miércoles, 30 de octubre de 2013

RULETA RUSA-III
(10-30-13-5:00PM)
Por Diego Trinidad, PhD.
El otro asunto fue el reclutamiento de cubanos exiliados para que se enlistaran en el ejército americano después del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos. ¿Por qué se hizo? ¿Cueles fueron las razones de Kennedy para ordenarlo?  Al parecer, o al menos eso le hicieron creer a varios líderes de la Brigada 2506 como San Román, Oliva y Ruiz Williams (todos confidentes de Robert Kennedy), serían utilizados como parte de una nueva invasión americana a Cuba.  Existía un plan para una invasión de tropas americanas a Cuba, el cual fue preparado en detalle por el Pentágono (no la CIA), esta vez por órdenes directas del presidente.  El plan todavía existe, aunque nunca se implementó y es muy dudoso que Kennedy hubiera ordenado ponerlo en acción.  Quizás esos cubanos que se enlistaron tomarían parte en una nueva y futura invasión.  Se les hizo creer eso a algunos.  Quizás serían utilizados para mantener el orden después de una exitosa invasión americana a Cuba.  No lo sabemos; fue otro de los misterios que se llevó Kennedy a la tumba.  En mi opinión, fue una pantalla, para hacer parecer que algo se planeaba contra Castro.  Pero por otro lado, no que para esto se utilizaran a esos cubanos reclutados en el ejecito americano necesariamente, de hecho SI había planes contra Castro.  Los hermanos Kennedy tenían  todas las intenciones de vengarse de Castro; era algo personal, debido al fracaso de la invasión.  Esos planes produjeron la Operación Mangosta (Mongoose), dirigida por el mismo Robert Kennedy.  Infiltraciones, sabotajes, ataques a instalaciones costeras cubanas. . . y planes para asesinar a Castro.  De esos planes, el último, utilizando al doble agente Rolando Cubela para asesinar a Castro, puede haber provocado directamente el asesinato de Kennedy.  Hay evidencia conclusiva de que al menos tres agentes de la DGI cubana estaban presentes en Dallas el 22 de noviembre de 1963 y de que ellos estuvieron íntimamente involucrados en el asesinato del presidente.  El mismo 22 de noviembre, un enviado directo de Robert Kennedy, el agente de la CIA Desmond Fitzgerald, se estaba reuniendo con Cubela en París en el momento que Kennedy era mortalmente herido por disparos de Oswald y quizás de agentes de la DGI.  
El artículo de Michael Dobbs es sumamente importante por las posibles implicaciones y por como toda la historia de la Crisis pudo haber cambiado.  Dobbs, quien como dije antes se ha convertido en el mejor investigador de la Crisis, mientras investigaba en los archivos del gobierno para escribir su gran libro One Minute to Midnight (2009), descubrió una enorme cantidad de rollos de películas tomadas por aviones Crusader de la Marina y otros interceptores de la Fuerza Aérea, a baja altura sobre Cuba desde octubre 23.  A diferencia de las fotos de los U-2, estas fotos tomadas a baja altura tenían una definición mucho mayor y se podía notar, casi a simple vista, detalles que con las fotos de los U-2s no era posible definir bien.  Estos jets volaban tan bajo como a 100 pies de la superficie y solo tenían entre 3 y 5 segundos para fotografiar las instalaciones de cohetes, sobre todo en el occidente de Cuba. Estos vuelos se conocieron como Operation Blue Moon. Cuando Dobbs descubrió por accidente la existencia de estas películas, pensó que todo el material estaba aún clasificado.  Pero gracias al analista Dino Brugioni de la CIA (quien también escribió un gran libro sobre la Crisis, Eyeball to Eyeball, mencionado más adelante), Dobbs se enteró que todo el material de Blue Moon estaba en el Archivo Nacional.  Las películas NO estaban clasificadas, pero nadie las había examinado hasta entonces.  
¿Cuál es la importancia de este material? Dobbs descubrió que la CIA nunca logró encontrar donde estaban las cabezas nucleares de los cohetes de medio alcance (las de los cohetes de alcance intermedio nunca llegaron a Cuba antes de la resolución de la Crisis).  Los analistas pensaban que estaban bajo gran vigilancia en el puerto de Mariel.  En realidad, estaban en Bejucal, y fueron “descubiertas” por Dobbs después de examinar películas tomadas por los rusos y después de entrevistar antiguos militares soviéticos.  Pero esto sucedió años después.  Es decir, la CIA nunca descubrió la presencia de las cabezas nucleares en Bejucal (también la CIA ignoraba el emplazamiento de los cohetes tácticos FRK).  Consecuentemente, cada vez que el Presidente Kennedy le preguntaba a los militares si era posible destruir todos los cohetes y todas las cabezas nucleares en una serie de bombardeos, la respuesta siempre era la misma: No todo, quizás hasta un 90%, pero esto de acuerdo a la información que existía.  Si sabían dónde encontrarlas, podían destruir hasta un 90%. ¿Pero y las que NO podían encontrar?  Esa fue la razón por la cual Kennedy decidió no aprobar ningún bombardeo.  Pero, especula Dobbs, si se hubiera descubierto con un buen grado de seguridad donde estaban todos los cohetes y todas las cabezas nucleares, entonces hubiera sido casi imposible para Kennedy no dar la orden de bombardear las bases en Cuba.  La presión de los militares y de los líderes de Congreso, especialmente de Demócratas como el poderoso Senador Russell de Georgia, quizás hubiera sido insoportable y el presidente hubiera cedido. 
Una vez más ¿y eso que?  Bueno, como ni la CIA ni los militares conocían la presencia de armas nucleares tácticas en Cuba (lo supieron a última hora, pero ni siquiera entonces se enteraron del emplazamiento de los cohetes FRK, que también tenían cabezas nucleares y que estaban bajo el control de personal Soviético sobre el terreno.  A pesar que existía la orden de no usar esas armas tácticas sin previa autorización de Moscú, varios generales y coroneles Soviéticos han declarado que definitivamente ellos hubieran autorizado el uso de armas nucleares tácticas en caso de una invasión americana a Cuba. Eso casi seguramente hubiera provocado una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.  En el mejor de los casos, Cuba hubiera sido devastada, pero la primera víctima hubiera sido la Base Naval de Guantánamo.  Eso en sí, probablemente hubiera provocado una confrontación entre las dos superpotencias. (Continuará)