martes, 19 de noviembre de 2013

CALVIN COOLIDGE, EL ÚNICO PRESIDENTE AMERICANO QUE HA VISITADO LA HABANA

(11-19-13-2:30PM)

Por Frank Escobar (Exclusivo para Nuevo Acción)
Alguien escribió una vez que la “justicia tarda pero llega” y en los últimos años el Presidente Calvin Coolidge, el presidente número treinta de los Estados Unidos, un republicano conservador que fue conocido como “Cal el Silencioso”-él afirmaba : "Nunca me he metido en problemas por algo que no he dicho”- está siendo ampliamente reconocido. Asi debe ser porque en medio de esta “socialización” de la política y la economía  que sufrimos todos se debe honrar al llamado por los libertarios "el último presidente republicano conservador”. Coolidge fue un serio empresario que defendió el libre mercado, el gobierno pequeño,  los bajos impuestos y el aislacionismo político. Su gestión cubrió prácticamente  los dorados años veinte americanos de la prohibición, el crimen organizado y las juergas clandestinas. La época de la  canción  de Irving Berlin, " Nos vemos en Cuba ", con el  ambiente relajado de la isla más grande del Caribe, exhortando a  "viajar en un tren o en  un autobús a la joven ciudad de Miami para emprender un maravilloso viaje en avión o hasta Key West para uno en barco  desde la Florida hasta La Habana…y  nos vemos en Cuba.
El famoso viajero Joseph Hergesheimer que visito La Habana en esos años la describió asi: “La costa cubanaestaba ahora tan cerca, La Habana era tan inminente”…”pude ver bajo el agua frente a  una hilera deedificios blancos”…”fue entonces cuando tuve mi primera premonición sobre la ciudad hacia la que me estabaacercando”…” iba a encontrar en ella el espíritu clásico no de Grecia, sino de un período más tardío la réplicade esas ciudades imaginarias pintadas y grabadas en las cornisas de mármol que establecen contacto directo con la mar en calma”.
El presidente Coolidge no pudo resistirse y también viajó a Cuba y con ello estableció varios records. En su única visita al extranjero, Calvin Coolidge fue a La Habana en enero de 1928 para participar en la Sexta Conferencia Panamericana.  Coolidge y su delegación, integrada por los Secretarios Kellogg y Wilbur, el ex secretario Hughes y el embajador Morrow, así como el periodista y escritor HL Mencken y el  humorista Will Rogers, habían salido de Washington en tren el 13 de enero y viajaron hasta Key West  y de allí partieron en el “destroyer” USS Texas el 15 de enero rumbo a Cuba. Llegaron a la Habana en la tarde de ese mismo día y allí lo recibió su amigo el presidente cubano Gerardo Machado-era la tercera vez que se encontraban- y un grupo grande y entusiasta le dio la bienvenida porque celebraban el hecho de que su visita era la primera – y la única a Cuba- de un presidente de EE.UU. en funciones a cualquier nación del continente americano. El discurso de inauguración de Coolidge a la Conferencia Panamericana en la Universidad de La Habana –el Capitolio no estuvo listo-el 16 de enero también era el primero que un presidente de EE.UU. daba a un público no estadounidense. Su intervención fue notable por su respeto a las naciones de las Américas, defendiendo la soberanía y la coexistencia pacífica:
"El lugar mismo en que nos reunimos es una evidente demostración del progreso que estamos realizando. Hace treinta años, Cuba era una posesión extranjera desgarrada por las revoluciones y devastada por fuerzas hostiles. El Gobierno no existente descansaba sobre la fuerza militar. Hoy Cuba es su propia soberana, su pueblo es inde­pendiente, libre, próspero, pacífico y está gozando del gobierno propio. El último pedazo importante del territorio ha entrado a ocupar su puesto entre las Repúblicas del Nuevo Mundo. El país que nos da hoy hospitalidad se ha levantado a una alta y honrosa posición entre las naciones de la tierra, las cualidades intelectuales del pueblo cubano le han granjeado un puesto permanente en la ciencia en el arte, en la literatura, y en la producción de artículos de primera necesidad han hecho de esta nación un factor importantísi­mo en la estructura económica del Mundo. Cuba ha alcanzado la estabilidad de su gobierno mediante la genuina expresión de la opi­nión pública por el sufragio y la reconocida solidez de su crédito público que la ha enaltecido en la administración y el respeto universal. Lo que Cuba ha hecho ya lo han realizado o lo están realizando también otros pueblos.
La forma de nuestros gobiernos es una garantía contra las guerras dinásticas del Viejo Mundo y no se incurriría en exageración al decir que los conflictos en que han estado empeñadas nuestras repúblicas durante ciento cincuenta años  han tenido por objeto asegurar su independencia y la  libertad humana. Cuando estos fines han sido alcanzados, jamás hemos dejado de seguir la admonición de convertir las espadas en arados"
