma que aún no es considerada en su
plenitud, pero sólo hasta que el proceso llegue directamente a sus bolsillos. Lo
demás, las instituciones, las ideas, la cultura, la tradición avasallada o la
historia que se modifica por necesidades de oportunidad política, parecen
componentes menores comparados con las simples necesidades económicas, las
cotidianas o las que hacen posible desarrollar trabajos y crear gracias a los
talentos propios. Ayer, el gobierno comenzó a vender las acciones de la ANSES
correspondientes a su participación en las empresas donde nombró directores, lo
que revela que todos los pasos previos que en su momento levantaron una
polvareda que se asentó y pasó al olvido del público, tenían su razón de ser más
allá de las anécdotas de Guillermo Moreno con sus guantes de boxear. Los chicos
de La Cámpora digitan estos procedimientos millonarios y ya están ingresados en
la estructura administrativa del Estado y del mundo que todavía es privado, es
decir, aquél que es legítimo y comienza a erosionarse mediante medidas que poco
a poco generan un control extraordinario. En el ínterin, la mayoría de los
políticos se callan.
En su momento nadie lo creía o, más aún, todavía están
aquellos que consideran que se trata de algo pasajero, transitorio
como tantos hechos ocurridos en
la Argentina, pero olvidan lo que también sostuvimos desde tiempo atrás: cuando
la izquierda, en sus manifestaciones más agudas y clásicamente latinoamericanas
alcanza el poder, no lo abandona. Al respecto, alguien estudiará el
extraordinario y reciente fenómeno electoral que sucedió recientemente en
nuestro país, cuando todo indicaba que el gobierno marchaba hacia su abismo
político... pero ganó y lo hizo ampliamente. La curiosidad adicional es que los
mismos votantes corrían -y corren- a comprar dólares, pues descreen de la
capacidad del kirchnerismo para mantener el gran divertimento
del consumismo. Eso mismo, el divertimento, es lo que
ahora comienza a acabarse, acelera la desesperación por comprar los dólares y se
apresta a enfrentar un fin de año que, con seguridad, carecerá de felicitaciones.
Mientras tanto, los políticos no se manifiestan y extrañamente, no lo hicieron
cuando resultaron víctimas directas
del fraude.
No entraremos a definir los componentes de esta situación,
pues son por demás conocidos, aunque podemos decir que, ideológicamente, impedir
comprar divisas, tener que dar explicaciones acerca del origen de las que llevan
los viajeros que desean salir del país por razones que les son propias pero que
deben explicar, forma parte de la concepción socialista, donde la intimidad no
puede existir y mucho menos la adopción de las pautas propias que posee todo
individuo... o individua, como podría decir Cristina. Ella les contestó a los
comentarios políticos de Barack Obama con el anuncio de que los argentinos serán
censados y clasificados mediante métodos cubanos para otorgarles documentos de
identidad y esta definición ya le costó al país otra negativa de un crédito
internacional requerido por nuestra cansada economía. Los políticos, callados.
Pero esto no es todo. Ahora vino a saberse que la decisión
norteamericana de reunir a los dos presidentes en Francia no respondió a una
recomendación del Departamento de Estado que conduce Hillary Clinton sino a una
fundada inquietud del Pentágono por la colaboración científica de nuestro país a
Irán, colaboración que le facilitó la capacidad para lograr la implosión nuclear
necesaria para colocarse en el escenario estratégico mundial en mejores
condiciones. Como trasfondo, surge que el tema que involucra a nuestra ex
República ya tiene connotaciones militares relacionadas directamente con lo que
ocurre en la geografía africana, que incluye las firmes relaciones de Israel con
los Estados Unidos, la posición de Washington en la materia, el despliegue
mediático que expresa la importancia de este asunto y la posición unificada de
Demócratas y Republicanos en materia de política exterior con estos componentes.
Más aún, tres legisladores demócratas se dirigieron a Hillary Clinton para
señalarle que el Congreso de los Estados Unidos ha iniciado una investigación
dentro de un marco de alarma y firmes decisiones. Estas últimas comprenden el
rol desempeñado hasta el momento por el enfermísimo Hugo Chávez, al que sindican
de haber intervenido en la captación de científicos argentinos para que, con la
anuencia kirchnerista, brinden sus servicios a Irán. Ningún político dijo nada.
