LA MARCA REGISTRADA DE RAÚL CASTRO: EL DISCURSO SOMBRÍO Y AMENAZANTE
martes, 19 de julio de 2011
LA MARCA REGISTRADA DE RAÚL
CASTRO: EL DISCURSO SOMBRÍO Y AMENAZANTE
(7-18-11-4:45PM)
Por Andrés Pascual
A pesar de que Yoani Sánchez, con
más premios en metálico bajo el colchón que comparte con Macho Rico y más
diplomas “al mérito” que torneos de ajedrez ganó Capablanca en su vitrina,
considere como que “algo es algo” el inicio de “todavía débiles reformas”
emprendidos en la Isla, a Raúl Castro solo le han asignado tareas represivas en
el transcurso de estos 50 años: fusilar, crear planes carcelarios con el MININT;
cubrirle la espalda al hermano con la selección del personal de escoltas también
con el MINIT; armar y mandar el ejército…sin embargo, después de 1975, en que el
tirano mayor se involucro absolutamente en la aventura mercenaria, quedó en las
manos del tirano menor representar (mejor dar la cara) los asuntos económicos
del país, para que se creyera que la economía tenía alguna importancia para la
dictadura en el orden que algunos llaman “doméstico”.
El problema es que el
castrocomunismo es un régimen militar que, ayer, no dependía en nada de lo
económico: se caía tan a pedazos como hoy; se cometían cientos de estupideces
por igual cantidad de estúpidos que solo ejecutaban las indicaciones de Castro
que ahora; pero recibían cientos de millones de dólares que aseguraban la
libreta de racionamiento “bien robusta” con sus cantidades disponibles a la mesa
cubana durante 10 días, ¿El resto? Eso no era asunto de la dirigencia y nadie
sabe cómo se ha podido sobrevivir allí durante la época en que un ayudante de la
construcción ganaba 43 centavos la hora; o una auxiliar de limpieza en una
escuela 75 pesos mensuales; mientras, en bolsa negra, el puerco costaba 5 pesos
la libra, el arroz 2 y los frijoles 3. Estos son precios de los 70’s, porque,
durante los 80’s subieron y los salarios se mantuvieron.
Si tenía vicio de tabaco, la
cajetilla era en espiral con un inalcanzable e irracional precio base de 20
pesos cada una por un cigarro malo con trozos de gajos de aroma o marabú en su
interior que no se podía mantener ardiendo.
Y nadie se rebeló; o muy pocos y la
DSE funcionaba a la perfección, que quiere decir que se hacía valer en todo su
poder de abuso represivo: no organizaciones a diestra y siniestra en ningún
concepto; no marchas por la calle de nadie; no entrevistas desde una casa
particular para la radio de Miami, mucho menos desde la prisión para el show de
Oscar Haza. Era la verdadera etapa, desde 1961, de la Cortina de Hierro, apoyada
por la prisión de verdad, sin visitas, sin defensa internacional…y con los
asesinatos que fueran necesarios. Nadie escuchaba y casi todo el mundo creía que
Che Guevara era un revolucionario romántico y Castro la máxima expresión en la
defensa de “los pobres del mundo”; bueno, eso todavía lo creen y yo diría que ha
crecido el slogan, a pesar de que lo quieren vender al revés.
En ese ambiente, el CAME le sugirió
a la tiranía algunas condiciones para tener a Carlos Rafael o a Humberto Pérez
dormitando en una silla en cada reunión del organismo como miembro; entre estas,
para desviar la atención del carácter de mantenido indefinidamente del régimen
que evitara alguna que otra protesta de países del grupo, que presentaran un
plan que diera la impresión de que se preocupaban y de que iban aprendiendo
asuntos tan difíciles como la matemática de bodega que, en Contabilidad, es el
Sistema de Costos.
Entonces esa operación contable,
obligatoria en la gestión económica real, utilizada en cualquier empresa cubana
hasta 1960 por pequeña que fuera, reapareció como un monstruo para las legiones
de graduados en las escuelas de administración y economía que, de lo menos que
sabían, era de eso, incluyo a los “profesores”.
Contabilidad era una oficina de un
tenedor de libros con un ayudante durante la República; o 60 chupatintas ociosos
con menos contenido de trabajo bajo la tiranía en la propia oficina, que se
entretenían en discutir y “asignar” quién se llevaría el televisor por la
Asamblea de Méritos y Deméritos; en citar el J’ de la Oficina a la adúltera
beneficiada con el cargo de J’ de Planificación para el acto traicionero el
próximo domingo de trabajo voluntario; en llenar inoperantes papeles de números
que nadie comprendía y, si hacía falta, asistir a una reunión de departamento en
la “regional o la provincia”; además de mantenerse al día en la lectura del
material de estudio del “núcleo o del comité de base”.
