LA IZQUIERDA ETERNA Y LA DERECHA QUE NUNCA EXISTIÓ-(III) FINAL

viernes, 18 de junio de 2010

LA IZQUIERDA ETERNA Y LA DERECHA QUE NUNCA EXISTIÓ-(III) FINAL
(6-17-10-10:45AM)
 Por Diego Trinidad  Ph D
Ahora vamos a la Derecha Que Nunca Existió.  Durante y después de la Revolución Francesa, la Derecha fué identificada con la monarquía.  Al final de las guerras napoleónicas, a pesar de la restitución de algunas monarquías, se unió a esa identificación con la Derecha, la aristocracia. Más adelante, como resultado de la Revolución Industrial en Gran Bretaña, los empresarios industriales y comerciales británicos y luego europeos, fueron incorporados a la Derecha. Finalmente, después del Manifiesto Comunista, ese término inventado por Marx para descalificar al sistema de empresa privada que según su arbitraria, pero “científica” doctrina estaba condenado al “basurero de la historia”, el Capitalismo, se convirtió sobre todo en el mayor exponente y representante de la Derecha.  Pero ¿que características compartidas tienen todas estas “Derechas” mencionadas? Absolutamente ningunas. ¿Tiene ideología la “Derecha”, aún si incluimos al “Capitalismo”?  Claro que no.  El Liberalismo Clásico y el movimiento conservador moderno, sobre todo en EU, SÍ tienen ideologías muy bien definidas. Pero la Izquierda Eterna raramente ha considerado a los liberales clásicos como miembros de la Derecha, mucho menos como enemigos de la Izquierda Eterna, aunque de hecho lo fueron por largo tiempo.  Los conservadores son otro tema, pero como este es un movimiento más reciente y más localizado—principalmente en EU—solo en el último medio siglo ha sido identificado como Derecha. 
El Liberalismo Clásico, lamentablemente, ha ido perdiendo su fortaleza.  Y por una buena razón.  Siempre los liberales clásicos han tenido una ambivalencia en su contexto filosófico: ¿Cómo lograr el balance entre la libertad individual y el Bien Común?  En las últimas décadas, la inclinación hacia el Bien Común ha diezmado a los liberales clásicos, y por eso no solo han perdido fuerza política, sino también se les ha dislocado el compás  moral.  Nunca debe haber duda sobre cual de esos dos principios es el más importante.  La libertad siempre debe ser puesta por sobre todo, unida a su compañera inseparable, la justicia. 
Lo que la Derecha sí es, y siempre ha sido, aunque no se puede caracterizar como un movimiento definido como la Izquierda Eterna, es la enemiga de la Izquierda, la oposición.  O sea, todos los que se oponen a la Izquierda Eterna y sus políticas colectivistas y totalitarias,  son entonces agrupados como la “Derecha” por el simple hecho que significan la oposición a la Izquierda Eterna.  Pero eso de ninguna manera define a una Derecha de la manera que la Izquierda Eterna puede ser definida.  Mas hubo un momento histórico en que se identificó muy definitivamente a la Derecha como enemiga mortal de las “izquierdas progresivas” (cuando aquello, la Internacional Comunísta había adoptado las políticas del llamado “Camino de Yenán”, las cuales unían a todas las izquierdas mundiales en Frentes Populares, para conseguir el poder mediante elecciones). 
Durantes los años 1930s surgieron dos movimientos en Europa que hostigaron a las izquierdas y pusieron en peligro hasta a la misma “Madre Patria” comunista en Rusia.  Me refiero al Fascismo de Benito Mussolini en Italia y al Nazismo de Adolph Hitler en Alemania.  La feroz oposición a estos dos movimientos fué no solo como el comunismo internacional y todos los movimientos izquierdistas del mundo lograron sobrevivir, sino que florecieron.  Solo hay un problema.  Ni el Fascismo ni el Nazismo pueden remotamente ser considerados ni descritos como movimientos de derecha.  De oposición al comunismo internacional, por supuesto.  De enemigos mortales de Rusia comunista, también. Pero de Derechas, nunca.  ¿Por qué no? 
El Fascismo de Mussolini fué un movimiento totalmente de izquierda; más todavía, fué un movimiento socialista en toda la extension de la palabra.  El hecho que Mussolini por un corto tiempo haya hecho a los trenes italianos puntuales nada tiene que ver con “derechas”, pero si mucho con eficiencia autoritaria.  Mussolini, de hecho, comenzó su carrera como un marxista convencido (quizás nunca lo dejó de ser).  Su padre fué primero un herrero anarquista y luego un socialista revolucionario, y su hijo aprendió bien esas enseñanzas.  Durante un corto exilio en Suiza para evitar el servicio militar obligatorio en Italia, Mussolini conoció a Lenin y socializó con conocidos marxistas como Angelica Balabanoff, y a su regreso a Italia, se unió al incipiente partido socialista italiano y publicó por un tiempo un periódico socialista en Tarento, entonces parte del imperio austro-húngaro.  Al comenzar la Primera Guerra Mundial, primero se opuso a ella, pero por oportunismo, más tarde apoyó la entrada de Italia en la guerra y por eso fué expulsado del partido socialista.  Pero nunca dejó de serlo, y las políticas de su partido fascista simplemente adoptaron algunas modificaciones de principios socialistas básicos, tales como el corporatismo y el nacionalismo.  Todos los principios que identifico arriba como comunes de la Izquierda Eterna, estaban presentes en el Movimiento Fascista.  Menos uno: la enemistad hacia el comunismo.  Pero eso fué temporal y estrictamente táctico.  Para consolidar su régimen, necesitaba controlar o acabar con los socialistas, porque en ese caso, eran sus enemigos.  Pero nunca por estar opuesto a su ideología.
