LOS PRO CASTRISTAS DEL EXILIO….LA BOSTA DE VACA Y EL OLFATO SELECTIVO
lunes, 24 de octubre de 2011
DE LOS
ARCHIVOS DE NUEVO ACCIÓN:
(10-19-11-5:10PM)
CON LA TOGA VIRIL
"SOLO LA VERDAD NOS PONDRÁ LA TOGA VIRIL"- José
de la Luz y Caballero
UNA COLUMNA A CARGO DE ALDO ROSADO-TUERO
LOS
PRO CASTRISTAS DEL EXILIO….LA BOSTA DE VACA Y EL OLFATO SELECTIVO
Fotos del autor en un campamento de uno de sus
recolectores de animales exóticos, examinando unos loros; y con un tucán
domesticado, precisamente capturado por Joao, el sujeto del que habla el autor
en este artículo. (fotos: archivo del autor)
Al principio de
la década de los ochenta del pasado siglo, regenteaba yo una gran compañía de
importación de animales exóticos,
que importábamos para vender a
zoológicos,
instituciones médicas y para el negocio de mascotas exóticas, lo que me obligaba
a viajar frecuentemente, muy en especial a África, el sureste asiático e
Iberoamérica.
Durante uno de
estos viajes, al Brasil, en busca de unos delfines rosados de agua dulce,
oriundos del Amazonas y sus tributarios, para un parque de diversión alemán,
resultó
que el recolector que me surtía de los animales demoró más días de lo esperado
en traérmelos
a Manaus y no me dejó otra alternativa que tomar un barco y navegar el Amazonas
hacia su campamento de recolector, situado a varias millas de Manaus,
selva
adentro,
para apurarlo
en la captura de los delfines.
El campamento
de Joao, que así se llamaba el recolector**, era un gran claro abierto en
plena selva, con un par de chozas rústicas y cientos de “jaulas” hechas de
distintos materiales, en el que había toda clase imaginable de animales
exóticos, oriundos de
la Amazonia:
desde tapires, hasta capibaras, pasando por osos perezosos, aguties, osos
hormigueros y una multitud de monos de distintas clases. Aquel campamento olía
a rayos. Las defecaciones de los distintos animales, especialmente la de los
monos, habían enrarecido el ambiente de tal manera, que aún dentro de la choza
donde dormía Joao—llena de jaulas de guacamayos, cotorras, pericos, gallitos de
la selva, etc—la atmósfera era irrespirable. Hasta tal punto que, cuando me
invitó a comer capibara asado (“carpincho” le llaman los brasileros), le pedí
que nos moviéramos a las márgenes del río, un poco alejado de su campamento.
Aunque no se lo dije, era para poder comerme en paz, sin la horrible peste que
reinaba en el campamento, la deliciosa carne del capibara.
Mientras
comíamos le pregunté a Joao—un hombre aun joven—el por
qué
había escogido esta vida, ya que pasaba la mayor parte del tiempo en la selva y
sólo iba a Manaus
muy de tarde en tarde. Y su respuesta me dejó desconcertado, teniendo que hacer
un gran esfuerzo para no soltar una carcajada.
Me refirió el
recolector, que había sido peón (“vaqueiro” o “gaucho”) en las comitivas que
arreaban ganado desde El Pantanal a los mataderos
y empacadoras industriales,
que se había decidido a cambiar de vida, pues ya estaba cansado de oler a “bosta
de vaca” (para los cubanos: plasta de mierda de vaca). Como imaginará el lector,
no quise ofenderlo y no le manifesté lo que en ese momento pensé: al lado de la
peste entre la que vivía, el olor a porquería de vaca, resultaba algo así como
Channel # 5. Claro que Joao ganaba con los animales exóticos, en un mes, lo que
posiblemente hubiera ganado en 6 con las comitivas.
Traigo todo
esto a colación porque he descubierto que en el exterior existen muchos “Joaos”
cubanos pro castristas, que siempre están renegando de la peste a “bosta de vaca”
del Miami del exilio militante, pero que jamás sienten su olfato ofendido por la
tremenda podredumbre que emana de la tiranía a la que defienden y con la que
están en abierto contubernio. Evidentemente los beneficios económicos y el
dinero suelen hacer que los humanos tengamos, en algunos casos,
un olfato muy erróneamente selectivo y altamente hipócrita.
**-Recolector:
Individuo que dirige a las cuadrillas de cazadores y acopiadores, y que las
junta en un complejo antes de embarcarlas fuera del
país.(Publicado
en la edición del lunes 7 de abril del 2008)
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