#Cuba ¡COMO VIENE VA!

viernes, 16 de abril de 2010

¡COMO VIENE VA!
(4-15-10-5:30PM)
Estimados Amigos: Para mí esto es fácil de evaluar. Silvio a quien más o menos todos conocemos desde hace tiempo, -fue para muchos de nosotros un baluarte de la canción que llamábamos "protesta", aunque producto de la "evolución revolucionaria" se convirtió en "canción de contenido social"- esgrime los argumentos de quien a priori defiende la revolución castrista aunque proponga quitarle la "R" y hacerla evolucionar (a estas alturas del juego y con esa especie de ropaje sublime que la poesía puede brindar y que no encaja con ningún régimen dictatorial). Silvio puede decir lo que quiera, le asiste el derecho; pero su talante de magnífico creador a exhibidas etapas que pretender ocultar hoy, es como querer tapar el sol con un dedo. Por sólo citar una de muchas, pero quizás la mejor de sus protestas, habría que volver a escuchar "Resumen de Noticias". Recuerdo cuando alguna vez comentó que el ICR de Papito Serguera, de donde tanto él como su colega Pablo Milanés fueron desterrados por obra y gracia de este iracundo censor, habría que colgarle el cartel que Dante aludía en su "Infierno" cuando refiriéndose al quinto y último círculo decía "cuelgue su cerebro antes de entrar".
Se le olvida, o mejor, no le conviene recordarlo; cuando se apareció en el Varadero 70 alegando que solo iba allí para complacer a los que por votos de la población lo había incluido entre los 20 integrantes de la delegación cubana al evento, pero no por otra cosa. Creo que para parecerse más a Bob Dylan,-uno de sus sempiternos ídolos-fue hasta acompañado de un "manager"; pagándose su propio hospedaje, no en el Internacional, sino en el Red Coach o el Kawama,- no recuerdo exactamente-, porque no quería mezclarse con los comuñangas que entonaban loas a priori al gobierno revolucionario que lo catalogaba a él como uno de los fariseos expulsables del parnaso socialista, y que es  el mismo infierno que ahora defiende y que alguna vez criticó. Calidad tenía, le sobraba, su poesía encontró los versos necesarios que como escorzos intangibles en una época tan difícil, lograron burlar la censura del régimen; aún recuerdo cuando al ser cuestionado Serrat en entrevista acerca del artista cubano que más le había impresionado, respondió:"... hay un muchacho de pelo largo y liso que anda con una chamarra de flecos y que se acompaña con su guitarra que tiene un gran talento." Era, sin dudas, un gran vaticinio. Pero los domadores andaban al acecho y no le perdonaron las licencias que oso tomarse. Entonces vino la etapa del Victoria de Girón y "la maduración de su pensamiento" al muy peculiar estilo de las metamorfosis castristas en medio de la "granjita orweliana" del más "preclaro de todos los patriarcas" llamado Fidel.
Hasta hoy, ya la mayoría conoce lo sucedido y como lo caricaturizó Nuez en Granma Internacional, "quien cantaba a los pobres de la tierra", con las glorias y por supuesto los dólares, se le han olvidado las memorias. Lo único que Silvio "comprendió" fue que en su género de "canción de contenido social" su creatividad no tenía futuro fuera del redil revolucionario y que en el hostil mundo de los dictadores de derecha la única manera de inscribir su nombre en la historia de los cantores fue la encontrada por aquel de marras a quien Pinochet ordenó cercenar las manos de su cadáver para acallar su voz. Silvio, como cualquier buen revolucionario, sabía que las manos, uno de sus principales instrumentos, tenía que conservarlas a contrapelo de lo que fuese y fue así como hizo suya la propuesta de su comandante en el Congreso Cultural de 1972: "...dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada"  convirtiéndola en evidencia de su "madurez política". Bien le iba a venir el forzado asueto de los meses entre las merluzas y los atunes, el nada inspirador vaho de la sangraza procedente de las entrañas de los peces capturados y que le obligaron a limpiar de la cubierta para que se "formara". Hasta una foto suya baldeando los fétidos despojos en esa parte del barco fue publicada en Granma; tanta era la saña de los incultos señores que lideraban la vida cultural del país. ¿Puede en verdad Silvio olvidar semejantes afrentas? Si realmente lo hizo, se traicionó a sí mismo, sino lo ha hecho, no es otra cosa que un redomado hipócrita. Ojo, hay muchos apóstotas con talento, casi estoy convencido de que él es uno de ellos.
De Montaner no necesito opinar y si como alega Silvio y el resto de sus detractores, no merece ser cubano, hijo de "un noble pueblo" -el mismo de Boitell, Zapata Tamayo y Fariñas-; al menos, desde que era un adolescente, siempre fue con mucha honradez  y consecuencia un "gusano contrarrevolucionario" amén del precio que debía pagarse por andar por el mundo exhibiendo el estigma de semejantes vituperios. Logró lo que Silvio no pudo, tener el valor de buscar más allá del apadrinamiento de sus detractores; el convertirse en un reconocido escritor de talante internacional al que las glorias no le han impedido olvidar las memorias, solo eso bastaría para terciar a su favor en esta polémica. Mucho cuidado Carlos Alberto, los alacranes nunca van al "claro descampado”, siempre se esconden en la oscuridad y  pican antes de enterrarse su propia ponzoña. Pregúntale a Mike Porcel, a Pedro Luis Ferrer a Manolo Blanco y muchos a los que tu actual antagonista los condenó al ostracismo por no querer "comer huevos en su mismo plato".
José A. Arias