En estas cosas, los trascendidos tienen su razón de ser más
allá de su contenido, pues queda demostrada la intención de colocar en la
superficie un tema que, en este caso, además de importante es peligroso. Ya no
se trata solamente del papel desempeñado por
Venezuela en esta triangulación
sino que, además, está la cuestión irresuelta de la AMIA y todo lo que ello
implica. Por añadidura, la documentación de los congresistas también habla del
rol desempeñado -aunque haya sido más simbólico que otra cosa- por el piquetero
Luis D’Elía, designado con el cargo de Embajador Itinerante para relacionar a la
Argentina con Irán, tarea que es remunerada con cientos de miles de pesos, cuyo
destino no sería exclusivamente personal. Al momento de escribir estas líneas,
se informa que el diario The Washington Post ya hizo comentarios públicos que
fueron recogidos y ampliados por el francés Le Figaro, lo que induce a pensar
que el asunto se extenderá mientras la preocupación por un eventual conflicto
militar con armas atómicas es un comentario permanente. ¿Nos veremos metidos en
un conflicto de esta naturaleza...? ¿Es posible que un asunto de tanta magnitud
nos tome con un ministro de Relaciones Exteriores y Culto que es un inútil en
sus funciones e ignorado por los norteamericanos que en su momento le dieron
cobijo y hasta la nacionalidad, para luego actuar como lo hizo en el insólito
caso del avión que venía con ayuda para atender nuestra creciente inseguridad
interior...? ¿Sabe Cristina que, tal como lo señalamos días atrás, a nuestro
embajador en Washington
se le cierran todas las puertas? Ningún político preguntó qué sucede.
Dejemos por el momento estas
preguntas sin respuesta para decir dos palabras acerca de la bipolaridad de
Cristina, pues a esta altura de las circunstancias hasta entre sus allegados más
íntimos es motivo de preocupación. Dicen que la Presidente podría estar medicada
en exceso y observan su reiterada negativa en aceptar que los argentinos
soportamos un proceso inflacionario evidente, palpable. A cualquiera que lo
mencione, Cristina da por concluida la conversación y cierra el camino para el
análisis y el consejo. Hace unas horas, en un programa de televisión a cargo de
un prestigioso periodista, fue entrevistado Ricardo Foster, quien es señalado
como uno de los representantes ideológicos del kirchnerismo dentro del grupo
llamado Carta Abierta. Éste reúne a quienes se definen como los intelectuales
del gobierno y su proyecto o modelo y, aunque Foster diga que originariamente no
era kirchnerista, decidió apoyarlo en su gestión a Néstor Carlos con motivo de
su curioso enfrentamiento con el sector básico de nuestra maltratada economía.
En su reportaje, el joven Ricardo, autodefinido como filósofo -una actividad que
jamás y en parte alguna estuvo ni está bien remunerada-, defendió la famosa 125,
con la que el gobierno esperaba aplicar gravámenes confiscatorios al campo. Éste
resistió, ganó la pulseada y le infirió la primera derrota al gobierno. Foster
-con menos sutileza que Ernesto Laclau, el otro pensador del indefinido modelo
que impera en el país- se expresó en el reportaje con el viejo lenguaje político
y doctrinario surgido a comienzos del siglo pasado. Así, sostuvo que el
destruido INDEC representaba sólo “intereses en juego” y se refirió a los
factores económicos como “privilegios de los terratenientes”, la exclusiva
“búsqueda de una renta” y se refirió a lo que pudo interpretarse como un
enfrentamiento “al capital”. Todo esto vino a darse a caballo del agotamiento
financiero del modelo, la acumulación de cuestiones de hondo contenido y otras
manifestaciones de una crisis profunda que comienza a perfilarse con todas sus
agudezas. Como se lo esperaba, el gobierno recurre a todas las cajas posibles
para profundizar el modelo. Sólo cabe esperar sus próximos pasos y el nivel de
tolerancia que no aparece acompañado con los buenos deseos de la Navidad y del
año que termina. De todos modos, los políticos descorcharán sus botellas.
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