OTRAS VOCES:SOS: EL ARMA DE LA PALABRA

viernes, 19 de agosto de 2011

OTRAS VOCES:
(8-17-11-5:00PM)
SOS: EL ARMA DE LA PALABRA
Por Rosa María Rodríguez Torrado –Blog “Voces Cubanas” Y "La Rosa Descalza"
No sabía si sentarme a escribir, porque mi estado anímico está bastante beligerante por estos días debido a que el blog “La rosa descalza” fue saboteado y en lugar de palabras, mis textos pudieran parecer centellas adjetivadas. Este mes de agosto había administrado dos veces la bitácora y una amiga del extranjero me llamó y alertó sobre los más recientes escritos que publiqué, pues no se veían de la forma habitual. También me preguntó por qué no aparecían sus comentarios y por qué no respondí sus correos. Eso hizo que fuera a un hotel habanero, con el consiguiente gasto en moneda dura —a 10 cucs la hora en el Habana Libre—, para verificar qué sucedía, y comprobé que alguien había cometido una ciberfechoría en el mismo y en mi buzón de correo.
Por supuesto, que en ese lugar no tenía sentido que cambiara las contraseñas, para no facilitarles a los censores la nueva combinación de la cerradura mediática del blog y la del correo, adónde también van a parar los comentarios de los lectores. He debido esperar varios días para hacerlo de forma más segura y defender mi derecho a expresarme frente a la libertad de opresión de los que orientan y alientan estos actos, ocultos tras la máscara anónima de una cadena de órdenes con charreteras.
Pero aquí estamos y estaremos mientras Dios lo permita. Continuaré auxiliándome de la tendedera de WordPress, para colgar mis opiniones sin dejarme amilanar por aquellos que andan con su cizalla de derechos, cortando libertades para alimentar despotismos.
Acostumbro a responder todos los comentarios y correos personales de los que se toman su tiempo en escribirme. Si ud. no recibió respuesta a alguna misiva que me dirigió, es porque fue víctima de la violación de su correspondencia y privacidad. Nos queda pues la alternativa de protestar blogueando y bloguear protestando sin cesar para mellar la guadaña intolerante del estado policial, e insistir en darnos nuevas oportunidades para deshacer las malvadas intenciones de sus “trabajadores de las sombras”. Por ahora los invito a que afinemos nuestra garganta escrita para juntos gritar esta denuncia