Mientras, una Farmacia recibía una
rastra llena de cabillas enviada desde Antillana de Acero que, cuando el
“administrador” pedía explicaciones, el camionero, que ya se había robado la
mitad, le decía, “me dijeron que te las tirara ahí”. A esa hora, en un almacén
de la ECOA, se descargaba otra rastra llena de algunas líneas del servicio
farmacéutico como aspirina, mercuro cromo... Hasta dentro de los próximos 10
años nadie haría la pregunta que nunca encontró respuesta ¿Esto qué es? Porque
nadie podía responder sobre lo que hacía mucho tiempo; o porque el encargado de
mandar los envíos era ahora el Ministro de…
Eso es Cuba todavía, los recientes
discursos de Raúl Castro en La Habana, nadie se confunda, son apocalípticos, lo
reafirma el millón de “interruptos” como resultado de “la apertura” que ven
algunos trasnochados. Y pudieran ser 2, 3 ó 4 millones los queden sin empleos,
que no sirven para nada, pero contentan a los pusilánimes; a pesar de todo, los
mantenían en puestos sin aplicación, de plantillas infladas para impresionar
políticamente con aquello del “full empleo” ideológico: “el socialismo no admite
desempleo, ni vagos, ni oportunistas…” De lo otro se encargaba el subsidio del
“pueblo hermano de la URSS”
Pero, en 1978, por orden de los
soviéticos, Raúl profirió la serie de amenazas de la época conocidas como
Campaña de Rectificación de Errores, que también contempló la guerra contra
conductas desviadas en el sector laboral. La situación se manejó igual durante
los 80’s cuando mandó a Humberto Pérez para un establecimiento municipal a hacer
casi lo que hacía en la oficina de mayimbe económico nacional; es decir, nada
útil ni interesante, sin embargo, a Humberto “le cobraron” que destapara el
valor del sistema de costos, rechazado por el tirano personalmente con una
crítica acérrima, tratándolo en el plano de “variante infértil de la burguesía
decadente, inaplicable a una economía que le pertenece al pueblo”.
El desastre nacional solo tenía y
tiene un nombre: Fidel Castro, su grupo de criminales vaciladores y el comunismo
que incluye a Raúl. Hoy como ayer, el tirano II incluye a todo el mundo en la
irresponsabilidad que decretó la economía muerta sin posibilidad de salvación ni
a mediano plazo, mucho menos si ellos siguen a cargo de la gestión
socio-político-económica nacional.
Para que no escape nadie, la célebre
“nosotros hemos cometido muchos errores…”, o lo absolutamente impersonal evasivo
“se han cometido gravísimas violaciones que son inaceptables…” Como no hay URSS,
pues la frase de orden es “o nos arreglamos; o nos hundimos” ¿Quién tiene que
arreglarse; o quién y por qué se hunde? ¿Quién mandó a Borrego para la porra y
casi lo fusila desde su puesto de J’ del Grupo Azucarero, cuando se le ocurrió
decirle a Castro, en la reunión previa a aquella zafra, que los 10 millones no
iban, luego de escuchárselo al grupo americano en una reunión internacional del
sector en Tel Aviv a principios de 1969?
¿Quién autorizó a Manuel Fajardo
Sotomayor a gastar millones en un cruce de ganado a la búsqueda de más carne y
más leche, que tenía como objetivo presentarlo como un descubrimiento científico
del propio Castro en una reunión de ganaderos en Méjico, solo para que un
especialista mejicano le dijera que eso estaba desechado por ineficaz e inútil
genéticamente hablando? ¿Quién ha puesto al frente de responsabilidades de
índole intelectual elevada desde barrios hasta ministerios a fantoches que solo
tenían vicios como guataquearle al tirano y demostrarle, por cualquier vía, su
fidelidad cuestionable, aunque en el intento fuera necesario meter preso,
incluso golpear o fusilar a alguien?
Raúl Castro no puede cambiar las
cosas de como siempre han sido: no sabe, no quiere ni inspira confianza, porque
no es un estadista (su hermano tampoco), escasea de talento natural para tamaña
empresa y, jamás, ninguno de los dos han mostrado voluntad para resolver los
problemas de la población que ellos mismos han creado.
Si no va a eliminar al tirano mayor,
a la Nomenclatura, a cuanto implicado en el crimen nacional cometido, que es la
destrucción de la República y, después se suicida, entonces, ¿Cuál es el valor
que tienen sus discursos, el cuenta-propismo o la venta de casas robadas o de
autos de colección, muchos también robados? Ninguno. El hecho de abastecer
titulares con carácter proselitista para “la prensa capitalista” es el único.
Es lo mismo que hizo para los
soviéticos en 1978: empleando el discurso amenazante y apocalíptico, cumplir el
plan en cuanto a preparar el terreno para el aluvión inversionista que avizora
de quienes son los únicos capacitados para tratar de arreglar a mediano plazo
aquello: los americanos.
Nadie en el mundo puede ni coquetear
con la idea de solucionar ese desastre general como no sean estos oportunistas
del Norte, que no son todos, pero…y recuerde, los “reformistas” de nueva edición
no ponen en juego su estabilidad político-económica bajo ninguna circunstancia,
no solo por no perder el status de archi-ricos; sino porque saben bien que, si
pierden el juego, les va la vida.
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