Un gallinero en forma de relajo

lunes, 23 de noviembre de 2009


“Un
gallinero en forma de relajo”


Por
Luís Alberto Ramírez. - Miami

Cuando las tropas
americanas estaban a punto de tomar Bagdad un periodista iraquí le preguntó al
ministro de Hussein, Alí el Químico, qué pensaba de la ofensiva americana, el
tipo le respondió: ¡Estamos ganando! El periodista insistió: ¿Y las tropas
americanas que están llegando a Bagdad? El Químico dijo más fresco que una
lechuga: ¡Vienen a rendirse!

El cinismo de esta
gente (me refiero a los delincuentes que se hacen de las riendas de un país por
casualidad, por bandoleros o por un bache de la historia) no tiene límites;
ellos manejan el poder y se dan el lujo de manejar al mismo tiempo el cinismo a
su antojo, todos son la misma cosa, no importa a que parte del mundo
pertenezcan, que religión profesen, sean de cualquier ideología o simplemente
hereden las riendas de una nación por obra y gracia de sus nexos familiares. El
caso es que el país que se vea en la penosa necesidad de padecer de un espécimen
de este tipo se muere si no interviene a tiempo el certero bisturí de una
potencia extranjera.

Cuba es la muestra
más visible de esta epidemia que amenaza con contaminar el continente
sudamericano. En Cuba usan todo tipo de herramientas malévolas para atemorizar
al pueblo, desde mítines de masas enardecidas en contra de los que poseen la
razón y la verdad, hasta la cárcel, y el paredón si la situación lo amerita, si
el escarmiento puede de alguna manera hacer metástasis en la conciencia y los
temores nacionales.

La situación,
después del paso de cetro entre hermanos, se ha puesto peor, a despecho del
pensamiento pragmático de los cubanólogos a nivel mundial, Raúl ha hecho todo lo
contrario de lo que el mundo esperaba, incluso los cubanos. A principio fue poco
a poco sembrando esperanzas en la conciencia nacional, e ilusiones en la opinión
foránea; llegó hasta brindarle un ramo de olivos al presidente americano y
prometió tantas cosas que de haberlas cumplido hubiera garantizado un
acercamiento positivo con su enemigo del norte, que quizás hasta lo
comprometiera a levantar sus vilipendiadas sanciones económicas. Le hubiera dado
un alivio al pueblo cubano que durante cincuenta años no ha tenido unas
merecidas vacaciones, y hasta se hubiese podido ilegitimizar como buen
gobernante en la conciencia nacional, sin embargo, ha hecho todo lo contrario,
¿por qué?

Porque son
delincuentes con el poder de un país en sus manos. Usan el cinismo porque es el
arma más versátil que puede tener un comportamiento antisocial y antihumano. Yo
podría llenar este comentario con acontecimientos que han ocurrido en los
últimos días en Cuba que demuestran hasta que punto puede ser usado el cinismo
en defensa de una falacia, de una mentira, de un crimen social. Pero no me
alcanzaría el espacio, solo con mencionar tres me bastan: El primero tiene que
ver con el secuestro de Yoani Sánchez y la golpiza que le dieron esgrimiendo que
ellos tienen el poder y no les da la gana de que nadie se gane protagonismo a
ningún nivel sin la autorización del estado. Aquí el cinismo es usado a
hurtadillas, arremeten en contra de la valiente pero frágil mujer y no se hacen
responsable de los hechos, incluso, ni siquiera le permiten obtener un informe
médico de sus lesiones, lesiones provocadas a propósito, un abuso social
ciudadano al cual no responden como cual cobardes y asustadas ratas.

El otro tiene que
ver también con la familia Sánchez. El esposo de la valiente bloguera pide de
manera cibernética un duelo verbal con los agresores, y como aparentes valientes
mancebos, aceptan el duelo y proponen como campo de honor la esquina de la
avenida de los presidentes y la calle 23 en el Vedado. Sin embargo, en lugar de
comportarse como caballeros, preparan una turba, la enaltecen, y se la echan
encima de Reinaldo Escobar, esposo de Yoani para que lo linchen emocionalmente y
lo atropellen físicamente. He ahí la pura y fiel imagen del cinismo
gubernamental, a falta de la verdad, a falta de argumentos, la fuerza bruta.

Ahora, el colmo
del cinismo se cierne sobre los subsidios gubernamentales, Me gustaría preguntar
como cual neófito: ¿Cuáles subsidios gubernamentales? Una mentira repetida
muchas veces puede convertirse en cierta, pero jamás puede llegar a ser verdad.

Existe desde hace
muchos años una guerra sicológica entre el gobierno de Cuba y el pueblo. Por la
parte gubernamental el estado hace como si gobernara y los cubanos se hacen los
gobernados, al final, es como dijera el poeta popular: “Cuba es un gallinero en
forma de relajo, y todo el que está arriba ca… al que está abajo” No hay
medicina gratis, ni alimentación subsidiada cuando el único empleador que existe
no paga lo que obrero produce; cuando se es esclavo de un amo, lo menos que
puede hacer el patrón, es cuidar la salud de quien produce. No hubo jamás un
esclavista que dejara morir por hambre o enfermedad a un medio básico de
producción si a su alcance tiene la solución. En Cuba el estado no es
paternalista, es justamente todo lo contrario, el estado cubano es netamente
esclavista, con toda la extensión y el significado que alberga la palabra en
cuestión. El gobierno cubano  es el esclavista peor que ha sufrido la humanidad
en toda su historia, no ha habido otro igual. Forma obreros solo con el
propósito de explotarlos, los entrega como usufructo a los inversionistas
extranjeros y les congela el 98 por ciento de su salario. Forma médicos y los
exporta como cual mercancía, especialistas, jineteras y hasta exporta disidentes
y luego los deja entrar a Cuba y les roba todo lo que llevan en sus alforjas.
¿Eso se llama paternalismo? Está muy jodida la real academia de la lengua
española si define una aberración tan grande como paternalismo.

Es una inmensa
tragedia que el gobierno de Cuba maneje tan hábilmente la semántica, los
significados de las palabras, las cosas a su antojo y conveniencia, pero más
patético aun es que hayan medios de información en el mundo que se hagan eco de
una aberración tan grande como esa.