EN #BOLIVIA, GANÓ LA DEMOCRACIA, PERO...
jueves, 15 de abril de 2010
EN BOLIVIA, GANÓ LA DEMOCRACIA, PERO...
(4-15-10-10:15AM)
Por Susana Seleme Antelo-"Hoy Bolivia"
A pesar de las tantas ganancias que arroja el pasado 4 de abril, la democracia está en peligro ante la furibunda reacción del partido de gobierno y su "líder espiritual", que atenta contra la democracia, en tanto que ella garantiza respeto y acatamiento al voto que la ciudadanía deposita en las urnas.
Cuando el presidente Morales denuncia como tramposos los votos contabilizados en los lugares donde sus candidatos a gobernación y alcaldías perdieron, hace gala de su conocida vocación intolerante y vertical, sin derecho al disenso. Si al mismo tiempo acusa a los miembros de las Cortes Electorales Departamentales de haber hecho trampa a favor de sus adversarios, y los amenza con juicios, levantando su dedo acusador y vengativo, estamos ante un ciudadano que funge como presidente de todas y todos los bolivianos, pero es sólo el presidente de su partido político. Así se calificó la noche del domingo eleccionario, ante los datos en boca de urna. No se reconoció como presidente de Bolivia, ni de su Estado Plurinacional Comunitario. Sólo destacó haber ganado las elecciones “como presidente del MAS...”
En cambio, si justifica el voto que convalida sus triunfos en gobernaciones y alcaldías, como los votos que le dieron 64 % y lo reeligieron presidente en diciembre pasado, estamos ante un político impúdico que utiliza el voto democrático para engañar al mundo, adjudicándose, una virtud -la democrática- que no la tiene. Evo Morales y la mayoría de los que militan en el MAS son representantes de una izquierda radical que desprecia la democracia en tanto que vigencia de normas para garantizar la existencia de pluralidad político partidaria, la independencia de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el respeto al Estado de Derecho y a los Derechos Humanos.
Como izquierda radical, con vocación totalitaria, los del MAS recurren a Lenin, sin mediar tiempos ni contextos, y confunden-funden en una sola entidad partido con gobierno, gobierno con Estado, Nación con pueblos originarios-indígenas-campesinos, y a su líder como la personificación del Estado, del gobierno y de la nación. Como dice Fernando Mires, es un aporte del Vice al ‘marxismo-socialismo del siglo XXI’ sin proletarios ni partido obrero. En todo caso, representa un proyecto de poder sin concesiones, cruel, que no admite vacíos de poder.
El MAS y sus radicales supieron desde el primer momento que su enemigo principal podía ser la democracia que permite la existencia de pluralidades políticas y de espacios territoriales controlados por adversarios políticos. Ni cortos ni perezos se apropiaron de la democracia del voto como instrumento para deshacerse de adversarios, con la seguridad de ganar siempre y sentar reales, donde nunca habían ganado.
No le bastaba a Morales haber sido reelegido presidente con mayoría abrumadora en el poder Legislativo, que le valió una ‘Ley Corta’ para controlar el Poder Judicial. Ni tener el control de los movimientos-milicias sociales, ni la subordinación militar-policial. Para cerrar el círculo del proyecto totalitario tenía que copar gobernaciones y alcaldías, es decir, la famosa redistribución territorial del poder, tan apreciada por el Vice. Por eso hemos tenido elecciones departamentales y locales a 180 días del triunfo de diciembre, para usufructuar esa euforia.
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