DESMANTELANDO EL "CAPITALISMO DE NOMENKLATURA"-I PARTE
viernes, 16 de septiembre de 2011
UNA
LECCIÓN QUE HAY QUE TOMAR MUY EN CUENTA
(9-15-11-5:00PM)
DESMANTELANDO EL "CAPITALISMO
DE NOMENKLATURA"-I PARTE
(9-15-11-5:30PM)
Por –
Carlos González-Shanel y Fredo Arias-King
En todos
los países de Europa del Este sin excepción, se dio el fenómeno de la clase
comunista y privilegiada - la llamada nomenklatura - haciendo el intento de
apoderarse de la planta productiva, flujos de capitales, oportunidades
monopólicas y otros activos del Estado, cuando vislumbraban el final de su
dictadura. Así, hicieron el intento de convertir su poder político en poder
económico, el llamado "capitalismo de nomenklatura". Con esas palabras presenta
el Sr. Fredo Arias King, especialista en transiciones de Europa del Este, su
estudio titulado "Desmantelando el Capitalismo de la Nomenklatura". Hoy Nuevo
Acción les ofrece la primera parte de este relato.
Existe de hecho una
correlación positiva y altamente significativa entre, por un lado, el éxito de
la nomenklatura de adueñarse de los activos del país, y, por el otro, el fracaso
de la economía de dicho país. Además, en estos países la nomenklatura
esencialmente volvió a convertir su poder económico en poder político,
comenzando un círculo vicioso del cual pocos países han podido escapar. El
clásico ejemplo es Ucrania.
Mientras los checos, estonios
y húngaros heredaron una situación directa del comunismo, fue ligeramente más
fácil para ellos, en teoría por lo menos (ya que los húngaros no lo hicieron),
desmantelar lo que había de capitalismo de nomenklatura y tomar las medidas para
prevenir su advenimiento. Más relevantes para Cuba posiblemente serán las
situaciones de las "transiciones tardías" tales como Yugoslavia, Croacia,
Eslovaquia y Rumania. Ahí, la élite comunista se aferró al poder algunos años
después del colapso de la ideología comunista, y tuvo ese tiempo para poder
adueñarse de la economía y de la planta productiva y financiera.
Un estudio estima que durante la presidencia de Franjo Tudjman(foto
de la izquierda)
en Croacia, 200 familias, en su
totalidad de la previa clase política comunista, controlaban la mayor parte de
la economía, y que de las 1,800 empresas privatizadas a esas familias, la mitad
se encontraban en la insolvencia y recibiendo subsidios. En la
Eslovaquia de Vladimír Meciar, la Rumania de Ion Iliescu y la Yugoslavia de
Slobodan Milosevic, la situación era parecida: una clase oligárquica convive con
colapso económico. En estos cuatro países se dio el
fenómeno de la "transición tardía": Fuerzas democráticas eventualmente
derrotaron al partido de la nomenklatura para llegar al poder.
Tres de dichos gobiernos han
sido radicales en su programa de desmantelar el "capitalismo" que heredaron para
poder construir un país más libre y normal. En Rumania, sin embargo, los
gobiernos de Victor Ciorbea y Rade Vasile (1996) no tuvieron la estrategia ni el
apoyo político para hacer un cambio radical. Lo que hicieron los reformadores en
Yugoslavia (2000-01), Croacia (1999-2000) y Eslovaquia (1998) fue esencialmente
lo mismo de lo que hicieron los reformadores checos (1989-90) y estonios
(1991-2), solamente que su tarea fue más difícil ya que la enfermedad había
progresado más.
El programa estonio,
el más exitoso, consistió de lo siguiente. Primer paso: Desmantelar
instituciones anacrónicas heredadas del pasado. Neutralizar y apoderarse de la
policía política, confiscar sus archivos, edificios y equipo de espionaje.
Despedir a la totalidad de sus miembros y reemplazarlos con gente nueva de la
disidencia y otros elementos previamente no alineados. Más tarde pasar una ley
prohibiendo a los colaboradores de dichas agencias de ocupar cargos públicos.
Confiscar en tu totalidad la
propiedad del Partido Comunista, incluyendo sus edificios, instalaciones,
archivos, terrenos, etc. Despedir los niveles altos y medianos del resto del
gobierno, especialmente las instituciones más politizadas como el poder
judicial, la procuraduría, la policía, los medios de comunicación, los bancos,
las principales para estatales, etc. Provocar la bancarrota de los bancos
existentes adueñados por la nomenklatura (y culpárselo a los comunistas) sin
compensar a los accionistas de estos, sólo en ciertos casos a sus depositarios
menores. Más tarde pasar una ley estricta bancaria que sólo los bancos
extranjeros de buena reputación puedan cumplir. Una vez que las instituciones
anacrónicas y extra-constitucionales del previo régimen sean liquidadas, será
más difícil para ellos resistir los siguientes pasos.
