VAN VAN, UNA PELÍCULA AL REVÉS
martes, 2 de febrero de 2010
VAN VAN, UNA PELÍCULA AL REVÉS
(2-1-10-5:30PM)
José M. Izquierdo
En uno de los simpáticos episodios de las “Aventuras de Huckleberry Hound” que disfrutaba cuando pequeño, recuerdo una escena muy simpática que protagonizaban los roedores “Pixie, Dixie y el gato Jinks”. El gato Jinks, entraba a un túnel persiguiendo un tren donde viajaban Pixie y Dixie. Al rato, la película mostraba al gato Jinks saliendo del túnel y corriendo delante del tren exclamando. “Yo creo que esta película está al revés, porque antes yo iba detrás y ahora voy delante”.
Los Van Van y Juan Formell en su actual recorrido y actuaciones por Miami y los EEUU, me hacen recordar ese simpático episodio. Esta película está al revés, ya no son los cubanos exiliados los que van a invadir a Cuba cargados de pacotilla, llenos de nostalgia y pensando en la libertad de su patria. Ahora son los “Artistas” cubanos fieles al régimen castrista, los que vienen de la isla a invadir al exilio con una sonrisa insolente en los labios. Vienen a nuestra casa a imponernos sus reglas, sus modales, sus gustos, sus mensajes. Según ellos, vienen a traernos alegría, hacernos reír y gozar, y a visitar a su público.
Lástima que esta película no es nada divertida, al contrario. Es un hecho penoso, insolente y denigrante. Los Van Van y Formell, son parte de una oleada de artistas cubanos fieles a la tiranía castrista, que están llegando continuamente al Sur de la Florida. Vienen con un mensaje distinto y muy bien ensayado que delegaciones artísticas de otros tiempos. No quieren confrontación con los exiliados, no elogian en público al régimen castrista. Armados de pegajosas melodías, disparando balas musicales envueltas en notas de nostalgia, nos penetran con su arte lleno de tradición he intenciones. Repiten hasta el cansancio con palabras frías y bien aprendidas, respaldados por sus “Fanáticos”, que no son políticos, que son músicos y artistas y no faltan quienes elogian su “Labor conciliadora con el exilio”. En un mundo tan extenso, ¿Por qué Miami es la plaza elegida, cuando siempre estuvo vedada por el régimen a los cubanos de la isla?, ¿Por qué no se van con su música a otra parte donde no causen disturbios?, ¿Por qué tanto interés en los exiliados, cuando hasta ahora siempre los han tratado de ignorar y denigrar? Muchas preguntas más debemos hacernos, antes de ir a bailar con esta música muy cubana, pero muy endulzada.
Pero no nos dejemos confundir, esto no es libertad de expresión, ellos no son embajadores de buena voluntad y esta no es la forma de olvidar cincuenta años de tiranía, represión y abusos al pueblo cubano. Esta no es la forma de liberar a Cuba y unir a los cubanos de aquí y de allá. La solución del problema de Cuba, no está en embajadas culturales enviadas por la tiranía castrista al exilio para dividirnos y distraernos con bailes y música. El problema de todo, es que todavía existe la tiranía castrista.
Que vayan a ver y disfrutar a los Van Van y Juan Formell, a La Charanga Habanera y a todos los otros grupos musicales que han venido y vendrán detrás de los Van Van, todos los que quieran. Pero que no digan que son todos los cubanos los que bailan al ritmo de esa música. Yo, prefiero seguir disfrutando de las simpáticas aventuras de “Huckleberry Hound” mientras en Cuba gobierne la tiranía castrista y seguir con mi nostalgia a cuestas. Yo quiero ver la película como debe ser, “Al derecho”.
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