lunes, 4 de noviembre de 2013

VERDADES DE LUIS CINO
¿DESPOLITIZAR EL MENSAJE?
 (11-3-13-5:25PM)
Por Luis Cino-Tomado de  http://www.circulocinico.com
Una de las nuevas tesis adoptadas por algunos de los opositores que han viajado al exterior es la de que para ganarse a la población y lograr que esta venza el miedo y la apatía, debe despolitizar su mensaje y dedicarse más a enfrentar junto a ella los problemas que cotidianamente agobian a los cubanos, tales como la falta de viviendas, la subida de precios, los bajos salarios, la dualidad monetaria, los abusos policiales, las regulaciones excesivas a los trabajadores por cuenta propia, las violaciones de la legalidad por las autoridades, etc.

De momento, y teniendo en cuenta que estos opositores siempre han vivido en Cuba y enfrentan desde hace décadas esos mismos problemas, su actitud pudiese recordar la del general Raúl Castro y otros personeros del régimen, que cuando se refieren a los problemas nacionales, parece que hubiesen acabado de aterrizar de Saturno.
Pero la tesis tiene su parte de razón. Cinco décadas de sistemático bombardeo doctrinario por parte del régimen a través de los medios, el sistema educativo y las llamadas organizaciones de masas, lo que ha conseguido es que la mayoría de la población rechace instintivamente todo lo que le suene a “teque” político. Y eso incluye también el discurso contrario.

La apatía e indefensión ciudadana inducida por el régimen hacen que términos como democracia, estado de derecho, separación de poderes, libertades civiles y derechos humanos, resulten casi abstracciones para personas carentes de todo derecho pero que antes que en cuestiones cívicas piensan en cómo se las arreglarán para comer hoy. 
Evidentemente, si los activistas de la oposición hablan en términos que resultan enrevesados y confusos y adicionalmente penden sobre ellos las campañas de descrédito de los medios oficiales y las represalias de la policía política, diseñadas precisamente para desestimular el apoyo popular, es muy difícil que su propuesta sea percibida por el pueblo como una posible alternativa al régimen, que podría hacer que viviesen mejor.
Ahora bien, con la resignada mentalidad minimalista y la visión a corto plazo, casi de supervivencia, que ha creado este sistema en crisis en la mayoría de los cubanos, habría que ver qué entienden muchos por “vivir mejor”. No vaya a ser que como tal entiendan que les vendan unas libras más de picadillo de soya y unos cuantos boniatos un poco más barato, les prometan que les van a aumentar el salario un 0.01 % y les anuncien que la dirigencia estudia si vuelven a autorizar –hasta nuevo aviso- a los particulares la venta de ropa importada y otra pacotilla.
Peor aún: si se tiene en cuenta el cinismo y la amoralidad que parecen ser la condición sine qua non de los que se consideran los triunfadores en el sálvese el que pueda nacional, es probable que para muchos, “vivir mejor” signifique la posibilidad de ganar más dinero, a costa de lo que sea, incluso del robo. Y todo sin que les hablen de “política”. Y menos si es “contra la revolución”, porque si se trata de desfilar en la Plaza el primero de mayo o hacer la guardia del C.D.R., cualquiera hace su papelito… 
La oposición, si por el momento no puede contribuir de modo significativo y masivamente a la educación ciudadana en cuanto al ejercicio de derechos y deberes, al menos debe convencer a todos de que las libertades económicas están indisolublemente ligadas a las libertades políticas que solo puede garantizar la democracia y el estado de derecho.
Entonces, ¡ojo con la despolitización de la disidencia! Que sea un poco, solo un poco, lo suficiente para que el mensaje sea entendido y llegue a la gente de a pie. No vaya a ser que de tan despolitizado, se convierta en un cascarón banal y utilitario, pura alharaca revoltosa que pueda ser suplantada sin mucho problema por Cuba dice del NTV, las cartas al periódico Granma, el blog de Silvio Rodríguez o los argumentos de asamblea de barrio de cualquier pelafustán municipal.