DESTRUIR ES LA CONSIGNA

martes, 9 de noviembre de 2010

DESTRUIR ES LA CONSIGNA
(11-7-10-5:00PM)
Por Dante N. Pino Archondo
La pendularidad presidencial en sus actos y dichos es proverbial y comprensible. Su formación personal no puede dar más de lo que tiene. Pedirle coherencia en el manejo de las relaciones internacionales es una tarea difícil. La carga ideológica con la que se mueve es de tal magnitud que no le permite ver más allá del alcance de sus ojos. Para el señor Presidente, el mundo bueno es de los Castro y el mundo malo todo lo que no es de ellos.
Así que, con una personalidad tan débil, es presa fácil de cuanta persona llega a él y le dice algo. Si personas corrientes tienen ese poder, en el Palacio de Gobierno, hay que imaginarse lo que le sucede cuando tiene a Fidel Castro en sus oídos. Esas palabras son música celestial. Castro lo trata con misericordia intelectual. Por ejemplo, cuando le dice que la revolución ahora no se hace mediante el uso de la guerrilla, sino al estilo Chávez. Para frenar sus ímpetus de querer, siendo Presidente Constitucional, y en calidad de tal, desde el mismo poder que controla, provocar una guerrilla, que lo encumbre, igual que a Castro.
Es decir, Evo Morales, quiere derrocarse asimismo, para luego recuperar el trono por las armas. ¡Hay mi Dios del cielo!
Frente a esta paradoja del pensamiento presidencial, no podemos extrañarnos, cuando luego de arribar de su viaje a Irán, declara con toda la convicción de la influencia iraní en su cerebro, que hay que destruir a los Estados Unidos. Luego en una entrevista con el cura Pérez, pide el restablecimiento, cuanto antes, de las relaciones diplomáticas, con el imperialismo al que quiere destruir. ¡No hay que entenderlo!
Descuide usted. Simplemente asimile.
Ese es Evo Morales. Y por eso evita el debate político. No tiene ideas propias, nunca las tuvo. Vive prestándoselas, de todo el que puede.
Con este nivel creer que el Estado, aún cuando sea Plurinacional, pueda dirigirse adecuadamente, es pedirle peras al olmo. Y entonces tampoco puede sorprendernos, que ante la escasez provocada por la pésima política económica que se ejecuta, en el caso del  azúcar por ejemplo, se resuelva importarla, comprándola cara para venderla barata, lo que hace que el comprador vuelva a venderla a su lugar de origen ganando la diferencia. Costumbre que se viene repitiendo, se hizo con el maíz, con la carne, ahora con el azúcar y se hace con la gasolina, el diesel y gas licuado.
Le repito no trate de entender, puede ser peligroso para su salud mental. Porque además de todo, el Ministro de Economía cree que el modelo se puede exportar y el resto del mundo está boquiabierto por lo logros obtenidos.