FUEGO CON ELLOS: A LLORAR POR LOS PORTALES, CHIVATOS, SE LES ACABÓ EL ANONIMATO
sábado, 15 de octubre de 2011
FUEGO CON ELLOS:
A LLORAR POR LOS
PORTALES, CHIVATOS, SE LES ACABÓ EL
ANONIMATO
(10-14-11-5:10PM)
Pedro Luis Veliz Martínez,
agente “Ernesto”de
la Seguridad del Estado, infiltrado para probar que “las autoridades
estadounidenses, a través de su Oficina de Intereses en La Habana, "querían
destruir el Sistema Nacional de Salud”. Una parte de sus testimonios se usó para
inculpar a los disidentes arrestados y encarcelados durante la llamada
“Primavera Negra” del
2003. En el argot cubano, un despreciable chivato.
Información adicional sobre el médico delator, Pedro A Veliz Martínez, implicado
en las chivatazos de la Primavera negra de Cuba.
Hemos incluido en esta Blog información sobre el médico
delator que ostentando el cargo de Presidente
del Colegio Médico
Independiente de Cuba, implicó a algunos de los detenidos en la Primavera negra
lo que conllevó que fueran condenados a prisión.
En el post anterior se señala y cito:
“Sí que es un chivato infiltrado desde el año 1996 en el Colegio Médico
Independiente no por la habilidad de este energúmeno o de la Seguridad del
Estado, sino por la desidia de la dirección del Colegio Médico antes mencionado.
El Dr. Veliz Martínez fue designado como Presidente en un acto de indiscutible
complicidad y traición. (febrero del 1999)”
Esta es una información que aparece en el
Blog Ángeles disidentes y la ponemos
aquí aun cuando el título es muy sugestivo Antes de conocerse que era un espía (chivato/trompeta)
Pedro Veliz Martínez, espía comunista galardonado por el
gobierno de Cuba,
trabajaba en la Unidad de Terapia intermedia del Hospital Fajardo, su carácter
era agresivo y con facilidad gritaba en alta voz, sobre todo, a los pacientes.
En cierta ocasión “se fajó a los piñazos con sus superiores, un nefrólogo y un
magnífico profesor de medicina interna de ese hospital”, la directora del
hospital, Mayra Hernández Petterson, en más de una ocasión tuvo que sancionarlo
por su mal trabajo como médico.
En su comportamiento mostraba padecer de un trastorno de
personalidad, y su calidad profesional dejaba mucho que decir. Constantemente se
ausentaba mostrando certificados médicos, por un problema de la “rodilla”. Su
nivel de vida mientras trabajó para la
SINA, era superior a la del
resto de los médicos, siempre alegando que su madre vivía en los EE UU y le
mandaba “guaniKIKI”.
Cierta noche que coincidimos en una guardia me dijo: - ¿Si
quieres yo te puedo conseguir la salida
del país?
- No gracias, yo digo
como decía mi tío Ernesto (ex
presidiario político) “al comunismo se le combate desde adentro NO desde afuera”,
le contesté.
Meses después, mi amiga la Hematóloga vinculada a la
disidencia en la Habana, me dijo: - “Pedro Veliz, no tiene nada en la rodilla,
lo que está en los tribunales “echando pa’lante a medio mundo”, y ya metieron
preso a unos cuantos, es tremendo trompeta”.
Les confesaré que, en un primer momento, se me aflojaron los
pies, pensé que podían venir también por mí, pues el trompeta sabía bien
como yo pensaba.
Después de
hacerse pública su verdadera identidad.
La Seguridad del Estado, lo escondió junto a su familia, en
algún rincón de Cuba
durante un año. Luego fue al Hospital Ameijeiras, a la Terapia intermedia. Sus
compañeros según me contaron cuando él entraba todos “cerraban sus bocas y solo
hablaban en lenguaje médico”, el rechazo lo llevó a que lo trasladaran a la
Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Ameijeiras, donde el rechazo era tan
evidente que si se sentaba a almorzar junto a otros médicos ellos con discreción
se cambiaban de mesa. Cuando llegó, de sus vacaciones, el jefe de la UTI, y se
dio cuenta “a quien le habían metido allí”, entonces le dijo a Pedro que lo
trasladaría a la Terapia de Cirugía Cardiovascular para que “aprendiera el
manejo hemodinámico” (con el fin de salirse de su presencia). El jefe de la
nueva unidad, de una forma muy inteligente, le fue haciendo la vida imposible
hasta que el mismo Pedro Veliz decidió abandonarla. El jefe me dijo: -“Al fin
salimos de él, era peligroso tenerlo cerca de nosotros”.
Terminando en el sitio donde único podría ser aceptado: las
oficinas del Viceministerio de asistencia médica, atendiendo el Sistema
Integrado de Urgencia Médica (SIUM), entre papeles y comunistas, disfrutando de
haberse ganado el mérito de tener Internet desde su casa.
Pedro Veliz, te seguimos
como sombras tus pasos. Los
sufrimientos, a cambio de dinero, que provocaste, algún día se revertirán sobre
ti con la misma fuerza brutal con que los provocaste. Que Dios se apiade de ti.
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