LA CARTA AL PAPA
martes, 23 de noviembre de 2010
LA CARTA AL PAPA
(11-22-10-5:20PM)
Por Alberto Gutiérrez
A principios de Noviembre María Elena Morejón (en la foto), Presidenta del Movimiento Popular Cubano- Alemania, tuvo la amabilidad de enviarme un mensaje en que expresaba su decisión de entregar personalmente al Papa Benedicto XVI una carta con su preocupación, la misma de otros cubanos, por la cuestionable posición de la Iglesia Católica ante la tiranía castrista.
La carta -que dicho sea de paso fué publicada al mismo tiempo en Nuevo Acción -contiene varias referencias sobre la conducta de miembros del clero cubano y la Curia Vaticana durante las últimas cinco décadas de opresión y miseria en Cuba. Concuerdo con la Sra Morejón al calificarlos de indignos. Sólo bastan las evidencias de dominio público presentadas por ella. Sin embargo fué parca al no incluir a cubanos tales como Germán Lence, Evelio Díaz, Martín Villaverde, Carlos Manuel de Céspedes, o a quién no recuerdo de nombre pero que en 1960 llegué a observar en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana con una combinación de guerrera militar y sotana verde olivo. Tampoco mencionó a los extranjeros Eduardo Pironio, Roger Echegaray,John O'Connor, Ernesto Cardenal, etc. O a Paulo Evaristo Arns abrazado a la llamada Teología de la Liberación al extremo de felicitar al tirano cubano por ser Cuba " un ejemplo de justicia social ", mientras Fray Beto afirmaba que El Ché era "el San Francisco de la política."
Por supuesto apoyo sin cortapisas la determinación de la Sra Morejón, pero me inclino a pensar que la carta en el mejor de los casos está condenada a un cesto de basura del Palacio Apostólico o a ser un "papel mojado" más, como lo fueron por ejemplo al comienzo de la Primera Guerra Mundial los documentos que garantizaban la neutralidad de Bélgica en definitiva ignorados por el Emperador Guillermo II de Alemania.
Desde principios del siglo XX el catolicismo en Cuba fué débil por razones en parte relacionadas a la lucha por la independencia, pero también por la falta de visión del clero cubano en diversos aspectos. A pesar de lo que se quiera decir la inmensa mayoría de los cubanos eran católicos simplemente por tradición. Luego a partir de Enero de 1959 ,sin el respaldo de una fuerte militancia, ese mismo clero no tuvo otra opción que " tallar" con la corriente revolucionaria para poder sobrevivir. Y no hay que impresionarse con el masivo Congreso Católico Nacional en La Habana a finales de aquel año. En cuestión de meses a los curas se les llamaría "esbirros con sotanas " y el aspaviento popular por "Cachita" sería algo del pasado al suprimirse las procesiones religiosas. Después de todo el fervor católico cubano no era el de Polonia y otros países.
He sentido el miedo y puedo entender el de otros, pero lo cierto es que la Iglesia Católica en Cuba se convirtió en una iglesia de silencio en lo que se refiere a censurar la tiranía castrista. Un silencio que como bien señaló la Sra Morejón no fué roto ni después de la muerte de varios niños a causa del hundimiento del remolcador "13 de Marzo". Un gran infaticidio al que todavía no le encuentro paralelo en los anales de nuestra historia. ¿Era necesario que el clero cubano llegara a los niveles de acomodación y colaboracionismo hoy alcanzados? Me parece que no, aunque reconozco que mi respuesta "lejos de la candela" es sin el conocimiento de pormenores que quizás afectan esa posición. Y aunque me satisface que en el siglo XIX tuvimos un Félix Varela que nos enseñó a pensar, lamento no haber tenido años más tarde un József Mindszenty que como Primado de Hungría rechazó todo lo que había que rechazar resultando un verdadero dolor de cabeza hasta para el Papa Paulo VI.
No me considero iconoclasta ni en resumen tampoco anticlerical, pero por seguro una cosa es el Estado Vaticano, otra lo que se dice es la Iglesia Católica y otra la Iglesia fundada por Jesucristo. El Papa Pío XI definió al comunismo como algo intrínsicamente perverso, y han habido varios Papas desde que el tirano cubano y su recua tomaron el poder. No obstante en las agendas de la Santa Sede Cuba parece no ser de relevancia y se ha seguido la línea del clero cubano. O viceversa. Pero ambas partes siempre demostrando "de la pata que cojean" no importando siquiera el horror del paredón donde tantos cubanos cayeron gritando ¡Viva Cristo Rey!
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