martes, 5 de noviembre de 2013

CUBA Y LA HISTORIA DE DOS ISLAS
(11-5-13-5:10PM)
Por Frank Escobar
Hoy Rafael Rojas nos  escribe una nueva página en “El País”  titulada “Historia de dos islas” y se refiere de manera cronológica a las diferentes visiones que se han tenido múltiples autores de la “isla caribeña” vista desde la “ciudad atlántica de New York”. Todo el enfoque sobre Cuba lo  hace desde la óptica minimalista de su pertenencia a la comunidad caribeña y cito “se hace difícil distinguir a los cubanos de otros caribeños”…” ese nuevo cubano como cualquier otro caribeño del Siglo XXI”…”Cuba como un lugar privilegiado de conversación caribeña”. A primera vista me sorprendió que alguien tan apegado a las generalizaciones culturales,  la macro política  y las lucubraciones históricas racionalistas  insista tanto en un concepto tan exótico, determinista, regionalista y sobre todo geográfico. Conozco a Rafael Rojas desde hace muchos años, desde los viejos tiempos de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana. En aquellos tiempos cuando él rechazaba la historia de Cuba y escribía encendidas críticas posmodernistas en el “Caimán Barbudo”  mientras terminaba sus estudios de Filosofía Marxista y también recuerdo a su amigo Iván de la Nuez –a quien hoy defiende como narrador (de un solo libro) en el mismo artículo donde ignora a otros más importantes que él como JL Fuentes, Maria Elena Cruz Varela o Zoe Valdés- que se dedicaba entonces a estudiar la primera democracia cristiana chilena desde la óptica castrista de “la revolución sin sangre que terminó teniendo sangre sin revolución”.
Es quizás por esa obvia falta de formación en Historia  de Cuba asi como por su desconocimiento de la deuda que la historia tiene con la geografía que Rafael Rojas (foto de la izquierda) no sabe que múltiples cronistas del Siglo XVII resaltaban ya las excelentes cualidades de la urbe “atlántica” habanera, no caribeña,  admiraban  La Habana cuando todavía New York no existía y en su lugar se levantaba el enclave holandés de New Ámsterdam, la del sueño de Rip Van Winkle. La historiadora norteamericana Irene Wright tiene un libro –de sus cuatro sobre La Habana- dedicado a la ciudad “atlántica y turística de la primera mitad del Siglo XVII”, muy conocida antes de la Compañía Tabacalera de Virginia y de Pocahontas. También parece desconocer que durante más de tres siglos la Historia de Cuba fue la historia de La Habana, de Matanzas, de Remedios, de Puerto Príncipe, y ninguna de estas ciudades se baña en el Caribe. En una época tan tardía ya como el año 1793 Don Francisco de Arango dedicaba su famoso discurso político-económico sobre la agricultura y medios de fomentarla a “su patria La Habana”. Debemos aclarar que Arango que refiere a un territorio que abarcaba la gran plantación azucarera cubana entre los limites geográficos de la Sierra de los Órganos y la Sierra del Escambray, el mismo territorio que tomaron los ingleses en 1762 como resultado de la Guerra de los Siete Años y que luego al año canjearon por la Florida.
En realidad el Caribe ha sido de poca importancia sociocultural y politica para Cuba antes de los conflictos geopolíticos del siglo XX: la Guerra hispano-cubano-norteamericana y la crisis de los misiles. La ruta de los galeones conectaba a Méjico con La Habana y Sevilla o Cádiz sin tocar el Caribe. La Ruta del Pacifico que conectaba a Filipinas con España antes del Canal de Panamá, pasaba por La Habana pero no por el Caribe. La comunicación más directa de La Habana con Santiago de Cuba era a través del Canal Viejo de Bahamas. Cuba siempre ha mirado hacia el Norte y  por esa razón era llamada “Llave del Golfo y antemural de las Indias Occidentales". Es posible que algún trovador santiaguero la haya llamado a Cuba “Perla del  Caribe”, mas adecuadamente debería decirse sobre el Caribe. El sueño chavista del ALBA fue lo que vino a resucitar últimamente las convergencias caribeñas pero sobre la base de la politica y el petróleo porque las diferencias culturales, sociopolíticas y hasta idiomáticas son tan abismales que impiden el más sencillo diálogo. Definitivamente solo me cabe pensar que Rafael Rojas está defendiendo con uñas y dientes su nuevo nombramiento como “Global Scholar de la Universidad de Princeton” y poco importa para este fin si Cuba es caribeña o malaya.
