¿A DONDE VA LA HUELGA DE FARIÑAS?
jueves, 27 de mayo de 2010
¿A DONDE VA LA HUELGA DE FARIÑAS?
(5-26-10-11:00AM)
Por: Aini Martín Valero, PD
Hace 89 días nuestro colega Guillermo Fariñas Hernández (“El Coco”) se encuentra en huelga de hambre. Muchos ansiamos que esto termine, queremos al coco y lo necesitamos vivo. Cuando mi amigo “El Coco” entró en huelga, esa noche no pude dormir, no quiero ni puedo aceptar la idea de no verlo nunca más.
Desde hace unos días se observan las negociaciones que está llevando la Iglesia Católica cubana, con el gobierno de Raúl Castro y muchos nos preguntamos, ¿Qué hay detrás de todo esto?
La respuesta es clara como el agua, solo que algunos no la quieren ver. El gobierno cubano nunca va a ceder ante imposiciones de la oposición pacífica, eso sería colgar los guantes del socialismo y es por eso que utiliza solapadamente a la iglesia católica.
Cuando algunos presos sean liberados, si es que sucede, el mérito no será para El Coco, el trofeo se lo llevará la iglesia y su cardenal Jaime Ortega. Entonces los días, y meses que ha pasado El Coco con su vida pendiente de un hilo, no serán reconocidos.
Este criterio rueda de boca en boca entre la oposición de la isla, que ni tonto ni perezoso saca sus conclusiones y razona objetivamente. Es una pena que muchos no entiendan que decir iglesia cubana, es decir gobierno. Bajo este sol tropical, todo es controlado por el estado y la iglesia no es la excepción.
Si los presos enfermos son liberados, “El Coco” Fariñas abandonará una huelga, que le ha costado un deterioro físico y mental, con serio riesgo para la vida. Minimizar su valentía para alcanzar una meta y presionar a un gobierno que sabemos no acepta reclamos ni condiciones contrarias a su dinastía, es una forma digna de luchar.
El estado socialista cubano no cederá a las exigencias del “Coco”, pero debemos pensar que esta forma que escogió para luchar, es la gota que obligó al gobierno a pactar con la iglesia para cambiar, (en este caso) las medidas impuestas a personas encarceladas solo por no ser partícipes de los abusos del sistema socialista.
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