Para los que no recuerdan, el nombre del partido Nazi era Partido Nacional Socialista Obrero de Alemania. ¿Hace falta decir más?  Otra vez, todos los principios de la Izquierda Eterna estaban presentes en la Alemania Nazi.  Si, es verdad que permitió algunas empresas privadas.  También las permitió Lenin cuando en 1925 se vió obligado a adoptar la Nueva Política Económica para supervivencia del régimen bolchevique.  Hitler permitió algunas empresas privadas, igualmente por conveniencia y porque colaboraron con su régimen.  Eran “socios” en la economía, la cual de todos modos estaba centralizada (recuérdense los planes de cinco años de Goering) pero nunca fueron socios en el poder.  El gran economista liberal clásico y ganador del premio Nóbel en economía de 1974, Friedrich von Hayek, tiene un capítulo en su gran libro “El Camino Hacia la Esclavitud” titulado “Las raíces socialistas del Nazismo”, donde escribe “(El Nazismo) es simplemente el colectivismo liberado de toda traza de individualismo tradicional”. Hayek también señala la enorme influencia de muchos filósofos alemanes y de otras nacionalidades en la ideología Nazi, todos y cada uno de los cuales odiaba el individualismo intensamente.  Elementos nacionalistas y racistas del Nazismo, aunque no son usualmente parte de la Izquierda, tampoco están reñidos con ella. Finalmente, Hitler mismo estuvo muy influenciado por la “economía de guerra” implantada en Alemania al final de la Primera Guerra por el dictador militar General Erich Ludendorff, en lo que fué el primer sistema socialista totalitario de la historia (anterior al régimen bolchevique en Rusia). De manera que en esto no hay muchas dudas.  Y de la misma manera, tampoco hay muchas dudas de que la Derecha, como percibida por dos siglos, nunca existió.  Ahora se le puede llamar Derecha a la oposición de medidas de cualquier gobierno, incluyendo lamentablemente el presente de EU, pero en realidad, más que derecha, esa oposición es la defensa de la libertad y la justicia.  Si eso es ser Derecha, entonces bienvenido sea el término.  De todas maneras seguimos envueltos en un combate hasta la muerte entre dos cosmovisiones totalmente opuestas.  La libertad del individuo contra la opresión del grupo social.  Estamos viendo con nuestros propios ojos como la agonía final del socialismo se despliega en Europa.  Hoy en Grecia, mañana probablemente en España, Portugal e Italia.  El socialismo, bajo cualquier adjetivo calificativo—y la “democracia social” europea era la “corona magna” del socialismo mundial, de la Izquierda Eterna—ha fracasado siempre en todo lugar donde se ha implementado. Ahora esa otrora exitosa y alabada democracia social europea se derrumba una vez más, después de años de permanencia “artificial” en el poder.  Y aquí en EU, le queda poco al presente régimen “inepto-progresista” que nos malgobierna. En noviembre se acaba la fiesta y reconquistamos la libertad.
Pero que nadie se engañe: el vampiro que es la Izquierda Eterna, nunca muere.  Siempre los que defendemos la libertad y la justicia estaremos en guerra contra esas ideas básicamente anti-humanas.  La Izquierda Eterna representa ideas no solo anti-humanas, sino que como pretende establecer el Paraíso Terrenal en nuestro mundo, es una Utopía, y por consiguiente, una Eterna Herejía también.  Como todas las doctrinas utópicas, están siempre condenadas al fracaso, por  la sencilla razón de que son una ofensa contra Dios.  Pero como nunca mueren, por ser ideas, y tampoco se pueden destruír, hay que estar en guardia permanente contra ellas.  Pero al final, algún día, la libertad y la justicia triunfarán para siempre sobre esa Izquierda Eterna, tal como el Infierno está condenado a nunca prevalecer ante las puertas del Cielo y de Dios.
Uno de los mejores epitafios sobre la Comuna de París fué escrito por el gran pintor francés Auguste Renoir, quien escapó con vida milagrosamente de los comuneros. Pero a la vez, ilustra la inmortalidad de la idea socialista.  Escribió Renoir: “Estaban todos locos (los comuneros); pero tenían en ellos esa pequeña llama que nunca muere”.  Exactamente.  Finalmente, algunas definiciones útiles del socialismo.  El conocido escritor cubano-argentino Armando Ribas lo define así: “El socialismo se forja en la envidia, se administra con hipocrecía, genera la pobreza y destruye la riqueza”.  El gran estadista ingles Sir Winston Churchill, lo describe así: “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia, y la prédica a la envidia.  Su defecto inherente es la distribución igualitaria de la miseria”. Y yo lo defino así: “El socialismo es la búsqueda y mantenimiento del poder por cualquier medio para establecer un paraíso terrenal sin Dios, donde reina la igualdad y la conformidad y se vive feliz eternamente sin libertad,  bajo el yugo de un despotismo ejercido por una élite ilustrada que sabe lo que es mejor para todos”