En 1924 Coolidge había retirado las tropas estadounidenses de la  Republica Dominicana. La conferencia trienal en La Habana, de hecho, fue  un foro de líderes latinoamericanos para exigir cambios en la anterior conducta estadounidense del “Big Stick” y “la Diplomacia del Dólar”. Coolidge no estuvo asociado a estas políticas exteriores pero fue a  La Habana a tender una rama de olivo. Además el discurso de Coolidge fue amable, su  respetado ex Secretario de Estado Charles Evans Hughes, que actuó como enviado especial, también dio un discurso  que persuadió a los delegados que se abstuvieran de aprobar una fuerte resolución antiamericana. Después, el asesor jurídico del Secretario Kellogg, J. Reuben Clark habló de un proyecto: el Memorándum Clark y argumentó en contra de la intervención militar directa en América Latina. La diplomacia Coolidge representó una etapa intermedia-la única no internacionalista- entre la intervención militar y económica abierta y la mercantilista "Política del Buen Vecino ", instituida por el presidente Franklin D. Roosevelt en 1933. También se hizo hincapié en los lazos comerciales, como la inversión de EE.UU. en América Latina que  casi se había triplicado entre 1920 y 1928, con  estrechos lazos entre las economías de varios países con los de los EE.UU.  El anfitrión, el presidente Gerardo Machado lo resumió asi: “creo que el único presidente norteamericano que ha tenido el criterio de eliminar la dependencia de Cuba con respecto a los Estados Unidos es el presidente Calvin Coolidge, él se dio cuenta que las relaciones cubanoamericanas tenían que estar basadas en la  cooperación y no de coloniaje.” Machado que como Coolidge se oponía a las políticas “internacionalistas” impuestas por el presidente demócrata Woodrow Wilson no permitió que el presidente de la Liga de las Naciones asistiera a la Conferencia Panamericana. Tampoco invitó al embajador de España
Edwin Meese III, quien se desempeñó como consejero del presidente Ronald Reagan y fue el 75 º Fiscal General de EE.UU. en su discurso de apertura de la 14 ª Simposio Anual de Estudiantes del Centro para el Estudio de la Presidencia en abril de 1983, expresó:
"Coolidge ha sido algo denostado por los historiadores - injustamente , creo, y no digo que sólo porque su imagen ahora cuelga en el Salón de Sesiones de la Casa Blanca, pero es cierto que le gustaba dormir 11 horas al día , y que se negó a trabajar más allá de las 4 de la tarde. Como él mismo dijo: "Si un hombre no puede terminar su trabajo para entonces, no es muy inteligente. " Como alguien que ha tenido alguna experiencia en despertar presidentes (Meese se refiere aquí a su decisión de no despertar al presidente Reagan cuando aviones de combate de la marina americana  derribaron aviones libios) , les puedo asegurar que yo podría comprender al presidente Coolidge, pero es un hecho histórico que, excepto en tiempos de guerra, la presidencia, durante la mayor parte de nuestra historia desde el principio hasta por lo menos el 1900, rara vez se requiere de los largos días de trabajo que ahora asociamos con el Jefe del Ejecutivo. La razón podría ser evidente cuando recordamos que el Congreso durante esos días se encontraba en sesión de sólo una pequeña parte del año.
Durante su período de presidente, esto está en su mayoría olvidado por los historiadores, Coolidge se las arregló para reducir los impuestos,  recortó el presupuesto federal, era incluso tan parsimonioso que eliminó las veintiuna salvas que acompañaban al yate presidencial al pasar el monte Vernon porque dijo que costaba demasiado dinero. Alentó a la inversión privada, y fue reconocido junto a su Secretario de Comercio Herbert Hoover por los miles de kilómetros de carreteras que se construyeron en todo el país; las 800.000 nuevas viviendas construidas cada año sin la ayuda de Washington, y de una prosperidad que duró durante todo su mandato, pero por desgracia no duró durante todo el mandato del Sr. Hoover que le sucedió. (Coolidge no apoyó a Hoover en su campaña)
Bueno, estas fueron algunas de las cosas que ocurrieron durante ese período de normalidad. Cerca del final de su mandato, el Presidente Coolidge reveló que uno de sus mayores logros era que se había ocupado en sus propios asuntos. Y, francamente, creo que esto es algo  más que un buen consejo, es una buena teoría de gobierno, que podría ser útil en casi cualquier momento en nuestra historia como un contrapeso a la burocracia y la tinta roja que con demasiada frecuencia ha caracterizado al gobierno activista”.