
PARA LECTORES INTELIGENTES
lunes, 25 de octubre de 2010
PARA LECTORES INTELIGENTES
(10-25-10-9:40AM)
Nota de Nuevo Acción: Cualquier similitud con personajes denunciados por Nuevo Acción, no es pura coincidencia.

La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 4 de noviembre del 2009. Existen muchas teorías sobre la duración y efectividad de los agentes de espionaje infiltrados dentro del enemigo. En Cuba estas concepciones poseen particularidades muy específicas, dado que siempre se trata de presentar esos descubrimientos como victorias ante el Imperialismo Yanqui.
Según los más ortodoxos profesores de las variadas escuelas de contrainteligencia con que cuenta esta isla del mar Caribe, los espías tienen un tiempo determinado de duración dentro de los adversarios y después deben ser retirados. Los docentes que así piensan, se acogen a la rigidez demostrada por sus maestros de la KGB soviética.
Otros de sus colegas un poco más flexibles creen, que se debe hacer una valoración in situ del problema respecto a la efectividad del agente. Y tras ejecutar un análisis detallado, entonces determinar si este infiltrado puede o no proseguir con su labor. Aquí vemos a los pasados por los colegios de la STASI alemana, el MOSSAD israelí y la CIA norteamericana.
En la particular jerga del espionaje cubano, cuando uno de sus soplones está casi desenmascarado, se plantea que “está medianamente quemado… sin peligro inminente de muerte”. Esto fundamentalmente debido a las características no violentas de los opositores cubanos actuales.
A pesar de esto, en la medida que un informante de la Seguridad del Estado, Contra Inteligencia Militar o el Departamento Ideológico del Partido Comunista de Cuba realiza su trabajo, que es el de crear desunión, malos entendidos y desconfianza entre los disidentes públicos. Sus trabajos siempre dejan una traza, que a mediano o largo plazo levantan sospechas.
Señalan informantes dentro de las filas de la propia Dirección General de Contra Inteligencia del Ministerio del Interior, los objetivos básicos a lograr por sus infidentes, son obstaculizar a como de lugar cualquier intento de unidad. Por lo tanto, todo el que se oponga a la cohesión y la sabotee, trabaja directa o indirectamente contra la democracia en esta isla-prisión.
Hace algunos meses, el último proyecto con fines unitarios de la oposición pacífica nacional resultó dividido por algunos publicitados líderes disidentes. No obstante al golpe recibido por los auténticos demócratas enfrentados al castrismo, este designio continúa su curso con nuevos bríos y una buena mezcla de sangre veterana con joven.
Si a todo esto sumamos, la manipulación afectiva de organizaciones completas y figuras prominentes de origen cubano asentadas en el exilo, hecha por parte de estos fabricados “líderes”. Cuyas sartas de mentiras han sido desenmascaradas paso a paso, puesto como refiere el proverbio: “La mentira puede triunfar, pero nunca llega a prosperar”.
Entonces tenemos de pronto, a un par de aislados, dudosos y mediáticos “líderes” opositores, que no poseen una base social a nivel nacional. A los que “casualmente” la propia fidelista y oficialista Mesa Redonda los propagandiza hacia el pueblo cubano y que no son otra cosa que generales sin tropas.
Sus oficiales operativos, esos que los “atienden”, los necesitan para continuar cercanos y útiles al general de división Rafael Calderín Tamayo, el tipo que quita y da las prebendas dentro del cuerpo represivo. Esos tanques pensantes de la punición a los no violentos demócratas precisan levantarle la credibilidad a toda costa a esos “dirigentes” de la disidencia.
Mientras otros represores de oficio abogan por el destape abierto, para intimidar a las entidades que desde el extranjero apoyan a la diezmada disidencia interna. Además serviría como una manera de congelar los deseos de los compatriotas cansados del totalitarismo y ya punto de dar el paso decisivo, el de entrar a las filas de la oposición pública al castrismo.
Los contrainteligentes acuden a una formula de salvación, ante la perdida de autoridad en las filas de la disidencia de sus artificiales “líderes”. Primero usurpan los predios ganados durante muchos años por los periodistas independientes y crean un proyecto apócrifo de esa índole. Donde acuden opositores verdaderos atraídos por las pasadas y espurias glorias.
La supuesta labor de formación de periodistas independientes, fue solo el pretexto para lograr afianzar una iniciativa de cohesión alrededor de estos desprestigiados dirigentes. Una jugada operativa donde lo que se busca precisamente es, crearle una pequeña soldadesca de residentes en varias provincias, para que ellos no pierdan sus status de “dirigentes” nacionales.
Este resultó el primer paso en usar el método de la contrainteligencia, denominado por el director-fundador de la escuela Superior de contra Inteligencia Militar “Comandante “Arides Estévez”, el coronel Héctor Hernández: “Levantar a los muertos”. Este se fundamenta en afianzarles la credibilidad a los confidentes, que por su trabajo se hicieron sospechosos.
El segundo paso es, buscar un subterfugio para crear una conmoción de reclamo, donde un grupo de disidentes, entre ellos los “líderes” estén rodeados, asediados, agredidos física y verbalmente. Para tener la atención de la opiniones públicas nacionales e internacionales, las embajadas en La Habana, junto a la prensa acreditada en Cuba y los ya dubitativos anticastristas del exilio.
Son sumamente interesantes las críticas ejecutadas por esos mismos “líderes”, hace pocos meses o años, contra otros notables opositores que instrumentaron reclamaciones colectivas de este tipo, a quienes gobiernan el país. Esos “adalides” los tildaron con calificativos que fueron desde dementes hasta histéricos.
Todo concuerda con la máxima que enseñaba el coronel Hernández: “Para detectar a un agente infiltrado, es necesario fijarse bien en sus incoherencias”. El solo hecho, que estos “paladines” tengan que auxiliarse de protestas, sean llamadas estas: ayunos, huelgas de hambre, plantones o vigilias, da la medida que la contrainteligencia castrista necesita alzar a algunos fallecidos.
Guillermo Fariñas Hernández. (Director Foro de Estudios Sociales y Periodista Independiente). Es miembro de la Junta Nacional de la Agenda para la Transición en Cubana, como personalidad destacada de la posición.
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