EDITORIAL
sábado, 8 de octubre de 2011
EDITORIAL
(10-7-11-5:10PM)
Ya lo dijimos anteriormente: Hay que arrimar el alma a la esperanza. Nuestra
causa no está perdida. No. Digan cuanto gusten derrotistas y augures pusilánimes,
el ímpetu de nuestra estirpe no se extingue fácilmente. Padecerá eclipses,
atonías, frustraciones como las que han padecido otros pueblos. De su letargo
actual, constristador y deprimente, se levantará en un día ya no muy lejano,
cuando las fuerzas telúricas de nuestra patria, den a luz a los nuevos líderes
que hoy se gestan sin que ellos mismos se hayan dado cuenta del papel que habrán
de jugar en el futuro de la Nación, cuando la traumaturgia genial de las
incomprendidas fuerzas telúricas, produzcan una nueva legión de cubanos
henchidos de viril energía y de un clarividente sentido político, que obre el
milagro de galvanizar el corazón descorazonado de nuestro pueblo, orientando
las voluntades hacia un fin común: la obtención de la libertad y la prosperidad
de todo el conglomerado que constituye nuestra nación, sin diferencias de razas,
condición social o idelogías y posturas políticas, religiosas o filosóficas.
Ante la decisiva coyuntura que se avecina para Cuba, todo cubano que no consiga
situarse con la debida grandeza ante los hechos que se avecinan, está obligado a
desalojar las primeras líneas y permitir que las ocupen las falanges juveniles y
animosas que hoy comienzan a surgir del pueblo, al fragor de la larga lucha.
Los cambios y las revoluciones se nutren de coraje y no de plañidos y vence en
ellas quien moviliza mayor dosis de esfuerzo en las peleas. Hay que dejar a un
lado a los que sólo se dedican a rogar a los detentadores del poder que les
regalen una parcela del mismo para ejercerlos de común acuerdo; a los que sólo
escriben largos y pomposos documentos y proyectos , sin tener el coraje de salir
a las calles a defender lo que proclaman.
Hay que salir para evitar que nos sigan destruyendo a la juventud cubana. Cada
día que pase sin un acto de rebeldía es un triunfo para el desgobierno de la
tiranía castrista. Cada día que se organice una protesta es un paso de avance
hacia el nacimiento de las nuevas lideraturas que nos conducirán al triunfo y al
inevitable Alzamiento Popular Nacional.
Hay que esgrimir contra el comunismo dos eficacias, y aunque el comunismo no
estuviese ahí habría que descubrirlas también, porque los pueblos que se
respetan no renuncian fácilmente a los deberes supremos. Estas dos eficacias
son para los cubanos: la reivindicación del honor nacional, para restaurar en
la juventud cubana el amor a la tierra en que nació y el orgullo de no sentirse
paria en su propia patria; y la victoria económica, para que el cubano no tenga
que emigrar para conseguir su bienestar y asegurar el futuro de su familia sin
tener que emigrar a tierras extrañas.
¡JÓVENES CUBANOS: EN PIE DE GUERRA. VIVA LA JOVEN CUBA, QUE YA SE PRESIENTE EN
LA ALEGRÍA DE VUESTRAS ENTRAÑAS ! ¡CONTRA VIENTO Y MAREA:
ARRIBA CUBA!
0 comments
Publicar un comentario