LEYENDO LA PRENSA CASTRISTA…Y DESMONTANDO SUS MENTIRAS
viernes, 15 de julio de 2011
DE LOS ARCHIVOS DE NUEVO
ACCIÓN
(7-12-11-5:05PM)
LEYENDO LA
PRENSA CASTRISTA…Y DESMONTANDO SUS MENTIRAS
Leer la prensa
controlada por la maquinaria propagandística de la tiranía castrista, provoca
varios sentimientos: Momentos de hilaridad, por las idioteces y las mismas
manidas consignas de hace cincuenta años; de estupefacción, al ver como son
capaces de inventar las más grandes calumnias y crear mitos para “embutir” a
nuestro pueblo; y de ira por la maldad con que deforman la verdad estos
“maestros del engaño”, que han logrado a base de eso, mentiras y más mentiras,
mantener a nuestro pueblo engañado.
Por eso hoy,
dejando de lado a los agentes que la tiranía paga para que desde el extranjero
nos distraigan con sus ataques y sus bretes, para hacernos perder el tiempo en
contestarles y desviarnos de la senda de seguir desmontado las mentiras del
castrato, en la batalla de las ideas, vamos a dedicar esta edición a darles duro
en un nuevo enfrentamiento de la batalla de las ideas, que es a lo que ellos
temen.
¡ESO ES UN MOLINO DE VIENTO, IDIOTA!
Y EXISTÍAN EN
CUBA, MUCHO ANTES DE QUE TÚ NACIERAS
Otra colosal e
hilarante mentira del castrismo se difunde hoy desde las páginas de “Juventud
Rebelde”. Ayer fue, el invento de la vaca enana por un campesino cubano,
desmentida con pruebas por Nuevo Acción, que hasta publicó una foto de la nieta
de nuestro Director, cuando era una niña, retratada con una de las vacas enanas
que poseía en la finca propiedad de Aldo Rosado-Tuero. Hoy es el “invento del
molino de viento para generar electricidad” por otro campesino cubano, en
Jatibonico.
¿Hasta donde van a
llegar estos cuenta cuentos, en su desprecio por la inteligencia del cubano?
Aldo Rosado nos cuenta muerto de risa: “Mira en ese mismo Jatibonico, en el
Río, desde los años cincuenta en la finca de mi tío político Francisco Barnés,
casado con mi tía Carolina Tuero, existía ya un molino que abastecía de
electricidad a la finca. En ese misma época, en la zona rural de Yaguajay, en
Cambao, mi otro tío político, Manuel Herrera, esposo de mi otra tía Blanca
Tuero, poseía otro molino que generaba electricidad para su casa de vivienda y
su tienda mixta, en la que existía un televisor para disfrute de los
parroquianos. Allí también existía una pequeña planta eléctrica, para los días
en que no soplaba mucho viento. Y mucho antes, a fines de los años cuarenta, en
la Finca Pesquería, cerca de Punta Alegre, en la antigua provincia de Camagüey,
donde vivimos cuando yo era un niño, porque mi padre era el Administrador, un
molino proporcionaba electricidad al chalet y a la cocina donde se preparaban
los alimentos para los peones”.
Y nosotros, nuestros
lectores, y cualquier persona que haya vivido en Cuba y recorrido sus campos
antes de 1959, se dará cuenta de hasta donde llega la desfachatez de estos
descarados y sus agentes provocadores en el exterior, cuando de inventar
mentiras se trata.”
PUBLICADO EN
J.R. EL 29 DE JULIO
Por:
Texto y fotos: Miguel Ángel Valdés Lizano
En un año de
funcionamiento cada aerogenerador criollo puede economizar 1 800 Kw/h al Sistema
Electroenergético Nacional y se dejarían de emitir al medio ambiente más de una
tonelada de gases contaminantes
JATIBONICO, Sancti
Spíritus.— «Viejo, despierta. ¡Me dio, me dio¡»; vociferaba el campesino
espirituano Félix Rodríguez Hernández, Felito, cuando funcionó su invento. Eran
las dos de la mañana. Despertó al lomerío. Su padre, al tirarse de la cama en
medio de tanta algarabía, agarró la escopeta de cartuchos y salió a su
encuentro: «¡Dime quién te dio, para matarlo!».
Felito,(el
inventor, a la izquierda) poseído por el éxito, soltó una carcajada: ¡El
Chirimbolo me dio un corrientazo, el corrientazo más sabroso de mi vida! Era la
primera vez que obtenía electricidad a partir de la fuerza del viento con un
aparato artesanal que lo mantuvo ocupado durante más de cinco años, desde
finales de la década de los 80.