Más adelante en el artículo intenta burlarse de una acción del Movimiento Nacionalista Cubano en 1964 y cito: “El del Che, por ejemplo, sumó al espectáculo un intento fallido de atentado con bazuca contra la sede de Naciones Unidas”. El episodio mencionado que ocurrió el 11 de noviembre de 1964 fue demasiado serio para que sea tratado tan frívolamente pues los miembros del MNC implicados fueron detenidos por la policía de la ciudad de New York- y no por el FBI como falsamente dicen los eruditos del ICCAS- y utilizaron una bazuca recortada usada como si fuera un mortero pero el proyectil debido al viento hizo una parábola por encima del edificio para caer al otro lado del rio con un salto de agua que sacudió los cristales de la sala de conferencias donde Ernesto Guevara se encontraba, me imagino el susto del tipo que a pesar de su instinto asesino siempre demostró sobrada cobardía. Fue una acción directa con mínimas posibilidades de escapar y tampoco se usó ningún control remoto como cuenta la versión del ya mencionado Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la CIA, perdón de la Universidad de Miami.http://www.latinamericanstudies.org/belligerence/bazooka.htm
En algún momento se debe comenzar a escribir seriamente y a publicar sobre la lucha anticastrista en los sesenta y setenta en los Estados Unidos. Se debe conocer la verdadera historia del Movimiento Nacionalista Cubano, de la Guerra por los Caminos del Mundo, la lucha contra el castrismo en todos los frentes y en todas las geografías. Hace unos años leí una tesis “doctoral” del ICCAS sobre el “nacionalismo cubano”  y sentí vergüenza ajena, no solo por la superficialidad sino por las omisiones, en su pobre aparato testimonial no aparecía uno solo de los miembros vivos del Movimiento Nacionalista Cubano. Entre el Instituto Castrista de Historia y el ICCAS corremos el riesgo de perder la memoria histórica a fuerza de falsificaciones.
Para concluir cito textualmente a  Rafael Rojas en su tesis final: “Una desventaja y una ventaja podrían detectarse en ese abandono del relato de la excepcionalidad  sobre Cuba desde Nueva York. La desventaja es que al imaginar un país como cualquier otro latinoamericano o caribeño del siglo XXI se pierde de vista que en la isla persisten instituciones singulares, por decir lo menos, como el partido comunista único, el control estatal de los medios de comunicación y fuertes restricciones constitucionales y penales a la libertad de asociación y expresión, que merecen ser cuestionadas.
La ventaja, en cambio, es que el debate sobre Cuba cada día se despega más y más de la figura polarizante de Fidel Castro.”
Con respecto a la desventaja no hace falta opinar pues son verdades de Pero Grullo, ahora ¿Qué ventaja nos ha traído el retiro de Fidel Castro? ¿De qué "ventaja” nos  habla Rojas si el Castrismo Raulista es mucho más pragmático y efectivo precisamente porque esta liberado de la locura anarquista del narcisista en jefe para ser un caldo más asiático y nocivo? En Cuba hubo una transición del despotismo prepotente individualista de Fidel Castro hacia el despotismo frio y calculado  de una mafia raulista mediocre y sin carisma pero consciente de la necesidad de supervivencia de “su familia” –como los Sopranos de la serie de HBO- conscientes como una buena “Gestapo” que solo con el ejercicio consuetudinario de la crueldad y el aniquilamiento de toda oposición “real” lograrán mantenerse en el poder. No por soberbia sino por instinto de conservación de sus privilegios y sin pasión  porque solo son”negocios”, es decir algo necesario. Estos castristas ni siquiera poseen las veleidades intelectuales de los anteriores amanuenses fidelistas sino más bien reaccionan como Goebbels que al escuchar la palabra cultura sacaba su pistola.