PASADAS 72 HORAS OSCAR PEÑA NO HA RESPONDIDO A NUESTRO EMPLAZAMIENTO
(1-17-10-5:30PM)
Han transcurrido 72 horas desde nuestro emplazamiento público y privado a Oscar Peña (foto de la izquierda), para que demuestre frente al exilio, y a sus detractores, que su "reconciliación nacional" es genuina, sincera y abarca por igual a todos los actores de nuestra drama nacional.
Mientras más tiempo transcurra, más pierde la oportunidad de que se le crea y se respete su postura de perdón incondicional para los transgresores del bando castrista, aunque estos, no hayan dado ni la más mínima muestra de que se han arrepentido de todos sus crímenes, ignominias y complicidades con la terrible e inhumana tiranía a la que han servido por años y años, concientemente del daño que han estado ocasionando.
Con su silencio, le está dando la razón a los que dicen que su muy publicitada tesis "nazarena" de lavar en el "Jordán de olvido" los pecados y crímenes, solo está diseñada para los castristas y que no es más que "el borrón y cuenta nueva" con otro difraz.
Según apuntan muchos, para Oscar Peña, los que desde este lado, en una dura y cruel lucha a lo que nos obligó la tiranía cuando cerró todos los caminos pacíficos y legítimos de resistencia, hayan cometido supuestos "actos reprobables", esos no merecen ni el perdón, ni el olvido. Esos, como Arocena no merecen la compasión ni el perdón cristiano y deben de cumplir hasta el último segundo de su exagerada condena. Y al parecer, Bosch y Posada Carriles, son mucho más montruosos, que los que asesinaron civiles inocentes en el Remolcador 13 de Marzo, o los pilotos que fusilaron en el aíre a unas avionetas civiles desarmadas, destrozando a nobles almas que se dedicaban a salvar personas inocentes que escapaban de la opresión y la barbarie.
Esa es la visión que--tal vez sin proponérselo--está ofreciendo Oscar Peña. Comprar un cuadro al corrupto Roberto Robaina, que no sólo fue hasta su defenestración un cómplice servil y un alabardero lleno de odio del castrismo, sino un corrupto que sirvió al narcotraficante ex Gobernador del Estado mexicano de Quintana Roo, Mario Villanueva (En la foto de la izquierda, al centro, preso por narcotraficante) y del que recibió cuantiosos fondos, y que nunca ha mostrado arrepentimiento; y ni siquiera es opositor de nuevo cuño de la tiranía, que lo botó a cajas destempladas y lo condenó a ser un don nadie en su propio país, no tiene nada que ver con una supuesta reconciliación nacional, que muy certeramente refuta y describe Adolfo Rivero Caro en un artículo de El Nuevo Herald, que ha reproducido Nuevo Acción.
Oscar, para ser creíble, debe de definir su postura hacia los que desde este lado del Estrecho, son demonizados por el aparato propagandístico de la tiranía, e insisto, adquirir un cuadro pintado por Orlando Bosch y otro por Posada Carriles. Créanme que no deseo otra cosa. Pero si no lo hace, quedará siempre la duda que han sembrado sus detractores, de que su postura responde a esquemas trazados desde Cuba. Aún quedan muchos resquemores, que causaron unos e-mails privados de Oscar Peña(pero que recorrieron la internet) con relación a la campaña llevada a cabo a fines del año antes pasado, tratando de lograr el perdón presidencial para Eduardo Arocena
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