«La necesidad es la
madre de la creación». La casa de este jatiboniquense, se encontraba en zona no
electrificada. Nunca había leído sobre energía eólica, ni siquiera contaba con
conocimientos abundantes en electrónica.
«Algunos pensaban
que estaba loco. Antes de obtener los primeros resultados, muchas veces me
sorprendió la madrugada en el tarequeo». Sin embargo, seguía probando y
aprendiendo de los errores.
Un experimento
inicial con el dinamo de la bicicleta y un aspa sobre una caña de bambú, lo
motivó a trabajar hasta obtener un equipo perfeccionado, capaz de suministrar
corriente para cuatro viviendas. Hoy el diseño se ha generalizado hasta siete
provincias más Isla de la Juventud, gracias a su rentabilidad.
«Al principio, para
evitar los comentarios sobre mi salud mental, no me atrevía a decir que quería
construir un equipo para producir electricidad», recuerda Felito. Por eso cuando
le preguntaban lo que hacía, respondía de forma intrigante: «Un chirimbolo».
El impacto del
viento hace girar el aspa sobre un eje, que a la vez provoca un campo magnético,
el que induce la corriente eléctrica, la cual se concentra en un banco de
baterías.
Durante los últimos
años en el mundo ha cobrado auge, por los beneficios al medio ambiente, la
producción de energía eléctrica a partir del viento, conocida como energía
eólica. No obstante sus costos en el mercado mundial son todavía más altos que
la energía obtenida a partir de combustibles fósiles. Sin embargo, el chirimbolo
se muestra como alternativa viable, si tomamos en cuenta que puede
instrumentarse con el empleo de piezas recuperadas.
El aparato de Felito,
en su diseño actual, necesita un dinamo de cuatro campos, desechados de motores
para la combustión interna en tanques de guerra, perforadoras de petróleo,
locomotoras, guaguas y camiones.
Estos dinamos se
enrollan manualmente con un alambre calibre 18 para variar el diseño de
enrollado en la bobina. El procedimiento permite reducir el número de
revoluciones por minutos entre 70 y 80, con el fin de alcanzar un amperaje de
100 unidades.
Cuenta además con un
aspa de tres metros hecha de madera, instalada a un sistema de orientación que
le permite posicionarse en correspondencia con la dirección del viento. Este
sistema utiliza una veleta vertical como los molinos tradicionales. El aspa con
el dispositivo de orientación se encuentra sobre un mástil cuya altura debe
oscilar entre los 9 y 12 metros, en dependencia de la ubicación geográfica. Para
la rotación se aprovecha el sistema de la rueda delantera de tractores, fuera de
uso, lo que le permite al chirimbolo giros de hasta 360 grados.
Resulta necesario
también un banco de baterías de más de 100 amperes, para concentrar la energía
obtenida con el aerogenerador. Estas pueden ser recuperadas de camiones o del
sistema telefónico. Con estos implementos, ante la falta de viento, la vivienda
tiene garantizada la electricidad por una semana aproximadamente.
Además se emplea un
convertidor de 12 a 110 volt construido con el dispositivo que trajeron las
lavadoras rusas o el transformador de fuerza de televisores Krim-218.
Cuenta Felito que
después del triunfo con su invento los vecinos de Pozo Blanco, comunidad donde
residía, desconectaron el escepticismo, para clamar también los beneficios del
chirimbolo. «Hacían listas y colas, todos querían un aparato»(foto de la
izquierda).
De acuerdo con
estimados de Felito, durante un año de funcionamiento cada aerogenerador criollo
puede economizar 1 800 Kw/h al Sistema Electroenergético Nacional y se dejarían
de emitir al medio ambiente más de una tonelada de gases contaminantes por
concepto de producción de electricidad.
Felito, como en los
primeros días de experimentación, crece frente a incrédulos. «Tal vez peque de
ambicioso, pero no se le ha prestado la atención debida a este invento».
Con el fin de
demostrar su viabilidad continúa instalando chirimbolos de forma gratuita
dondequiera que se le llame. Sueña con la fabricación del equipo a escala
industrial. Para entonces su imagen se consolidará como la de un Quijote de la
racionalidad.
Pie de foto molino:
La vivienda del campesino
no es la única
«adornada» con la torre de un chirimbolo, cuyo uso ya se ha extendido a otras
provincias. (Publicado
en la edición del miércoles 30 de julio del 2008)
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