miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Y POR QUÉ NO EL "PROYECTO LOLA” O EL “MARTHA ABREU”?
(11-20-13-2:50PM)
Por Aldo Rosado-Tuero
La oposición gandhiana de Cuba, se ha caracterizado durante todos estos años, por el lanzamiento de infinidad de proyectos con nombres de patriotas. No los voy a enumerar. Todo el que sigue la “problemática cubana” se los sabe de memoria. Ninguno de esos proyectos ha logrado nada para avanzar por el camino que nos debe conducir a la tan ansiada libertad que solo se logrará cuando se barra con la tiranía y sus vestigios.
El último de esos proyectos es el “Proyecto Emilia” auspiciado por el Dr. Oscar Elías Biscet. 
A mí se me ocurre que no sería muy desacertado si probáramos a implementar “El Proyecto Lola”. 
Todos los cubanos sabemos que “♪♪eran las tres de la tarde cuando mataron a Lola♪♪”. Pues bien,bastaría con mover la “hora en que mataron a Lola” doce horas para que fueran las tres de la madrugada. 
¿Se imagina Ud. las consecuencias favorables para los que alientan la toma de las calles por los opositores, si todos las madrugadas en distintos puntos de la geografía de nuestro Archipiélago, alrededor de las tres, se pusiera en práctica el “proyecto Lola” y a esa hora, “en la que mataron a Lola”, si al principio tal vez no se matara a ninguna “Lola o Lolo chivatiente”, pero le comenzaran a llover piedras sobre las casas de los más destacados esbirros o sobre las cabezas de los vigilantes de los C.D.R. o quizás si algo mucho más fuerte y peligroso por los que se hayan destacado en los días anteriores en sus esbirradas?
Para la implantación del “Proyecto Lola” no hace falta dinero, ni Grants. Las piedras, los ladrillos y la soga y el arique no cuestan nada. Solo sigilo, astucia y valor para aprovechar la nocturnidad. 
Igualmente sería muy oportuno comenzar a trabajar en el “Proyecto Martha Abreu”. Este proyecto es bien sencillo: Seguir el ejemplo dado por Martha Abreu y otros patriotas cubanos que en lugar de cobrar por luchar por Cuba, dedicaron su fortuna para luchar por ella y su libertad.
Bastaría porque un grupo de cubanos adinerados—y hay muchísimos—se decidieran a trabajar en este plan.