SIN OLVIDOS, NI PERDÓN: REMOLCADOR 13 DE MARZO

martes, 13 de julio de 2010

SIN OLVIDOS, NI PERDÓN: REMOLCADOR 13 DE MARZO.
 (7-13-9-20:00M)
Por Maria del Carmen Carro
Eran las 3 y 50 minutos de la madrugada, del 13 de julio de 1994. Mi barriada estaba tranquila. Guanabacoa, descansaba. Este es un pueblo de trabajadores, de personas de bien, de familias radicadas por años. Y mientras la madrugada aparentaba tranquilidad, un grupo de nuestros coterráneos, fueron asesinados en el intento de escapar de las garras  del comunismo en el Remolcador 13 de marzo.
- Al otro día, el despertar fue diferente. Todos murmuraban, los comentarios eran constantes. La Seguridad y la policia se movían por las calles. Hasta que explotó la noticia. ¡Es la familia de Jorge García Más! Hundieron la embarcación en que se iba la familia. No hacia falta más prensa que la Voz del pueblo.
Opositores de Guanabacoa, nos dirigimos de inmediato hacia la casa de Jorge. Ya la noticia era incontrolable. Mataron a su hijo Joel, al nieto Juan Mario, a los sobrinos. 14 familiares perdió la familia García-Suárez.  Ambos eran maestros y muy queridos en su barriada. Eran una familia de bien. Joelito era el encargado de poner la música en el Parque Central de Guanabacoa. Después del asesinato de los tripulantes del Remolcador 13 de  Marzo este parque ha quedado de luto para siempre.
Fueron días muy difíciles. Aquella primera noche de la tragedia, los vecinos, los amigos, personas del pueblo, rodeaban la casa de los García-Suárez, ubicada en la calle San Sebastián y Aguacate. Era imposible dar un paso. Se escuchaban los gritos de ¡asesinos!, ¡asesinos! Recuerdo los sacerdotes Franciscanos allí junto al pueblo. Sí, la Comunidad Católica de Guanabacoa, estuvo allí. La diferentes  Religiones ofrecían sus oraciones. Desde los católicos hasta las religiones afrocubanas, tan representativas de este pueblo. Todos, se puede hoy confirmar que hasta los partidarios del Régimen participaron con su silencio. En mi pueblo, esos días todos se unieron al dolor de aquella familia hacedora por el bien de los jóvenes y niños con su labor pedagógica.
Refiere una nota de prensa miamense “Guanabacoa está de luto”. Siete miembros de una familia murieron, dicen que son los familiares de García–Suárez. Había muchos policías en el barrio. Temían que los vecinos del área se sublevaran.- dijo una mujer que  llegó a Miami desde Guanabacoa” ¡Allí no saben como van a atajar al pueblo!
Jorge García salió y miró a sus vecinos,  y a todos los que enérgicamente gritaban ¡Justicia!- “vamos a evitar más desgracias”.- dijo, tratando de demostrar ecuanimidad cuando el dolor le comía las entrañas y con un “Gracias” sellado por lágrimas que corrían por su mejilla lo dejamos entrar en su hogar, conocida además por su hermosa labor como veterinario de todos las mascotas de la barriada.
Mayi, la hija de Jorge y Elisa, una de las sobrevivientes no encontraba consuelo para su dolor. Fue terrible.  Ella repetía.-“les pedimos que no nos hicieran daño” cuando aquello Maria Victoria Suárez tenia 27 años.
“Ellos no se detenían, continuaron con los chorros de agua”.Nosotros les dijimos que íbamos a virar. Ahí fue cuando le dieron por un lado a la embarcación y se viró.”
Mayi siguió luchando por la vida de su hijito y por la de ella misma. Cayó al agua en medio de la oscucridad, el cadáver de una ahogada embarazada le sirvió para sujetarse con su hijo Juan Mario, el que se abrazaba a su cuello.-“Yo seguí con él cargado, porque ví que se debilitaba, que no tenía fuerzas para seguir.”, refirió la sobreviviente, ahogada en llanto.
Mayi, como le decimos los que la conocíamos del barrio, es muy querida, como sus padres. Su trenza negra y larga la llevaba con orgullo, luego se convirtió en un símbolo que siempre la acompañó. Los primeros Aniversarios, cada 13 de julio, la veíamos inclinada en el agua, depositando flores y caramelos a su niño desaparecido.  En su conversación silenciosa con su pequeño Juan Mario.  La trenza parecía estar en una danza con el mar. Yo la observé en varias oportunidades y me llegaba su angustia, veía  como ella desataba su el dolor, en el vaivén de las olas que tocaban su trenza. Al llegar a la Florida la donó al Museo de los Balseros.  
Los sobrevivientes denunciaron. No olvidaron, ni perdonaron porque está prohibido olvidar esta masacre. El testimonio de Sergio Perodin uno de los sobrevivientes, fue escuchada el 4 de abril de 1995 en el Parlamento de la República de Venezuela.
Se me rasga el corazón cada vez que recuerdo los gritos desesperados de todos, en medio de la noche, principalmente de las madres, muchas de las cuales se hundían con sus hijos para siempre en el mar, entre ellos, mi esposa Pilar y mi hijo Yazle de solo 11 años de edad.
Sergio Perodin recordó:-“esto no fue un hecho aislado “lo han hecho antes, con los simples balseros, lanzándoles sacos de arena para hundirlos. Lo hicieron en el Río Canimar el 6 de julio de 1980, ametrallando el Barco XX Aniversario, con un saldo de 20 muertos, incluyendo niños y mencionó entre otros el asesinato del joven reglano Luis Quevedo Remolina.”
En el sello Conmemorativo de la masacre del Remolcador 13 de marzo. Jorge García   Más  desde el exilio en Miami, denuncia este hecho que destruyó tantas familias cubanas.
El sello es un tributo a las 37 personas inocentes ahogadas, de ellos 10 niños, aquel fatídico 13 de julio de 1994
En una esquina de este sello se lee: ESTE HECHO PONE AL DESNUDO LA VERDADERA NATURALEZA DE UN  RÉGIMEN, CUYAS ACCIONES SON CONTRARIAS A SU PROPIO CÓDIGO DE FAMILIA.
Artículo 35.- El Estado protege la familia, El Estado reconoce en  la familia la célula fundamental de la Sociedad.  
Y este CRIMEN CONTRA LA FAMILIA CUBANA, como expone, quien perdió a 14 de sus familiares,  nos preguntamos ¿se puede OLVIDAR, se puede. PERDONAR?