LA AGRICULTURA EN CUBA, OTRO FRACASO REVOLUCIONARIO

martes, 8 de diciembre de 2009

LA AGRICULTURA  EN CUBA, OTRO FRACASO REVOLUCIONARIO
Por José M. Izquierdo
El 17 de Mayo de 1959 en la Plata, Sierra Maestra, Fidel Castro firmó la primera “Ley de  reforma agraria” con el objetivo de eliminar la explotación del campesinado cubano con una ley que terminaba con el latifundio, al nacionalizar todas las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión.  Pronto los sectores más radicales de la revolución castrista, con Castro y el Che a la cabeza, implantaron nuevas medida para completar la primera ley de reforma agraria, que según ellos, no había logrado eliminar por completo el latifundio, y en 1961 se aprobó una segunda ley que limitaba el tamaño de la propiedad a 33 hectáreas.
Pero las tierras de estos latifundios, se convirtieron de la noche a la mañana en  “Granjas del pueblo”, la “Revolución” fue quien tomo control de estas tierras convirtiéndolas en centros de burócratas e improductivos latifundios revolucionarios. Los campesinos cubanos de asalariados de los latifundistas, se transformaron en siervos de la  revolución castrista y la producción agrícola en Cuba, capaz de producir una gran variedad y cantidad de alimentos que cubrían la necesidad nacional, comenzó a decrecer y estancarse.
Inmediatamente después de haber implementado la reforma agraria, el régimen castrista obligó al  campesino cubano a agruparse en asociaciones campesinas controladas por el régimen y el 17 de Mayo de 1961 nace  “La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños” (ANAP), cuyas proyecciones estaban basadas y orientadas hacia el cumplimiento de la política agraria de la revolución castrista.
La primera forma de cooperativa agrícola se denomino “Cooperativas de Crédito y Servicios” (CCS), en las que los asociados continuaban siendo “Dueños”  individuales de sus fincas. Después surgieron las “Cooperativas de  Producción Agropecuaria”  (CPA), en las cuales los agricultores aportaban sus tierras “voluntariamente” para convertirse en dueños colectivos y en 1993, por las nuevas condiciones surgidas al derrumbarse el campo socialista se crean, “Las Unidades Básicas de Producción Cooperativa” (UBPC), que supuestamente eran unidades de producciones autónomas, independientes e integradas por la voluntad de los campesinos.
 La realidad fue y es muy distinta. Los campesinos y los pequeños agricultores eran obligados por el régimen a integrarse a estos experimentos productivos que llamaron ANAP, CCS, CPA, UBPC, bajo fuerte presión del régimen castrista. Los pequeños agricultores que se negaban a integrarse al sistema, no recibían créditos, semillas, fertilizantes, instrumentos de labranza y siempre estaban en riesgo de perder sus tierras por el acoso de los órganos represivos del régimen.
El gobierno de Raúl Castro anunció la disolución de cooperativas trabajadas en tierras estatales, (UBPC) por sus malos resultados económicos y productivos, pero es que nunca los tuvieron. La situación del campesino y la producción agrícola en Cuba está en un total abandono y en un estado absolutamente inoperante. Cuba, un país eminentemente agrícola, con tierras y clima privilegiado, necesita importar alimentos agrícolas. Quien fuera por siglos la azucarera del mundo a puesto a la industria azucarera a punto de desaparecer.
El ineficiente estado cubano, el régimen castrista, tiene solo una forma de solucionar el grave problema de la producción agrícola en Cuba. Permitir a los campesinos cubanos trabajar en libertad,  sin tantos subterfugios y controles, que la tierra sea de verdad del que la trabaja. Castro tiene el ejemplo ante sus narices de lo que debe hacer. El sector campesino, agrupado en  CCS,  CPA y los pequeños agricultores dispersos, a pesar de contar con solo el 18 % de de la superficie agrícola del país, tener una enorme carencia de recursos y estar bajo la fuerte tutela del régimen que le impone prohibiciones  y arbitrarias obligaciones, continua siendo el sector más productivo en Cuba. Después de tantos años de castigar a los campesinos y pequeños agricultores cubanos, hoy la historia demuestra que la reforma agraria en Cuba y todos sus experimentos socialistas de producción, fueron un costoso fracaso que hoy el pueblo de Cuba está pagando con hambre.