Segundo paso: Implantar
reformas económicas de estabilización y liberalización. Dichas reformas
económicas irán lejos en evitar que las elites del previo régimen se aprovechen
de los subsidios, inflación, arbitraje de precios, especulación, acceso
privilegiado a permisos burocráticos y a información, para acumular recursos. La
tarea del nuevo gobierno será implantar una reforma económica que logre dos
objetivos inicialmente.
Reducir al mínimo los
obstáculos para poder operar económicamente (en Polonia, por ejemplo, se decretó
que a partir de enero de 1990, un emprendedor necesitaba de cero trámites para
comenzar su pequeña empresa). Esto incluye no sólo registros y trámites, sino
poder importar y exportar sin aranceles ni permisos especiales. Balancear el
presupuesto y estabilizar la economía. Es un mito que los subsidios a las
empresas para-estatales beneficien a sus trabajadores. Estos subsidios
usualmente acaban en manos de los directores de dichas empresas, o sea, de la
nomenklatura. El nuevo gobierno debe resistir las quejas y acusaciones de los
existentes grupos de poder que exigen "vivir del presupuesto." Lo mejor que
puede hacer el nuevo gobierno para su población común es eliminar aquél impuesto
llamado la inflación.
Esto no quiere decir que el
gobierno abandone su obligación de proveer educación, salud, seguridad y
beneficios directos a los pobres. De hecho, habrá más recursos para estas tareas
si se deja de subsidiar a la clase comunista. Estas dos medidas le quitan aun
más poder a la nomenklatura, ya que no pueden extorsionar al orden embriónico
para su propio beneficio, y se ven obligados a buscar una forma más digna de
ganarse la vida.
Tercer paso. Restitución y
privatización con enfoque social. Las reformas de propiedad pueden también, si
son hechas apropiadamente, debilitar aún más las fuerzas extra-constitucionales
heredadas del pasado, y beneficiar radicalmente a la gente común. Hubo varias
formas de privatizar la propiedad "pública" heredada del comunismo.
En retrospectiva,
la menos eficiente y más injusta fue la llamada "privatización espontánea," la
cual consistió en regalarles las fábricas a sus directores comunistas.
La privatización que se suele
mencionar como la más eficiente y justa fue la implementada en Estonia. Esta
combinaba los factores más positivos de tres privatizaciones previas, la alemana,
la checa y la húngara. Las reformas de propiedad exitosas consistieron en lo
siguiente: Restitución rápida pero balanceada. En los casos efectivos, las
propiedades se retornaron a sus dueños originales (o a sus descendientes
directos), pero teniendo cuidado que la gente que vive ahí no fuera desamparada.
Al igual que en la República
Checa, en los casos donde hubo conflicto se le otorgaban vouchers adicionales a
los previos dueños para comprar acciones en empresas, como compensación. Grandes
latifundios no se restituyeron por miedo a masiva injusticia social. Esta
restitución se hizo rápidamente, y creó una clase de dueños de la noche a la
mañana. En Estonia, no hubo "privatización espontánea." Lo que se hizo con las
grandes empresas del estado, fue regalarle el 49% de las acciones a la población
(a través de vouchers) y venderle la parte controladora, el otro 51%, a un
inversionista estratégico extranjero que aportara capital, conocimiento y
control.
Así, las empresas están bien
manejadas y hay inversión, mientras la población común se convierte en
accionistas y obtienen propiedad y algo de riqueza automáticamente. Los pequeños
negocios o servicios (peluquerías, talleres, heladerías) se regalaron o se
vendieron por una suma simbólica a sus trabajadores.
Tanto
la propiedad del Partido Comunista como aquella "propiedad privada" ilegalmente
adueñada por miembros de la nomenklatura durante los últimos momentos de su
dictadura, deberían de ser confiscada por el nuevo gobierno. Las
empresas "joint ventures" con entidades extranjeras, se recomienda simplemente
otorgar el 100% de dicho "joint venture" a la empresa extranjera, si esta es
conocida y no se sospecha ser un "frente" nominalmente extranjero pero de
capitales de la nomenklatura. Dichos casos se deben investigar y confiscar.
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