LA GENTE ESTÁ QUE ARDE POR LA ELIMINACIÓN DE "LA LIBRETA"

EN EL ARCHIPIÉLAGO:

LA GENTE ESTÁ QUE ARDE POR LA ELIMINACIÓN DE "LA LIBRETA"

Desde el primero del presente mes, en la mayoría de los Municipios de la capital y sus alrededores casi ha sido eliminada la mal llamada "libreta de abastecimiento", que en realidad no era otra cosa que una cartilla de racionamiento, que comenzó siendo una medida restrictiva, en los primeros tiempos de la "robolución", en que todavía quedaban remanentes de la sociedad pre Castro y aún abundaban ciertos bienes de consumo; pero que hoy día, ante la falta total de todo, (para la población que no tiene CUC) se había convertido, en un país hambreado, depauperado y sin acceso, con moneda nacional, a artículos de aseo e higiene y a otros rubros esenciales en la dieta humana, en un pequeño paliativo, para los que no tienen la dicha de recibir remesas de moneda dura desde el exterior.

Esta medida tiene ardiendo a la población, que no sabe como van a poder ajustar sus magros presupuestos para hacer frente a los aumentos que la eliminación de la libreta han significado. Ahora sí que va a haber muchos "Pánfilos" reclamando jama.

En el Cotorro, por ejemplo, al eliminar los productos subsidiados, los habitantes se han encontrado que una libra de arroz que antes les costaba 30 centavos, hoy les cuesta $3.50 moneda nacional, al igual que los chícharos que han subido en la misma proporción que el arroz. Con estos precios un retirado que recibe $200.00 pesos moneda nacional mensualmente (unos 8 dólares=6.40 CUC mensuales), necesita más de la mitad de su presupuesto diario, para comprar una libra de arroz; y si compra una libra de chícharos también, ya habrá agotado su magro presupuesto para ese día. ¿Con qué compra entonces, los otros productos necesarios para cocinar los arroz y los chícharos? De aceite, las viandas...y de la carne, ni hablar. ¿Cómo obtiene artículos de aseo, como jabones, shampoos, desodorantes, y con que compra el "Granma" para usarlo como substituto del papel sanitario?

Ante esta medida la población comienza a reaccionar con ira y en el ambiente se siente una carga de ansias reprimidas que no presagia nada bueno para la tiranía castrista.