SIN MORDAZA Y SIN TARIFA: LA VERDAD ANTE TODO
lunes, 24 de octubre de 2011
SIN MORDAZA Y SIN
TARIFA: LA VERDAD ANTE TODO
(10-20-11-5:10PM)
Por
Aldo Rosado-Tuero-Director de Nuevo Acción.
"La verdad de la verdad / y la verdad verdadera / y la verdad
como un templo / son verdades como fieras"
Una vez más la oposición pacífica demostró que a
pesar de tener tantos años, aún está en pañales. A pesar de decirse discípulos
de Gandhi olvidan sus tácticas de lucha. Cuando se les presenta una oportunidad
de ponerle presión al régimen, en lugar de aprovechar las circunstancias
favorables, lo que hacen es usar la línea del menor esfuerzo y facilitarle a los
opresores la mejor manera de resolver su problema.
En el caso del sensible fallecimiento de la líder de
las Damas de Blanco, Laura Pollán, se desaprovechó una tremenda oportunidad de
desestabilizar al régimen y de tener la oportunidad de medir la fuerza de la
oposición y sopesar la respuesta del pueblo.
Imagínense por un momento que hubiera podido
suceder si se hubiera velado a Laura Pollán toda la noche y el próximo día se
hubiera llevado a cabo su sepelio por las calles habaneras. Si ese domingo sus
compañeras hubiesen cambiado la caminata a la Iglesia de Santa Rita, por la
asistencia a su sepelio y se hubiera invitado a todos los grupos contestatarios
y opositores a la tiranía, para acompañar el cadáver y a la familia de la mártir
caida en el camino de la funeraria al cementerio de Colón.
El gobierno hubiera tenido unas largas horas de
inestabilidad. Tendría que haber echado mano a cuantiosos recursos para mantener
a raya a los visitantes en una larga noche. Posiblemente se hubieran motivado a
individuos que nunca antes habían participado en actos de calle a asistir a la
funeraria; y lo más importante, se hubiera obligado al régimen a mostrar su
naturaleza represiva, delante de toda la prensa extranjera.
Y el domingo se le hubiese presentado a la
satrapía castrista la alternativa de permitir un acto multitudinario de duelo
público, que hubiese podido mostrar el descontento popular o verse obligado usar
la fuerza bruta contra un grupo, indudablemente mucho mayor que los que
acostumbran a reprimir, quitándose así la careta ante la opinión pública mundial.
Con dolor y pesar hay que admitir que a la oposición
cubana (al menos a la visible) le falta aún mucho para comprender la enorme
tarea y responsabilidad que se han echado sobre sus hombros. Tarea que exige
pasar por sobre otras consideraciones cuando los hechos imprevisibles les dan la
oportunidad de explotar el imponderable por encima de cualquier otra
consideración, porque la enorme tarea de desafiar a un gobierno tiránico como el
que se enseñorea sobre Cuba actualmente no admite decisiones blandengues, ni
concesiones al enemigo, cuando se presenta una oportunidad.
Un amigo poco diplomático, me afirma tajantemente
que los que toman las decisiones en la oposición o son muy timoratos o muy
brutos, ya que casi siempre hacen lo que al gobierno le conviene y cumplen las
instrucciones al pie de la letra. Yo no me atrevo todavía a afirmar tan
tajantemente que es que adolecen de testosterona o de materia gris, pero
si tengo que admitir, que algo no funciona correctamente dentro de ese grupo que
toma las decisiones de que se debe o que no se debe de hacer en los momentos
estelares de esta lucha.
Lo cierto es que Laura Pollán, ofreció el sacrificio
de su vida, y que aunque a la larga, el sacrificio de los mártires de la patria
nunca es vano, se ignoró lo que seguramente hubiese hecho ella, en esas
circunstancias. La imagino oponiéndose a la cremación ultra rápida del cuerpo de
la compañera caida y exigiendo un largo velorio y un entierro lo más lento y
concurrido posible, para darle oportunidad a sus compañeros de lucha de estar
allí, en las calles en la hora de los mameyes y brindarle a su pueblo la vía de
comenzar a tomar las calles.
Así se hizo siempre a través de nuestra historia
de lucha, cada vez que un héroe ofrendó su vida a la causa por la que luchaba.
Laura no era ni es menos que otros caidos antes en defensa de la libertad y la
justicia en lucha contra las dictaduras o malos gobiernos. Laura no es menos que
Trejo, que Rubén Batista Rubio o que Frank País. Se merecía una demostración de
coraje y de pleno respaldo público a su valiente postura y no la expedita
cremación, sin entierro y el velatorio restringido de sola unas poquísimas horas.
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